fórmula 1

Fernando Alonso, en McLaren por obligación

El asturiano no tiene un plan B para 2016. Pretende cumplir los tres años de contrato con el equipo inglés

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Los más influyentes medios de comunicación en Gran Bretaña se preguntan «¿Y ahora qué, Alonso?». Transmiten la incógnita que ha quedado suspendida en el aire después de las críticas por radio del español al motor Honda que monta el McLaren. «Es vergonzoso. Conduzco un GP2», rugió. La peor temporada de la historia de McLaren genera la incertidumbre de futuro de sus dos pilotos, dos campeones del mundo (Button ganó en 2009) que no aprecian un porvenir potable en un coche tan lento. «¿Qué te hace estar tan seguro de que Alonso seguirá el año que viene?», se preguntó un alto directivo de McLaren, según cita la BBC. El asturiano no tiene previsto moverse de su equipo. Además de un voluminoso contrato (más de treinta millones de euros anuales), lo impide el vacío.

No hay un plan B, reconocen sus colaboradores. Con el actual reglamento técnico de la Fórmula 1, no hay ningún monoplaza que pueda competir de igual a igual contra el gobierno totalitario de Mercedes, salvo la arriesgada apuesta de la sociedad McLaren-Honda. Eso piensan en el círculo privado del piloto.

El estallido del asturiano en Japón tuvo más de llamada de atención a Honda que otra cosa. Eso y la rabia de verse superado por un piloto de segunda fila, como Ericsson. En Rusia (próxima parada del Mundial) no se espera ningún desencuentro dialéctico. Desde principio de año piensa Alonso que el diseño del coche es prometedor. Y ha constatado las bondades de su aerodinámica en los circuitos de curvas rápidas. Ahí el monoplaza se mueve como pez en el agua gracias a la idea del ingeniero Peter Prodromou, el padre de la criatura. El problema es que el coche no corre en la rectas por un evidente déficit de potencia del motor.

La marca japonesa, el primer fabricante del mundo en coches de calle, regresó en 2015 a la Fórmula 1 con una inversión astronómica: 500 millones, demasiado incluso para las cifras habitualmente gruesas de este deporte. Honda está financiando a McLaren, que no tiene un patrocinador principal y que deja de ingresar mucho dinero por este concepto. Honda también fue el principal impulsor del retorno de Alonso a la escudería inglesa. Pero Honda no logra que el motor evolucione a la velocidad de crucero de la F1. Los ingenieros nipones lo mejoran, pero a un ritmo premioso. El McLaren está lejísimos del Mercedes, pero no tanto de Toro Rosso, Lotus o Force India.

Es el primer año de Honda en la F1 después de un periodo de inacción y lo está pagando muy caro. Al parecer el impedimento que ha encontrado el gigante japonés es el sistema de recuperación de energía en el motor, que lo penaliza con muchos caballos. Problema remediable en 2016, según Yasuhisa Arai, el director ejecutivo de Honda, blanco de todas las críticas y optimista recalcitrante. No lo ve tan claro Alonso. Su mentor Flavio Briatore dijo la semana pasada que el piloto se planteaba «otras categorías y marcharse de la F1» si no tenía un coche ganador.

Sin embargo, «las otras categorías» presentan un descubierto importante. Alonso es el piloto mejor pagado de la F1 (esos más de 30 millones) y en las 24 Horas de Le Mans el mejor salario llega a duras penas al medio millón.

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