Van Gogh visto por Emile Schuffenecker
Van Gogh visto por Emile Schuffenecker - ABC

Nuevos hallazgos sobre Van Gogh, un pintor al borde de la locura

Una exposición en Ámsterdam desvela material inédito que demuestra que se cortó toda la oreja al tiempo que arroja luz sobre su enfermedad y su muerte

Ámsterdam Actualizado: Guardar
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Cuando Axel Rüger y Nienke Bakker, el director y la conservadora del Museo Van Gogh, desvelaron ayer el retrato del doctor Félix Rey, traído para la ocasión del Museo Pushkin de Moscú, el rostro de este buen hombre parecía intentar hablar. Y curiosamente así ha sido. El misterio de la oreja que Vincent van Gogh se automutiló en una tormentosa noche del 23 de diciembre de 1888 se ha resuelto con el hallazgo de una nota manuscrita del propio doctor Rey en la que éste explica sin ningún tipo de duda que el pintor se cortó realmente todo el apéndice auricular izquierdo y apenas quedó un colgajo del lóbulo. El Museo Van Gogh de Ámsterdam presentó ayer una nueva exposición dedicada a los últimos meses de la vida de este artista que acabó sus días suicidándose de un disparo en el corazón realizado con una pistola que también puede verse, entre otras muchas curiosidades de este periodo sombrío en el que el pintor vivió «Al borde de la locura».

Vincent van Gogh, Tres raices (1890)
Vincent van Gogh, Tres raices (1890) - EFE

Según la versión oficial, tras haberse desprendido de la oreja, Van Gogh fue encontrado inconsciente en su dormitorio, pues había perdido mucha sangre. El doctor Rey le había dicho que la causa de sus problemas estaba en sus excesos con el café, la absenta, el tabaco y los malos consejos de un manual de medicina naturista de la época publicado por un tal Raspail. Todo ello aparece, junto a una carta de su hermano Theo, en el bodegón «Un plato de cebollas», que es como un autorretrato imponente de ese artista que va a aceptar finalmente ser internado en el sanatorio de Saint-Rémy-de-Provence, una etapa sombría que anticiparía el final del vertiginoso trayecto de su mente.

Para Nienke Bakker, aunque Van Gogh intenta quitarse la vida varias veces ingiriendo pintura, «no es el trabajo lo que le consume, sino al revés»: su producción se vuelve más intensa en los periodos de lucidez en los que se le permite trabajar. Pero ese trabajo le va hundiendo a su vez en ese pozo misterioso en el que solo sobreviven algunos genios. El doctor Félix Rey, un modesto galeno rural al que Van Gogh le hizo este impresionante retrato que ahora se puede ver en su verdadero contexto, estaría orgulloso de esta exposición. No hay más que verlo.

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