Parte del espectáculo del Circo Mundial
Parte del espectáculo del Circo Mundial - BELÉN DÍAZ
Entrevista

«Es imposible enterrar el circo»

ABC recorre el Gran Circo Mundial en Madrid de la mano de su director, José María González, que lleva toda su vida vinculado al arte circense

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«Cuando llegó el hombre a la Luna pensé: "el hombre en la Luna… ¡y ahora qué hacemos en el circo, qué presentamos! ¡Esto es lo máximo que se puede ver!" Y, sin embargo, el circo siempre ha conseguido superarse para estar ahí, para seguir siendo capaz de impactar e impresionar».

Estas palabras pertenecen a José María González, director del Gran Circo Mundial, y son más que una anécdota en su vida, escoden una forma de entender el espectáculo circense, en el que se encuentra inmerso desde que tenía sólo 14 años, y en el que sigue creyendo con la misma devoción que entonces. [Compra aquí tus entradas al mejor precio con Oferplan]

Ahora que ya queda lejos aquel 1976 en el que González puso en marcha el que ya es el mejor circo de Europa, recibe a ABC en Madrid, entre colores, luces, música, olor a palomitas y algodón de azúcar y, como no, entre sus protagonistas.

Saluda a todos y cada uno de los que forman parte del equipo de trabajo, muestra los animales que saldrán a pista y no disimula su sonrisa mientras explica que nunca se ha planteado dejar el circo por el «amor y cariño» que le tiene.

«Empecé trabajando prácticamente de botones y hoy tengo uno de los circos más importantes. Ese amor y ese cariño son los que han hecho que siga luchando, a pesar de los obstáculos y problemas que siempre surgen en la vida», explica González. Entre esas adversidades a las que ha tenido que hacer frente está la pérdida en la carretera de sus dos hermanos, hecho que le obligó a esforzarse todavía más para conseguir que su familia siguiera unida. Años más tarde volvería a repetirse la tragedia: su hijo murió, con sólo 26 años, en un accidente de tráfico. «Entonces supe que tenía que ser mucho más fuerte que la vez anterior, perder un hijo es algo que no le tendría que pasar a nadie. A pesar de todo, seguí luchando. Tuve la suerte de contar con la ayuda de múltiples amigos y, gracias a todo eso, ahí está el circo y podemos decir que somos uno de los mejores de Europa».

El cuidado de los animales es parte esencial también de su trabajo. «Somos los primeros interesados en eliminar cualquier tipo de mala práctica con ellos, cuidarlos forma parta de nuestro día a día». Recorrer «varias veces» buena parte del mundo es otra de las responsabilidades clave de Gónzalez y de su forma de entender el mundo circense. «Tienes que ser consciente siempre de que si no viajas siempe te estarás perdiendo algo. En Europa encuentras ya muy pocas atracciones, te tienes que ir a América, Rusia, Brasil... y ahora, gracias a los cambios que acaban de producirse, iré a Cuba, que también está sacando buenos artistas. Creo que como es un país que va a abrir un poco sus fronteras, ahora vas a poder ir y llevarte una trouper a España».

Un espectáculo completo

Gracias a esos viajes, el director del Gran Circo Mundial va «captando» lo mejor de cada país, comprendiendo, además, que cada público es diferente y no todo vale: «He visto payasos en Alemania y Rusia con los que la gente se partía de risa, los trajimos a España y el efecto fue... normal, sin más. Cada público necesita algo que vaya con el carácter de su país. El público español es muy bueno, muy agradecido. Ahora, como llevamos ya varios años de crisis, lo que hemos hecho es reforzar los números cómicos, para que la gente se ría, para que haya complicidad con los artistas de la pista, para mientras estén en el circo se olviden de los problemas cotidianos que hoy se tienen».

«Cuando entro en el circo y veo a un niño corriendo, pienso que algo va mal»

De esta forma se crea un espectáculo. Todo es sumamente importante; desde esos artistas y los animales seleccionados por todo el mundo, hasta la forma en la que se ordenan los espectáculos: «Hay que intentar que sea dinámico, que los niños no tengan tiempo ni de pestañear. Cuando entro en el circo y veo a un niño corriendo, pienso que algo va mal. No puedes ver a un niño corriendo en el circo, implica que no se ha centrado con nada y que algo no ha captado. Se trata de que consigas un espectáculo que vaya de menos a más para que si en uno pierdes al niño o al mayor, en el siguiente lo recuperes».

Así, preguntado por su espectáculo favorito, González destaca las tres cosas que forman «la columna vertebral del circo»: «Los animales, los payasos y los trapecistas». Todo esto estará presente en Madrid, este año en la calle Silvano, donde, el que ya es el circo de las navidades de los madrileños, se ha ubicado para seguir regalando alegría. «Nos hemos volcado, hemos traído números muy originales, con tigres, elefantes, con caballos de pas a deux -que son una maravilla, ganaron la plata en el festival de Montecarlo-, una malabarista que trabaja encina de un caballo... El conjunto ha quedado muy redondo, muy completo y equilibrado. Están representadas casi todas las artes circenses y todos son números de alta calidad».

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