Feijóo durante el celebración del mitin en Viveiro
Feijóo durante el celebración del mitin en Viveiro - EFE

Elecciones en Galicia 2016Feijóo se lanza a por los votos de los descontentos con los socialistas gallegos

El líder popular reprocha la deriva radical del PSOE, al que ve como muleta de los populistas en la Xunta

Arteixo/Viveiro Actualizado: Guardar
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El sistema de partidos gallego fue estable durante décadas, con un tripartidismo en el que se distinguían dos opciones muy claras, que pasaban bien por la derecha representada por el PP o por la suma de las izquierdas encarnada por PSdeG y BNG. En 2012, la ruptura nacionalista y el matrimonio de convenciencia de Anova con Izquierda Unida supone que se ensaye la batalla a cuatro grandes formaciones, y la mayor división del voto izquierdista otorgó una nueva mayoría absoluta a los populares.

La irrupción de Podemos en el tablero nacional no repica su efecto en Galicia más que para agregar potencia al espacio inaugurado por AGE, al diluirse en la fórmula de las Mareas. La incógnita con respecto a 2012 desde este punto de vista la pone la intensidad con la que Ciudadanos sea capaz de introducirse en el panorama.

La inconsistencia de su proyecto, sus continuos escándalos en los meses en los que han intentado implantar una estructura a nivel local y autonómico, y el alto grado de identificación que tiene el PP gallego son las dos principales barreras que la formación naranja se ha encontrado en este tiempo.

En un escenario de semejante fragmentación e incertidumbre, una mayoría absoluta es un objetivo que oscila entre la quimera y la inconsciencia, pero el PPdeG no solo se lo ha marcado, sino que amenaza con conseguirlo. Para ello, Alberto Núñez Feijóo ha intentado aprovechar su perfil de gestor solvente y su superioridad en cuanto a conocimiento sobre sus rivales para colocarse en la denominada centralidad. El candidato a la reelección busca transmitir que su proyecto trasciende incluso a la propia ideología, y se ha propuesto convertirse en un genuino «atrapalotodo» que tirará sus redes en diferentes caladeros de votos.

A sabiendas de que nacionalistas y populistas no son solo perfiles reactivos a su discurso, sino incluso potenciales antagonistas, Feijóo encuentra dos flancos por los que puede hacer crecer su masa de votantes, los descontentos del PSdeG y los desencantados de Ciudadanos. Y a los dos los atacará con un mismo argumento, el de presentarse como único garante de impedir que haya un presidente de la Xunta de En Marea.

Ayer durante un paseo en Arteixo, el candidato popular se lanzó a por aquellos socialistas que no quieren ver a su partido relegado a muleta de los rupturistas, como actualmente son en las tres ciudades coruñesas. Así, Feijóo apuntó que «Hay mucha gente en Galicia que no quiere un Gobierno de las Mareas, a esos socialistas son los que pedimos el voto. Y si nos lo dan, también estaremos cerca de la mayoría estable». En Viveiro, además, afeó al PSOE su deriva radical, al apuntar que «es normal que no se entienda que un partido que en su día abandonó el marxismo ahora se entregue al populismo».

Todavía fue un paso más allá con respecto a C’s, de los que llegó a cuantificar el volumen de trasvase que necesitan para conservar la mayoría suficiente. «Si la mitad de personas que les votaron nos da su apoyo, podemos conseguirla», concluyó. La idea se coloca en la línea de la que los populares lanzaron en la campaña de las pasadas generales, donde argumentaron que los votos para el partido de Albert Rivera habían servido en varias provincias para restarles diputados que se habían ido a En Marea. Tras el resultado de junio, cuando C’s perdió la única butaca que había conseguido en diciembre, el ataque se pudo hacer extensible a toda Galicia. «133.000 votos sirvieron para conseguir cero escaños», recordó el presidente, y se contuvo más que la líder provincial lucense, Elena Candia, que invitó a los simpatizantes a convencer a sus vecinos «con educación, de que el voto a C’s es parecido a tirarlo a la basura».

Los «apóstoles del lío»

El número uno de la lista por Lugo, el conselleiro Francisco Conde, reincidió en la importancia de mantener un proyecto «estable y solvente», frente a una oposición a la que tildó de «apóstoles del lío». Feijóo recogió el guante que le lanzó uno de sus hombres de confianza, e insistió en que «esto no es una confrontación de siglas». De este modo, concluyó pidiendo el voto «todos los que les importe más la economía, el paro, el apoyo a las familias o las infraestructuras que los líos entre los partidos».

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