Mortadelo y Filemón, dos sexagenarios en plena forma

Lo que Ibáñez ideó como un apaño para salir del paso y hacerse un hueco Bruguera se ha convertido, sesenta años después, en icono indiscutible de la historieta española

Mortadelo y Filemón se las ven con Mr. Trompf y Pxing Pxong en su nueva aventura Los a ABC
David Morán

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Tenía que ser un apaño temporal, un par de garabatos para salir del paso y hacerse un hueco en esa cadena de producción que era la factoría Bruguera, cuna de la historieta española. «Me dije "voy a hacer un personajito para entrar en Bruguera y luego ya veremos qué hacemos"», explica un creador que ni siquiera ahora acaba de creerse la dimensión que ha adquirido ese «personajito» que al final fueron dos y que, sesenta años después, ha acabado por convertirse en uno de los grandes iconos del cómic español.

Viñeta de la primera etapa de «Mortadelo y Filemón» ABC

Así que estamos en 1957, Francisco Ibáñez (Barcelona, 1936) acaba de dejar su trabajo en el Banco Español de Crédito y Mortadelo y Filemón, l os más calamitosos detectives que jamás hayan pasado por el kiosko, están a punto de saltar del lápiz a la viñeta para debutar oficialmente en enero de 1958 en el número 1394 de la revista Pulgarcito.

En su momento, la serie nació como una parodia de las historias de detectives y, muy especialmente, de las aventuras de Sherlock Holmes y el Doctor Watson, pero con los años Ibáñez le ha querido restar valor a aquel alumbramiento para subrayar que lo realmente importante es todo lo que vino a continuación. «El origen del personaje no tiene demasiada importancia. En una tarde podría hacerte 50 o 60 personajes, pero su valor llega luego, cuando empieza a moverse. No es el nombre lo que hace al personaje, es el personaje el que hace al nombre», explica.

Tanto es así que, después de una década habitando en las páginas de «Pulgarcito» bajo el nombre de «Mortadelo y Filemón, agencia de información», estos primos-hermaos patosos de Pepe Gotera y Otilio y El botones Sacarino se emanciparon en 1969 para dar el salto al las historietas largas con «El Sulfato Atómico». Un cambio de rumbo que marcaría la primera madurez de la pareja y de la que saldrían otros títulos ya legendarios como «Valor y... ¡al toro!» o «Chapeau el "esmirriau"».

Una viñeta de «El tesorero» ABC

Mortadelo y Filemón ya no están solos -han ingresado en la T.I.A, donde tropezarán con Ofelia, el profesor Bacterio y el superintendente Vicente-, por lo que cada vez exigen más dedicación y atención. Influye, un mucho, una popularidad cada vez más creciente, por lo que lo que debía ser un apaño temporal acabó arrinconando a otros personajes, como su querido Rompetechos, y se convirtió en el eje central de una línea de producción que suma ya 60 años de vida y más de 200 títulos.

Un baile de cifras que, a pesar de los altibajos de finales de los ochenta, sigue propiciando fenómenos como el de «El tesorero», álbum del que se llegaron vender 10.000 ejemplares en un sólo día, y mantiene intacto el tirón de Ibáñez. «Cuando veo las colas de las firmas me dan ganas de salir corriendo», bromea.

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