El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, durante la presentación de su programa económico.
El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, durante la presentación de su programa económico. - oscar del pozo

El programa económico de Ciudadanos consagra al partido de Rivera en el centro político

La formación pretende captar votos especialmente en el centro derecha con unas propuestas que apuntan a los modelos escandinavos, en los que la flexibilidad es uno de los pilares fundamentales

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La democracia española afronta su gran año electoral con el sistema de partidos en plena ebullición. Al desgaste del bipartidismo por su gestión en los años de crisis hay que añadir la irrupción de Podemos, dando lugar por primera vez en democracia a una batalla a tres en las perspectivas de victoria electoral. En aguas tan turbulentas es en las que emerge con fuerza un nuevo jugador. En la equidistancia hacia los dos grandes partidos tradicionales, y desde el rechazo al populismo, se abre paso Ciudadanos. A poco más de un mes para las elecciones andaluzas y a menos de cien días para los comicios locales y autonómicos, el partido ha dado forma esta semana a su apuesta nacional con la presentación de la primera parte de su programa económico.

Su presidente, Albert Rivera, nadador en su infancia y waterpolista en su juventud, gana enteros y tratará de llevar la nave a buen puerto en tan agitado escenario.

Pero, ¿qué es exactamente Ciudadanos? Su coincidencia con Podemos la encontramos en colocar el cambio político y la denuncia de la corrupción como ejes principales de su discurso. También tienen en común la pretensión de no asumir ninguna etiqueta en el tradicional eje izquierda-derecha. Pero mientras en el caso de Podemos su «centralidad» suena ciertamente impostada, por la clara significación de sus principales figuras con la izquierda, en el caso de Ciudadanos esa pretensión puede acercarse mucho más a la realidad.

Hay que tener en cuenta que Ciudadanos es un partido originariamente catalán, y ha hecho bandera del antisecesionismo. «En España, por cuestión cultural, si eres de izquierdas eres favorable a la descentralización y si eres derechas eres centralistas. Aquí la izquierda jacobina o la derecha federal son una ilusión», señala Pablo Simón, profesor de Política Comparada de la Universidad Carlos III de Madrid. Por eso tal vez, por defender la unidad de España en un momento que el desafío independentista se ha acelerado en Cataluña, Ciudadanos ha sido identificado como un partido más conservador. «Es curioso porque creo que en Cataluña surge más a la derecha y crece hacia el centro, al comerle votos al PSC, mientras que en el resto de España surge más en el centro y su capacidad de crecimiento se atisba en mayor medida en el centro derecha», apunta.

Gurús y modelos a seguir

El propio Rivera es el más interesado en mantener esa etiqueta, tratando de aglutinar un centro político cuyos extremos sean lo más distantes posibles para pescar así en el caladero de votos del PP, más desierto de competencia, pero también en los sectores más moderados del PSOE. Incluso en lo que barajan la opción de votar a Podemos por descontento pero que no comulgan con sus medidas. También puede ayudar a entender qué es Ciudadanos los líderes a los que Albert Rivera menciona como sus ejemplos. Por un lado Barack Obama y el Partido Demócrata de Estados Unidos, y por otros los primeros ministros de Francia e Italia, Manuel Valls y Matteo Renzi, que representan al sector más liberal de la socialdemocracia europea.

Su pretensión es no asumir una posición clara en el eje izquierda-derecha

El fichaje de Manuel Conthe y Luis Garicano para desarrollar sus propuestas económicas comienza a dotar de identidad concreta al partido. Los dos son voces autorizadas en el ámbito económico. Garicano es catedrático de Economía y Estrategia en la London School of Economics. De Manuel Conthe se destaca su paso por el Banco Mundial y como bajo Gobierno del PSOE fue presidente de la CNMV, cargo del que dimitió por no estar de acuerdo con la decisión del Consejo y del Ejecutivo de no iniciar una investigación a ENEL y Acciona sobre la OPA a Endesa. Sería difícil calificar a cualquiera de los dos con una simple etiqueta, pretensión que se traslada al partido. Los dos se mueven entre el consenso de la libertad de mercado y la aceptación del Estado de Bienestar.

El propio Rivera trataba de explicarlo en una reciente entrevista en televisión: «Estamos defendiendo un equilibrio entre igualdad de oportunidades y economía de mercados, apoyar a la gente que lo está pasando mal en la crisis pero a la vez reactivar la economía», argumentó. Además quiso asimilarse con los demócratas liberales europeos, grupo en el que ya se integran los dos eurodiputados que la formación consiguió en las últimas elecciones europeas.

El documento presentado esta semana, cuyo título, «El cambio sensato», es un claro mensaje a sus tres competidores, viene a dejar muy claro el modelo que Ciudadanos pretende implementar en nuestro país: «Existen sociedades, sobre todo en el norte de Europa, que han demostrado ser capaces de combinar la flexibilidad para encajar la economía mundial con la igualdad de oportunidades y la seguridad para sus ciudadanos».

La referencia nórdica se hace presente. «Las propuestas de Ciudadanos suenan muy bien desde el punto de vista del mercado laboral», señala Simón. «Los modelos de flexiguridad implican mercados muy flexibles que reducen la dualidad, pero al mismo tiempo tienen un Estado de Bienestar muy generoso con muchos servicios universales y no condicionadas. Esto último implica mucha más presión fiscal». Simón alerta de que por el momento la propuesta de Ciudadanos hace más hincapié en la primera parte, en lo referente a la flexibilidad. «Si queremos ser Dinamarca, hay que decir la verdad, y hay que pedir las dos patas. Y esto lleva aparejado políticas que a lo mejor desde una óptica estrictamente liberal no gustan».

Contrato único y un nuevo IVA

Ciudadanos ha dividido su propuesta económica en seis apartados. De momento solo han desarrollado la relativa a la lucha contra el paro, la precariedad y el exceso de endeudamiento, los otros cinco epígrafes siguen dando pistas sobre este nuevo actor político. El segundo de ellos habla de «favorecer la innovación, simplificar la regulación y eliminar las trabas para el crecimiento de las empresas en un mercado transparente».

Manuel Valls y Matteo Renzi son dos de los principales referentes de Albert Rivera

En el área de la fiscalidad se hace referencia a «acabar con la fiscalidad injusta», lo que daría la puerta tanto a la subida como a la bajada de impuestos. Por el momento se ha mencionado una nueva modulación del IVA, para reducir el tipo general, actualmente en el 21%, a un tipo entre el 16% y el 19%. Aunque el traslado de varios productos a esta franja desde los tipos reducido y súper reducido impediría catalogar esta medida como una bajada de impuestos. También hablan de reformar la justicia, la administración y la educación, así como de «aprobar las reformas necesarias para asegurar la competencia en los mercados».

Del área que sí ha sido desarrollada, sin lugar a dudas ha sido el contrato único la que más impacto ha tenido. «El mercado de trabajo español genera mucha desigualdad, sobre todo porque el único mecanismo de ajuste que se usa es la rotación de los trabajadores temporales. Ahora que el empleo se recupera, solo el 9% de los nuevos empleados consiguen contratos fijos. Las empresas usan los contratos temporales incluso cuando tienen necesidades que no son temporales. Como consecuencia, un número muy elevado de trabajadores viven en la temporalidad y la precariedad», reza su propuesta económica.

El contrato único, que se emplearía para las nuevas contrataciones para no trastocar los derechos ya adquiridos, vendría a atacar esa división del mercado laboral entre trabajadores precarios y sobreprotegidos. Así, todas las nuevas contrataciones se harían con un contrato indefinido con indemnizaciones crecientes por antigüedad Además de esto se incorporará una «cuenta individual contra el despido» y una reducción de las cotizaciones sociales a las empresas que ofrezcan una mayor estabilidad laboral a sus trabajadores.

¿Flexibilidad y seguridad?

Esa cuenta individual, la conocida como «mochila austriaca», funcionaría como un complemento a la indemnización que corresponda conforme a la antigüedad, se nutriría de las aportaciones del empresario a una cuenta individual correspondiente al 1% de su salario. El trabajador podrá disponer de los fondos acumulados en dicha cuenta en caso de despido pero, en caso de que mantenga su trabajo también podrá recuperar esos fondos en el momento de la jubilación.

El economista y subdirector de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), José Ignacio Conde-Ruiz, cree que tanto el contrato único como la «mochila austriaca» son «dos muy buenas medidas para cambiar los males del mercado de trabajo en España». Y cree que las dos tienen amplio consenso en el mundo académico. Sin embargo, a nivel político, Conde-Ruiz cree que «generan rechazo a partes iguales entre patronal y sindicatos. «El PSOE siempre habla de eliminar la dualidad pero se ha opuesto al contrato único».

Además, Ciudadanos ha propuesto la creación de un «complemento salarial anual», del que se beneficiarían los trabajadores con sueldos más bajos. En España afectaría a cinco millones de hogares. En Estados Unidos se llama «Earned Income Tax Credit». La propuesta es una variación del impuesto negativo sobre la renta, cuyo primer impulsor fue Milton Friedman. Puede parecer paradójico que el más genuino de los economistas liberales pusiese encima de la mesa el germen de una medida para distribuir renta. Pero si lo hizo fue por el ahorro en costes respecto a otros subsidios y el efecto desincentivador que éstos pueden tener en el mercado de trabajo.

Dicen proponer esta medida con una doble intención. Primero proteger al trabajador precario y por otro incentivar el trabajo, ya que a diferencia de propuestas como la renta básica, está vinculado a tener un empleo. También defiende Ciudadanos esta medida en contraposición de una subida del salario mínimo, que descarta por «expulsar del empleo a los trabajadores peor pagados».

Contra el paro de larga duración, Ciudadanos comienza con una dura crítica a los actuales programas de formación: «Los fondos de formación han resultado ser una inagotable fuente de corrupción, han estado marcados por el clientelismo político y han sido usados como fuente de financiación por sindicatos y empresarios». Su solución es la introducción de cheques de formación para los desempleados que lleven más de un año en el paro, que podrán ser impartidos por varios agentes y en algunos casos pueden ser utilizados para formación en el extranjero. Ese catálogo de cursos se establecerá en colaboración con las empresas. Lo que supone erradicar el monopolio del sector público sobre esta cuestión. Además, propone Ciudadanos que los trabajadores que completen estos cursos reciban unos bonos de contratación. Las empresas que los empleen podrán beneficiarse de una reducción en las cuotas de la seguridad social.

El programa se completa con la propuesta de un nuevo marco jurídico «que permita que aquellas personas físicas que se hayan endeudado demasiado puedan tener una segunda oportunidad». Desde Ciudadanos plantean una exoneración de la deuda para familias y empresarios individuales parecida a la que pueden acudir las empresas gracias a la Ley Concursal de 2003. Se basa en lo siguiente: los deudores de buena fe, tras negociar con sus acreedores, podrán tener una segunda oportunidad y tras un fallo judicial, podrían incluso ser exonerados de parte de sus deudas. Para ello proponen una nueva legislación en virtud de la que, en el caso de los préstamos hipotecarios, el banco podría verse obligado a aceptar la dación en pago.

El programa económico ha ayudado a dar forma a lo que es Ciudadanos, pero incluso tras conocer algunos detalles, o precisamente por ello, sigue siendo difícil etiquetar al partido con un solo adjetivo. Con Dinamarca como modelo, la formación parece abrazar el modelo de la socialdemocracia escandinava, un modelo que para funcionar cuenta en su engranaje con importantes pilares de los principios liberales, como la flexibilidad del mercado laboral, que Ciudadanos ha asumido. Al igual que lo hace con propuestas tan demandadas desde la izquierda como la dación en pago. Se mueve así en un equilibrio que le permita captar votos tanto en el centro derecha como el centro izquierda.

Ciudadanos aspira a ser fundamental en la formación de gobiernos autonómicos, muy probablemente a través de pactos. No obstante, en las elecciones generales, Rivera y su partido tendrán un obstáculo importante, el mismo que tendrá el que quede tercero de los otros tres contendientes: un sistema electoral en el que la distribución provincial favorece a los dos partidos más votados. Si quieren ser de verdad decisivos necesitan crecer más.

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