Mayweather-McGregor

Conor McGregor, un fontanero que vale 100 millones

El irlandés, campeón del peso ligero de UFC, afronta la pelea de su vida, en la que tiene mucho que ganar y poco que perder

Conor McGregor REUTERS

ÁLVARO G. COLMENERO

«Una tarde, a finales de 2006, un chaval flacucho de dieciocho años con la cabeza afeitada entró en el gimnasio de Rathcoole (Irlanda). No recuerdo exactamente lo que me dijo en nuestro primer encuentro, pero sé que habló de sí mismo como un futuro campeón de la UFC. Se notaba enseguida que si a aquel chico no le iban a ir bien las cosas no sería por falta de confianza». Así es como relata John Kavanagh, el entrenador principal de Conor McGregor y sin el cual no se puede entender la carrera del irlandés, en su autobiografía «Vencer o aprender», cómo conoció a este deportista que, en menos de un lustro, ha pasado de ser un humilde fontantero a escribir su nombre entre los 100 deportistas mejor pagados del mundo.

Si realmente existe la ley de la atracción, que no es más que la creencia de que los pensamientos influyen sobre las vidas de las personas debido a que son unidades energéticas, McGregor es su máximo exponente. El luchador irlandés es hoy en día la mayor estrella de las artes marciales mixtas y, por supuesto, el más rentable para UFC, organización donde compite y es el actual campeón del peso ligero. Durante toda su carrera, ha basado su juego en la guerra psicológica, en minarle la moral al rival y saberse superior a los demás. Ahora está ante el mayor reto de su vida deportiva, pues se enfrenta a Floyd Mayweather, invicto durante toda su carrera (49 victorias), en un combate de boxeo . Sin embargo, antes de que suene la campana, el dublinense ya ha ganado concretamente 100 millones de dólares . Es por ello, que tiene mucho que ganar y poco que perder.

La historia de su vida puede escribirse en los mejores guiones de Hollywood. Conor McGregor (21 victorias, 3 derrotas) nació en un humilde barrio al sur de Dublín. Iba para futbolista, pero el acoso que recibía en la escuela, hizo que pronto se enfundase los guantes para practicar tanto boxeo como kickboxing y defenderse de los matones de su escuela. Este es un detalle a destacar, pues hay muchas voces que opinan que su nivel pugilístico es bajo cuando lleva prácticamente toda su vida intercambiando golpes con las manos recubiertas de cuero. Cierto es que pronto tuvo que vestirse el mono de fontanero, oficio que heredó de su padre y que odiaba, para ganarse la vida.

Sin embargo, Kavanagh sabía que tenía un filón entre sus muchachos, un diamante en bruto con una confianza en sus objetivos superlativa. A los 20 años debutó profesionalmente en las artes marciales mixtas y, tras competir en diferentes ligas, tres años más tarde firmó su primer contrato con la UFC. Había comenzado su fulgurante ascenso hacia la cima. Apuntar hacia una meta y no parar hasta conseguirla ha sido siempre su máxima vital a golpe de trabajo y constancia. Con una pegada y una precisión con su mano izquierda descomunal , logró ir batiendo rivales hasta conseguir, en diciembre de 2015, cumplir el mensaje que le transmitió a su entrenador nueve años antes, «seré campeón de la UFC». «¿Para qué molestarse en forcejear cuando puedes tumbar a la gente de un golpe? Así es como Conor lo veía», plasma el entrenador del irlandés en su libro. Pero su ambición no tiene parangón. Solo un año más tarde, subió de peso y se proclamó campeón del peso ligero, siendo el único luchador hasta la fecha en conseguir dos cinturones simultáneamente .

Ahora, a sus 29 años, este irlandés de 175 centímetros y físico privilegiado, se ha convertido en un reclamo mundial. Su carisma y personalidad –que se prestan al espectáculo – le han permitido convertirse en una estrella generadora de billetes de tal manera que, sin ninguna pelea profesional en boxeo, el 26 de agosto se subirá al cuadrilátero para batirse en duelo con uno de los mejores púgiles de toda la historia . Además, recientemente ha estrenado paternidad con Dee Devlin, su novia de toda la vida y que le apoyó desde que vivía de la ayuda social que proporcionan en Irlanda, por lo que intentará regalarle lo que sería una histórica victoria.

McGregor, un bocazas para unos, un tipo genial y gracioso para otros . Sea como fuere, este guerrero forjado a sí mismo no dejará indiferente a nadie .

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