Un niño con implante coclear y sus padres, en la Fundación Oír es Clave
Un niño con implante coclear y sus padres, en la Fundación Oír es Clave - FUNDACIÓN OÍR ES CLAVE
Día Internacional del Implante Coclear

«El implante coclear en niños, cuanto antes mejor para aprovechar su plasticidad cerebral»

Hoy 25 de febrero se celebra el Día Internacional del Implante Coclear

MADRID Actualizado: Guardar
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Este año se cumplen 60 años de la realización del primer Implante Coclear en el mundo. En España, las primeras intervenciones se hicieron a finales de los años ochenta. En la actualidad, más de 10.000 personas son usuarias de implante coclear en España, de los que la tercera parte son niños que han sido implantados en edad temprana. A pesar de todos estos años en funcionamiento, todavía hay mucho desconocimiento sobre el implante coclear. Se trata de un dispositivo electrónico que transforma los sonidos en impulsos eléctricos que estimulan la cóclea, zona dañada del oído interno, que a su vez envía esas señales al cerebro.

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Pero los implantes por sí solos no son suficientes. La persona implantada debe aprender a interpretar lo que está escuchando.

Es decir, requiere de un entrenamiento para desarrollar habilidades auditivas que le permitan escuchar, entender, comunicarse y relacionarse independientemente de que sean niños o adultos que han perdido la audición.

Aprender a escuchar para aprender a hablar

La entidad benéfica Fundación Oír Es Clave cuenta con un centro de atención temprana en el que su equipo de expertos terapeutas atiende a los niños implantados y a sus familias durante este proceso. Tras la adaptación protésica y desde un enfoque audioverbal, trabajan con los niños para brindarles experiencias auditivas diversas y continuadas para que perciban y reconozcan los sonidos del habla y comprendan el lenguaje hablado. Su objetivo es que los niños integren la audición en el desarrollo del lenguaje. «Lo mejor es comenzar cuanto antes para aprovechar la plasticidad cerebral de los primeros años y conseguir los mejores resultados», afirma Carmen Abascal, directora del centro de la Fundación Oír es Clave.

Maite, recepcionista de esta misma entidad, es un claro ejemplo de la diferencia entre un oído implantado con rehabilitación y otro sin ella: «Soy una persona con "Hipoacusia Profunda Bilateral" y a los 29 años decidí implantarme porque los audífonos ya no me ayudaban. Fue una decisión muy dura, evolucionaba muy lentamente y acudía a rehabilitación dos días a la semana durante seis meses. Quieres oír y no quedarte aislado del mundo y trabajas muchísimo para conseguirlo. Pero tanto esfuerzo tiene su recompensa, 6 meses después de la operación comencé a hablar por teléfono».

A los dos años y medio falló la parte interna, prosigue, y tuvo que volver a pasar por el quirófano: «Estuve un mes sin oír nada en absoluto. El médico me convenció para que me pusiera un segundo implante en mi otro oído, pero esta vez no me dieron rehabilitación y fue un grave error ya que el implante por sí solo no llega, hay que trabajarlo mucho durante el primer año de vida para obtener buenos resultados, pero yo en esos momentos económicamente no podía costearme la rehabilitación».

Ahora, con los dos implantes, concluye, «por fin oigo por ambos oídos y me ha cambiado la vida. Recuerdo cuando el teléfono me daba pánico. Quien me iba a decir que trabajaría de recepcionista y administrativa y que tengo que atender al público y recibir llamadas telefónicas todo el tiempo».

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