Investigación en el laboratorio
Investigación en el laboratorio - FLICKR
MEDICINA REGENERATIVA

No todas las células adultas son igual de buenas para actuar como células madre

La localización y edad de las células condiciona su capacidad para, una vez reprogramadas, actuar como células madre funcionales

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Dada su capacidad para, por una parte, diferenciarse en cualquier tipo de célula y, por otra, dividirse de forma ilimitada, las células madre constituyen la base de los actuales estudios de investigación para la generación o regeneración de órganos y tejidos. O lo que es lo mismo, de la medicina personalizada y de la medicina regenerativa. Unas células madre que, por lo general, se obtienen a partir de la modificación genética de células adultas, y por tanto ya diferenciadas, del organismo. Sin embargo, como indica un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto Lieber para el Desarrollo Cerebral en Baltimore (EE.UU.), no todas las células son susceptibles de poder ser reprogramadas en células madre. O cuando menos, no todas lo hacen igual de bien.

Y es que su funcionalidad como células madre viene condicionada por dos factores: su origen y su edad.

A día de hoy, como recuerdan los autores de este estudio publicado en la revista « PLOS Genetics», la principal fuente de células para la obtención, una vez reprogramadas, de células madre se encuentra en la piel. La razón se explica no sólo porque las células cutáneas son fáciles de adquirir, sino también porque son muy fáciles de manipular en el laboratorio. Además, crecen de manera muy rápida en los cultivos. Sin embargo, quizás no sean la fuente más óptima de células madre. Es decir, es posible que haya otras células mejores para este cometido. Y según el nuevo estudio, parece que es así.

Más iguales que otras

En el estudio, los investigadores compararon las características de dos cultivos de fibroblastos –esto es, las células más comunes del tejido conectivo presente en todos los mamíferos– obtenidos de dos localizaciones distintas de un mismo individuo, ya fallecido: la piel y la duramadre craneal –una capa adherida al cráneo que protege el cerebro

Observados en un microscopio, los investigadores no encontraron ninguna diferencia entre ambos cultivos. Sin embargo, su análisis molecular reveló la existencia de diferencias epigenéticas –factores que, aun no incluidos en los genes, alteran su expresión.

Como indican los autores, «nuestro estudio sugiere la existencia de una fuerte memoria epigenética de las células en función de su localización en el cuerpo. Las derivadas de la piel son el tipo de células más utilizadas para crear células madre específicas para cada paciente. Pero estas células también reciben, cuando menos potencialmente, la mayor cantidad de exposición ambiental».

Es más; el estudio también reveló diferencias epigenéticas y, por tanto, variaciones en la expresión génica, asociadas a la edad del donante.

Es necesario realizar más estudios para identificar qué células debemos cultivar y cuándo
Andrew Jaffe

Como explica Andrew E. Jaffe, director del estudio, «hasta donde nosotros sabemos, estos cambios asociados a la edad son uno de los primeros ejemplos de alteraciones significativas relacionadas con la edad en una población celular pura surgida a partir de múltiples divisiones de las células originales».

El dónde y el cuándo

En definitiva, la localización de las células, así como su edad, juega un papel muy importante a la hora de crear las células madre. Sin embargo, el nivel de influencia de la localización y edad celular todavía no ha sido determinada. Y es que aún no se ha podido determinar si la reprogramación de una célula adulta en célula madre conlleva un ‘borrado’ de su memoria epigenética.

Como indican los autores, «el campo de la medicina personalizada continúa avanzando, por lo que necesitamos un mejor conocimiento de los patrones epigenéticos de las células madre que empleamos para la creación de nuevos órganos y tejidos».

O dicho de otra manera, «es necesario realizar más estudios para identificar qué células debemos cultivar y cuándo», concluye Andrew Jaffe.

Ver los comentarios