Rajoy se hace un «selfie» con jóvenes en Betanzos
Rajoy se hace un «selfie» con jóvenes en Betanzos - M. MUÑIZ

Elecciones en Galicia 2016Rajoy, el señor del mercadillo

Su ruta por la Galicia de interior le lleva a participar del día a día de la gente, que ha hecho del «selfie» su gran trofeo

Santa Comba/Pontedeumenti Actualizado: Guardar
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Por los estrechos pasillos del mercadillo de Santa Comba se amontonan las ofertas de ropa interior en 2x1, falsificaciones de jerseys, copias piratas y los avances de la «nueva tendencia», con suculentas rebajas. El ambulante tuvo ayer más público del habitual. Y menos espacio. La comitiva de Rajoy tiene trazas de tanque acorazado: seguridad, séquito de colaboradores, más seguridad y, para dar color, los medios de comunicación disparando preguntas sin respuesta. Por difícil que parezca, entre todo este despliegue todavía se cuelan señoras para el beso, el abrazo y la foto. El móvil ha democratizado el retrato con el político de turno. Hasta en eso está en crisis la prensa de papel.

En su tercer día por Galicia, Rajoy visitó Santa Comba, en la comarca del Xallas, para almorzar posteriormente en Cabana, pasear por Pontedeume y cerrar la ruta con un mitin en Betanzos.

En todas ellas se repite el rito: la señora vislumbra su llegada en lontananza, se ubica en un lateral del recorrido y avisa al escolta: «¡Yo no me voy de aquí hasta que pase, eh!». No consienten negativas. El guardaespaldas se vuelve permisivo hasta que aparece un joven móvil en mano. El recuerdo de la agresión de Pontevedra ha vuelto férreos los controles de seguridad alrededor del presidente del Gobierno en funciones.

«A Feijóo no lo vi», se lamenta un paisano. Estar, está en carteles en el puesto de Antonio Rodríguez, «Toñito», uno de los fans declarados del aspirante a la reelección y que se hace notar en todos los grandes mitines del PPdeG. «En Galicia no fallaremos, presidente», dijo a un Rajoy confiado en los sondeos. «Igual sacamos más de lo que dicen las encuestas», comenta con ABC. ¿Exceso de optimismo? «Soy realista, que es un concepto distinto a ser optimista», matiza mientras una horda de vecinos piden el enésimo «selfie» del paseo. Apenas unos minutos antes ya había mostrado su convicción de que Feijóo «es el mejor candidato». No entra en disquisiciones sobre si él está en el rural y el candidato en las ciudades. Sabe que, si todo sale como ansía el partido, podrá atribuirse su cuota del éxito y jugar la mano en el tablero de cartas nacional. El triunfo tiene muchos padres, el fracaso es huérfano.

Cuestión de historia

En Pontedeume le recibieron con dulces. Justo después, tuvo una conversación con un rictus muy profundo con el exalcalde Celestino Sardiña, quien le dijo que creía que «las cosas en España iban a salir medio bien». Rajoy le contestó que, en ese sentido, «conocía bien la historia de España», en referencia al tema del bloqueo político. A Sardiña se le llenaron los ojos de lágrimas. Emociones de campaña.

No todos son halagos. A su paso por la casa consistorial, no se cortó. Delante de Miguel Tellado y Diego Calvo puso deberes a los suyos: «Hay que recuperar la alcaldía». Al paso por un comercio se paró a charlar con la dependienta, Teresa Tenreiro. La mujer le pidió trabajo para el naval. Su marido trabaja ahí. El presidente le contestó que «estamos en ello, está difícil». Después, la tendera se resignó y comentó que le sonaba a propaganda electoral. Ferrolterra no olvida.

La desmovilización, visto lo visto, no está en la derecha. Ayer, el Cine Alfonsetti de Betanzos se quedó ridículamente pequeño para atender a un Rajoy que, a pesar del huracán a favor de las encuestas, advirtió de que «no queremos que ocurra lo que sucedió en Galicia en 2005», cuando «el PP tuvo 37, que es uno menos que 38, y vinieron cuatro años de bipartito». «No queremos una jaula de grillos con partidos que no sabemos si piensan igual o porque directamente no sabemos ni si piensan», atizó.

Como colofón, una de grandes éxitos de siempre: «No somos el producto de una tertulia. No somos el producto de ninguna campaña publicitaria. Somos de los partidos mas importantes de Europa». El público, entregado. Y nadie le ha preguntado por Rita Berberá. ¿Tiene razones para ser feliz?

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