Fórmula 1

La angustia de la familia de Jules Bianchi: «Vivimos una tortura»

Phillipe Bianchi, padre del piloto, es cada vez más pesimista sobre la recuperación de su hijo: «No somos capaces de ayudarlo, es más terrible que si hubiera muerto»

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Jules Bianchi suma ya nueve meses en coma desde que el pasado 5 de octubre de 2014 sufriera un dramático accidente en el circuito de Suzuka. El piloto francés perdió la consciencia después de que el Marussia que pilotaba bajo una intensa lluvia chocará de forma inexplicable contra una grúa que estaba evacuando el Sauber de Adrian Sutil, accidentado poco antes.

Transcurrido este tiempo, el padre del piloto, Phillipe Bianchi, ha concedido una entrevista al portal especializado Motorsport.com, en el que reconoce con angustia que cada vez es más pesimista sobre las posibilidades de que su hijo se recupere: «Es insoportable, es una tortura diaria. A veces nos sentimos como que nos estamos volviendo locos, porque para mí, sin duda, es más terrible que si él hubiera muerto.

No somos capaces de ayudarlo más de lo que podemos».

Phillipe Bianchi asegura en la entrevista que los médicos les alertaron de que si su hijo pasaba más de seis meses sin una mejora significativa las esperanzas de una eventual recuperación disminuirian en un alto porcentaje. Bianchi permanece en estado crítico, por lo que la familia ya no encuentra un asidero al que agarrarse: «Pasa el tiempo y ahora soy menos optimista que podría haber estado dos o tres meses después del accidente, cuando podíamos esperar una mejor evolución». El padre del piloto relata que su hijo ha llegado a agarrar la mano de la persona que se sentaba junto a él, pero admite no estar seguro de si se trata de un acto consciente o de un reflejo.

Phillipe Bianchi, en cualquier caso, ya tiene asumido que si su hijo saliera del coma lo haría con importantes secuelas cerebrales, algo que en su día ya habló con el propio Jules: «Él nos dijo que si llegara a tener un accidente similar al de Michael Schumacher, si él fuera incluso no ser capaz de conducir, sería muy difícil para él aceptarlo. Porque era su vida».

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