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El artista Prince - AFP

Un año de la misteriosa muerte de Prince: muchas incógnitas y un nuevo disco

Un álbum de grabaciones inéditas del genio de Minneapolis llega con sorpresa en el primer aniversario de su fallecimiento, cuya investigación sigue todavía abierta

Corresponsal en Nueva York Actualizado: Guardar
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«Deliverance» es el nombre del nuevo disco de Prince -y el single que ya se escuchaba ayer en Estados Unidos- que ha tomado por sorpresa a los seguidores del genio de Minneapolis. Es una canción de estilo gospel, con una apertura de punteos de blues agresivos y dominada por la voz afilada de Prince, la atmósfera musical ideal para el primer aniversario de su fallecimiento, que se cumple mañana. Está dentro de un álbum corto, con seis temas, todos grabados junto con uno de sus cómplices musicales habituales, Ian Boxill, entre 2006 y 2008. Boxill remató y acabó las canciones tras el fallecimiento de Prince y, ¡«tachán»!, las presenta cuando todo EE.UU. rememora la tragedia.

«Deliverance» es la prueba de que buena parte del torrente creativo de Prince todavía no ha aflorado y que su legado seguirá muy vivo, como también lo está el misterio que rodea su muerte.

En cuanto el mundo conoció su fallecimiento, Prince se convirtió en un mito. Entender las circunstancias de su fallecimiento inesperado, sin embargo, todavía va a tardar mucho tiempo: la investigación de su muerte sigue abierta y con más interrogantes que certezas. ¿De dónde sacó Prince el potente fármaco que le provocó una sobredosis letal? ¿Quién se lo suministró? ¿Quién conocía su adicción a los opiáceos?

Hace algunos días, se levantó el secreto de sumario de partes de esta investigación, liderada por la oficina del shérif del condado de Carver, donde Prince tenía su casa-estudio de Paisley Park, y la DEA, la policía encargada de la lucha contra la droga. De los documentos se extrae que los investigadores encontraron fármacos opiáceos diseminados por varios puntos del complejo. Había pastillas con oxicodona en diferentes tipos de botes, algunos de ellos de vítaminas, algunos prescritos a Kirk Johnson, un amigo que combinaba las funciones de asistente y guardaespaldas. El doctor Michael Schulenberg puso el nombre de Johnson en una receta de oxicodona prescrita pocos días antes de la muerte de Prince «para salvaguardar la privacidad» del cantante, según dijo el médico a los investigadores.

Causa oficial del fallecimiento

De lo que no hay ninguna pista es de cómo llegó hasta las manos de Prince el fentanyl, el opiáceo que según los forenses provocó su «muerte accidental por sobredosis», que es todavía la causa oficial del fallecimiento. En los registros se encontraron pastillas de oxicodona falsificadas y al menos una de ellas dio positivo de fentanyl, una sustancia cien veces más potente que la morfina y cincuenta veces más potente que la heroína. Solo se administra a pacientes terminales de cáncer o como parte de la anestesia en determinadas cirugías, y su uso ilegal está detrás de la epidemia de sobredosis que vive EE.UU. Los investigadores no han dado indicios de saber su procedencia, ni de si Prince era consciente de qué estaba tomando el 21 de abril del año pasado en su estudio de música.

Lo que la apertura de sumario sí muestra es la doble vida que llevaba Prince: de puertas afuera, proyectaba una imagen de estrella musical saludable, de dieta vegana y alejada de las drogas; solo su círculo más íntimo podía saber que sufría una adicción a los opiáceos, quizá provocada por el tratamiento de un dolor crónico de cadera.

Máquina de hacer dinero

Todo esto queda de lado en Minneapolis, que se viste de fiesta esta semana para celebrar a su ídolo con conciertos y eventos por toda la ciudad. Desde hoy y hasta el domingo, Paisley Park reúne a más de treinta músicos de las antiguas bandas de Prince -The Revolution, New Power Generation y 3rdEyeGirl- para lo que solo quedan entradas VIP a 549 dólares. Es solo una muestra de cómo Prince no ha dejado de ser una máquina de hacer dinero: además del inesperado «Deliverance», en junio se publicará una versión remasterizada de «Purple Rain» además de dos discos de estudio inéditos y dos documentales de sus conciertos que están por llegar, mientras que su música ha desembarcado en los servicios de streaming como Spotify o Apple Music.

Paisley Park se ha convertido en un museo que gestiona la misma empresa que el Graceland de Elvis Presley y por la casa-estudio ya han pasado 100.000 personas desde su apertura en octubre, con la entrada a 46 dólares. No sorprende que el tremendo imperio musical de Prince haya provocado una guerra económica: el músico no dejó testamento escrito y el juez ha determinado de forma provisional que sus herederos serán sus seis hermanos, que llevan meses de pelea sobre quién debe ser el albacea.

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