Lemaitre durante la entrevista con ABC
Lemaitre durante la entrevista con ABC - INÉS BAUCELLS

Pierre Lemaitre: «Con una novela negra no ganarás el Goncourt»

«Que el metro cuarenta y cinco de Verhoeven siga llamando la atención significa que es un personaje muy logrado»

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Les presentamos a Camille Verhoeven: «Metro cuarenta y cinco de cólera», siempre «en el lado malo de las cosas». Así lo describe Pierre Lemaitre (París, 1951) desde que lo puso a investigar en tres novelas -«Irène», «Alex», «Camille»- que acabaron en cuatro -como los Mosqueteros- con «Rosy & John» (Alfaguara), una conjunción materno-filial que sembrará en terror en la capital francesa. En 2013, cuando publicó «Rosy & John», el escritor ganaba el Goncourt por “Nos vemos allá arriba”, una de las mejores novelas que hemos leído sobre la Gran Guerra.

-¿Hay diferencias entre el Lemaitre del Goncourt y el autor de “polar”?

-Con una novela negra no ganarías el Goncourt. Nunca se ha dado a un autor de este género, aunque sí a novelas psicológicas, históricas...

La serie negra sigue en el ostracismo literario.

-¿Por qué esa marginación?

-Por dos razones, una justa y la otra injusta. La justa: es difícil encontrar autores de categoría, proliferan los mediocres. La injusta: Simenon fue un gran escritor: literario y policiaco.

-Hablemos de Camille Verhoeven. ¿Por qué lo bautizó con ese nombre?

-Es un homenaje a la pintura flamenca, porque es muy literaria: ese arte de lo visible y lo invisible. Ese detallismo tan policial. El gusto por los personajes secundarios...

-Un hombre de metro cuarenta y cinco... ¿No es un poco cruel?

-Que su metro cuarenta y cinco siga llamando la atención significa que es un personaje logrado. La razón de su estatura es muy prosaica. Comparé con los detectives de mis colegas y busqué algo diferente. Luego me planteé el punto de vista, lo que en el cine se denomina «contrapicado». Si Verhoeven es tan bajito, el mundo aparece de forma inédita para la gente de estatura normal.

-«Rosy & John» nació como un folletín para smartphone y ha acabado en papel de novela. Usted es guionista de televisión. ¿Lleva bien la presión de las entregas?

-Mi maestro es Alejandro Dumas y me atrajo escribir folletín: episodios muy cortos acabados con suspense, ritmo minuto a minuto... ¡El experimento fue un fracaso! ¡Nadie lo leyó! Mi editor cumplía sesenta años y para celebrarlo recuperamos la historia en forma de novela... El thriller es el heredero de los folletines del XIX.

-¿Después de cuatro novelas, ¿dirá adiós a Verhoeven?

-Un personaje tiene un potencial narrativo limitado. Conozco escritores que siguen con el mismo protagonista durante diez o doce novelas. Yo no soy de esos. Los personajes se van agotando y te agotan a tí.

-La novela vio la luz antes de la masacre de Charlie Hebdo. ¿Le impactó pasear por un París en estado de sitio?

-Tú imaginas una historia... hasta que te atrapa la realidad. Me sentí desolado al ver que lo que había imaginando sucedía, aunque el contexto de Charlie Hebdo sea político y el de mi novela, una cuestión personal. Aterrorizar la democracia es fácil porque la democracia, por su propia naturaleza, es frágil. Siempre pensamos que el terrorismo requería adiestramiento, recursos y resulta que un «lobo solitario» se pone un cinturón con explosivos y se inmola en una escuela.

-A Pierre Lemaitre no le gusta viajar, ¿Google Maps es una buena solución para escribir sobre otros lugares?

-No necesitamos Google. Verne no tenía Google. La ventaja de la literatura es que no necesita nada.

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