Ciudadanos frente a Podemos: un diagnóstico, dos soluciones

Los dos protagonistas del «cambio» comparten análisis pero chocan en las medidas que plantean y en una escalada verbal que se ha intensificado en las últimas semanas

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Los dos comparten las ansias por el cambio. Los dos, juntos, han puesto patas arriba el tablero político español. Su diagnóstico sobre los problemas del país coincide en muchos puntos, pero sus propuestas se encuentran en las antípodas. Con la corrupción, el paro y los partidos tradicionales como enemigos comunes, Podemos y Ciudadanos han entrado en los últimos días en el enfrentamiento directo.

Tras mucho tiempo evitando la confrontación con el partido de Rivera, Podemos, que considera al Partido Popular su verdadero adversario, ha decidido pasar al ataque. Catalogar de «recambio» a Ciudadanos pretende hacer calar la idea de que sus planteamientos no representan una alternativa que cambie radicalmente las estructuras del país, sino que se trata de un mero cambio de rostros.

Por su parte, la apelación de Rivera en favor de un «cambio sensato» pone el foco en que el programa de Iglesias supone un riesgo por su caracter rupturista. «Ciudadanos es justicia, Podemos es venganza» es una de las frases a las que más recurre Rivera.

Pero la confrontación va mucho más allá de la mera retórica. Superado un consenso más o menos ámplio respecto a la radiografía de la crisis, en el fondo de sus medidas se observan profundas diferencias. Que son abismales en lo relativo al ámbito económico y laboral. En los distintos documentos que las dos formaciones vienen presentando en los últimos meses, tanto en el ámbito nacional como en lo relativo a las elecciones municipales y autonómicas, se observa esa disparidad.

Podemos y Ciudadanos han chocado por ejemplo en casi todo con lo relacionado con las medidas fiscales. Mientras Ciudadanos propone una bajada generalizada de todos los tramos del IRPF, que además quedarían reducidos a solo tres escalones, Podemos propone reducir los tipos mínimos que afectan a las rentas inferiores a 25.000 euros, «suavizar» los tipos entre 25.000 y 50.000 euros y aumentar los tipos impositivos de las rentas superiores a los 50.000 euros.

Aunque Podemos no ha concretado su propuesta sobre el IVA, sí ha chocado con Ciudadanos por la propuesta que éstos han realizado sobre el impuesto que grava el consumo. Los de Rivera plantean dejar el IVA en dos tipos del 7% y el 18%, lo que supondría la desaparición del actual tipo supereducido del 4% que se aplica a los productos más básicos, que en consonancia aumentarían de precio. En una de sus últimas comparecencias públicas como dirigente de Podemos, Juan Carlos Monedero, criticó duramente este último punto.

Desde Ciudadanos siempre han insistido en la necesidad de entender su propuesta fiscal en conjunto y no a hacerlo por separado. Defienden que, en conjunto, se trata de una propuesta que baja los impuestos y que aumenta la renta de los más desfavorecidos. El argumento que entienden que sostiene esta tésis es no solo la bajada del IRPF sino la introducción de un complemento salarial, cuyo coste cifran en unos 7.800 millones de euros, y que se iría reduciéndose conforme crece el salario. La formación destaca que se trata de una medida vinculada al trabajo, en clara alusión a propuestas como la renta básica que inicialmente planteó Podemos.

Pero la realidad es que la formación que lidera Pablo Iglesias ya ha retirado esta medida de sus planteamientos. No la incluyó en el borrador económico que presentó a finales de 2014, pero tampoco lo hizo el pasado martes cuando presentó su programa marco de cara a las elecciones autonómicas. Podemos apuesta ahora por una medida mucho más moderada: aproximar las ya existentes rentas mínimas de inserción, de forma gradual y en virtud de las posibilidades, al Salario Mínimo Interprofesional (SMI) anual.

En su programa para las próximas elecciones los dos partidos se refieren al problema de los desahucios. Podemos ha recuperado esta cuestión como eje fundamental de su discurso. Su propuesta defiende la dación en pago con carácter retroactivo para las personas «con deudas hipotecarias vivas» que hayan entregado la vivienda.

El planteamiento de Ciudadanos se limita en este punto a promover una modificación de la ley hipotecaria «que contemple un arbitaje ágil y transparente», además de garantizar a las familias afectadas por un desahucio el acceso a un alquiler social que no supere el 30% de sus ingresos. Las viviendas procedentes de los desahucios pasarían a integrar un fondo de alquiler social.

Al margen de estas discrepancias, los dos partidos comparten espíritu en algunas propuestas relativas a la corrupción y la transparencia. Aunque no coinciden estrictamente si apuntan en la misma dirección. Podemos plantea por ejemplo obligar «a los cargos electos y de libre designación a realizar una declaración anual de bienes, una declaración de gastos mensuales relativos al ejercicio de su función y de informar de su agenda pública».

Ciudadanos apuesta por limitar a dos legislaturas el mandato de los alcaldes, la incompatibilidad de sueldos y dietas o extender la ley de incompatibilidades que rige para los altos cargos del Estado y de las Comunidades Autónomas, para todos los alcaldes y concejales de más de 200.000 habitantes.

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