El escritor Peter May, el jueves en Barcelona
El escritor Peter May, el jueves en Barcelona - INÉS BAUCELLS
BCNegra 2016

Peter May: «El crimen ya no es el centro de la novela negra»

El escritor regresa con «Entry Island», un thriller de trasfondo histórico que conecta el presente con el desplazamiento forzado de miles de escoceses en el siglo XVIII

BARCELONA Actualizado: Guardar
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El azar y la mala suerte quisieron que Peter May (Glasgow, 1951) fracasase estrepitosamente en su intento de triunfar en el mundo de la música -más pistas en la reciente «Runaway», aún inédita en castellano- pero, a cambio, le permitieron convertirse en uno de los autores más exitosos y laureados de la novela negra. O, como a él le gusta aclarar, de aquella manera de entender la novela en la que lo negro no es más que «un pretexto». Una excusa con licencia para matar (y también para morir) y un modo de hacer palanca hacia otros temas, ya sea la modificación genética, el amor o turbios episodios de la historia del Reino Unido.

Éste último es el caso de «Entry Island»

(Salamandra), donde May conecta presente y pasado, crimen e historia, para abordar los llamados Highland Clearances, el desplazamiento forzado de miles de escoceses de las Tierras Altas durante el siglo XVIII. «Es un periodo muy vergonzoso de la historia británica, por eso el establishment no quiere hablar de ello», señala May, quien recuerda en el libro cómo entre 100.000 y 200.000 habitantes fueron obligados a emigrar hacia lugares como Canadá. «Mucha gente en Inglaterra ni siquiera sabe lo que pasó. No es algo que se enseñe en el colegio: yo mismo lo descubrí viendo una obra de teatro», añade.

A partir de ese episodio «especialmente brutal» que, sostiene May, «se ha querido ocultar bajo la alfombra», el autor trenza crimen, romance e historia y busca el vínculo generacional entre aquellos escoceses y Sime Mackenzie, un agente de policía de Quebec enviado a resolver un caso a Entry Island, una pequeña isla de la Magdalena cuya tranquilidad se ve de pronto turbada por un asesinato.

Escocia desde lejos

Un crimen que, más que una nunca, es una excusa. O, como insiste el escocés, un pretexto. «El crimen ya no es el centro de la novela negra. Para mí, la historia es siempre sobre la gente», reflexiona May, autor negrocriminalmás por casualidad que por vocación. «No es una elección. Caí por accidente y, una vez estás ahí dentro, ya es muy difícil salir. Ni los lectores ni los editores te dejan. Aún así, intento empujar los límites del género para abrazar otras historias e incluso otros géneros», explica un autor que, después de una veintena de novelas, tiene muy clara cual es su misión: «Entretener con una buena historia pero introduciendo unos elementos históricos que, en este caso, era necesario revisar».

Instalado en Francia y con una casa en un pueblecito de Málaga, May no sólo huye de las etiquetas y de esa idea genérica del «tartan noir» -«de mis libros han llegado a decir que eran “nordic noir”», relativiza-, sino que también lo hace de su propio país. Al menos, hasta que se declare la independencia. «No quiero pagar mis impuestos en Westminster, donde sus ideas no coinciden prácticamente en nada con las mías», asegura.

Eso sí: lo que en principio podría parecer una decisión política ha acabado por convertirse en una bendición literaria: «Nunca podría haber escrito sobre Escocia viviendo en Escocia. La distancia me ha dado perspectiva», reconoce May, quien, pese a la lejanía, sigue encontrando en los inquietantes contornos de las Hébridas el mejor escenario para desarrollar sus historias. También sus raíces siguen bien conectadas a su Glasgow natal, y con ellas unas influencias capitaneadas por el recientemente fallecido William McIlvanney. «Escribía sobre una Escocia urbana de una manera que nadie lo había hecho, y eso nos dio permiso para empezar a escribir con mayor fidelidad de nuestro hogar», apunta May.

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