RM de un tumor cerebral
RM de un tumor cerebral - WIKIMEDIA
CÁNCER

Los estudios universitarios podrían aumentar el riesgo de tumores cerebrales

Frente a aquellos que solo cursaron la enseñanza obligatoria, los varones y mujeres con estudios universitarios tienen un riesgo un 19% y un 23% mayor de padecer un glioma

MADRID Actualizado: Guardar
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La educación es un proceso básico en el desarrollo de todo ser humano. Un proceso que se inicia en el mismo día del nacimiento y que continúa, con mayor o menor intensidad, a lo largo de toda la vida de un individuo. Sin embargo, y de manera más que sorprendente, esta intensidad parece condicionar el riesgo de padecer cáncer cerebral. Y es según el nivel de estudios es mayor, también lo es la probabilidad de aparición de un tumor en el cerebro. Así lo muestra un estudio llevado a cabo por investigadores del Colegio Universitario de Londres (Reino Unido) y del Instituto Karolinska en Estocolmo (Suecia)

Como explica Amal R. Khanolkar, director de esta investigación publicada en la revista « Journal of Epidemiology & Community Health

», «el objetivo de nuestro estudio fue investigar las posibles asociaciones entre distintos parámetros socioeconómicos y la incidencia de tumores cerebrales. Y de acuerdo con los resultados, puede establecerse que un elevado nivel socioeconómico conlleva un mayor riesgo de padecer un glioma».

Facultades tumorales

En el estudio, los investigadores evaluaron entre 1993 y 2010 a un total de 4.305.265 adultos suecos nacidos entre los años 1911 y 1961 con el objetivo de hallar una posible asociación entre el riesgo de padecer un cáncer cerebral primario –es decir, en el que el tumor se origina directamente en el cerebro y no es el resultado de la expansión o ‘metástasis’ de otro cáncer– y distintas características epidemiológicas –entre otras, el estado civil, el nivel de estudios, la ocupación laboral y el nivel de ingresos económicos.

Durante el período de seguimiento, en el que 1,1 millones de participantes fallecieron y 48.000 emigraron a otros países, se diagnosticaron un total de 7.101 tumores cerebrales en mujeres y 5.735 en varones.

Los resultados mostraron que los varones que habían cursado estudios universitarios durante al menos tres años tenían un riesgo un 19% mayor de desarrollar un glioma –tipo de tumor que surge a partir de las células gliales y que se desarrolla en la médula espinal y, sobre todo, en el cerebro– que aquellos que abandonaron los estudios al acabar el período de enseñanza obligatoria –que en aquel entonces abarcaba en Suecia un total de 9 años en la infancia.

Un elevado nivel socioeconómico conlleva un mayor riesgo de desarrollar un glioma
Amal Khanolkar

Sin embargo, el riesgo de cáncer cerebral fue mayor en las mujeres. De hecho, y comparadas con aquellas que solo cursaron la enseñanza obligatoria, las mujeres con estudios universitarios tenían un riesgo hasta un 23% superior de padecer un glioma y una probabilidad un 16% mayor de desarrollar un meningioma –eso es, el tipo de cáncer que se desarrolla en las meninges y que supone el tumor primario más común del sistema nervioso central, aunque por lo general es benigno.

Por su parte, un mayor nivel de ingresos económicos también se asoció a un riesgo hasta un 14% superior de glioma en los varones. Un incremento, por el contrario, que no se observó en la población femenina.

¿Estado civil? Meningioma

Y en este contexto, ¿qué conclusiones se alcanzaron respecto al estado civil? Pues, simplemente, que no tiene ninguna influencia sobre el riesgo de cáncer cerebral. Pero solo en las mujeres, para las que casarse o permanecer solteras parece no afectar a la probabilidad de padecer un tumor en el cerebro. Sin embargo, los varones solteros presentan un mayor riesgo de meningioma y una menor probabilidad de desarrollar un glioma que sus homónimos casados o que vivían en pareja.

En definitiva, ¿puede establecerse que las personas que van a la universidad tienen mayor riesgo de cáncer cerebral? Pues, directamente, no, dado que como concluye Amal Khanolkar, «nuestro estudio es observacional, por lo que no pueden extraerse conclusiones del tipo ‘causa y efecto’. Además, no contábamos con datos sobre la posible influencia de los diferentes estilos de vida. Pero, sea como fuere, nuestros resultados son consistentes».

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