El alcalde de Ferrol contradice a Podemos y defiende la visita del Rey a Arabia Saudí

En Ferrol y Cádiz la batalla que se libra es bien distinta a la que cargos de formación de Pablo Iglesias, como la portavoz adjunta de Unidos Podemos en el Congreso, Irene Montero, o su secretario político, Íñigo Errejón, han querido comandar desde Madrid a cuenta del viaje del rey Felipe VI a Arabia Saudí. La visita, con la que la Casa Real recupera una de las salidas al exterior del jefe del Estado que quedó suspendida por la situación de interinidad política de España en los últimos meses, se ve con buenos ojos desde las alcaldías populistas con intereses en Navantia. Tanto el alcalde de Cádiz, José María González «Kichi», como el de Ferrol, Jorge Suárez de la Marea, se han desmarcado claramente de la línea oficial que censura la presencia del monarca en un país que, según dicen, «no respeta los derechos humanos», «anteponiendo el pan de nuestra gente a la situación internacional», según la explicación que ayer daba el regidor gallego para justificar su apoyo.

Don Felipe viaja este fin de semana a Riad con la intención de desbloquear el contrato que negocia el astillero público con el país para la construcción de cinco corbetas tipo Avante 2200 (similares a los cuatro patrulleros oceánicos que Venezuela encargó a Navantia entre 2006 y 2012) para la Real Armada Saudí. De salir adelante supondría para el constructor español su mayor contrato en el exterior. Las cifras que se manejan apuntan a un negocio que podría superar los 3.000 millones de euros, el triple de lo que pagó Noruega por las cinco fragatas F-310. Y aunque el grueso del pedido recaería en los astilleros de Cádiz, Ferrol participaría en la construcción de varios de los bloques. El contrato garantizaría a partir de primeros de 2017 cinco años de carga de trabajo y más de 2.000 empleos directos. Los saudíes habían condicionado la firma definitiva al desbloqueo de la situación política en España y tras la investidura de Mariano Rajoy no parece que haya motivo alguno para seguir dilatando su cierre.

Precisamente, son las abultadas cifras que se manejan las que justifican el apoyo incondicional de los alcaldes de Cádiz y Ferrol a este contrato. «Ferrol no es la sede de la Unión Europea, del G-20, ni del comité de Seguridad de la ONU para resolver esa realidad, sino que habría que hacerlo por vía diplomática», señalaba ayer Suárez al respecto de la opinión de algunos dirigentes de Podemos. Para Errejón Arabia Saudí «a lo mejor no era el destino más adecuado ni el primer sitio que había que visitar». El secretario político de la formación morada pidió más sensibilidad a la hora de viajar a países «que violan los derechos humanos», dijo.

Posturas enfrentadas las de Podemos con los suyos y con el PP y el PSOE, desde donde aseguran que «nadie puede poner en duda el compromiso del jefe del Estado con los derechos humanos». Ciudadanos, por su parte, se muestra más tibio y aunque no pone «peros» cree que se debe aprovechar el viaje para «dejar clara la postura de España a este respecto».

«Comportamiento bipolar»

Y desde Ferrol, el diputado del PP Juan Juncal asistía ayer con asombro a lo que calificó de «comportamiento bipolar de En Marea» que hace 15 días sumó su apoyo en el Congreso para que Navantia no tenga relaciones contractuales con Arabia Saudí, «en un intento de frenar este contrato», señaló el parlamentario. «Comprobamos una vez más que las Mareas no se ponen de acuerdo, en Madrid votan una cosa y en Ferrol dicen otra, siendo los ferrolanos lo únicos perjudicados».