Alejandro González Iñárritu, durante el rodaje de «The Revenant», su última película
Alejandro González Iñárritu, durante el rodaje de «The Revenant», su última película - ABC
González Iñárritu

González Iñárritu: «El 89% del cine que se hace es como comer en el McDonald’s»

Sólo diez meses después de ganar el Oscar con «Birdman», el cineasta mexicano reconoce estar decepcionado con su profesión

ENVIADO ESPECIAL A MÉXICO D. F. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Casi diez meses después, aún resuena el discurso de Alejandro González Iñárritu (México D.F., 1963) en los Oscar: «Quiero aprovechar esta oportunidad para dedicarle este premio a mis compatriotas en México. Ruego para que podamos tener el gobierno que nos merecemos». En ese instante, sacudiendo la estatuilla como una antorcha, el cineasta se convirtió, de alguna manera, en un abanderado de la dignidad mexicana. Iñárritu ha estado este fin de semana en México con motivo del Rolex Arts Weekend, un programa de mecenazgo que le ha convertido, durante un año, en el mentor de otro joven director, el israelí Tom Shoval. Durante la rueda de prensa, Iñárritu habló de ese papel como maestro: «Cuando me lo ofrecieron estaba aterrado porque no me considero capaz ni de enseñar a mis hijos a comer.

Por eso pensé que lo mejor era compartir, abrirle la puerta a mi proceso y enseñarle la ropa sucia que nunca se enseña».

Con el paso de los minutos y las explicaciones de otros autores que participaban en su mismo proyecto (Michael Ondaatje, Olafur Eliasson o Peter Zumthor), el director se fue saliendo poco a poco del guión académico que estaba tomando el acto. «Los jóvenes que se enfrentan al reto de ser cineastas van en contra de una industria que ha convertido el cine en un producto de entretenimiento, como una hamburguesa diseñada para que no haya ninguna disconformidad». Primer martillazo. «Es muy difícil que la gente pueda observar el punto de vista de un gran artista de Israel –en alusión al cineasta que apadrina– porque la industria está acaparada por un mercado al que sólo le interesan las franquicias».

Un cineasta desilusionado

Es una de las razones por las que el mexicano asegura, solo diez meses después de alcanzar la cima con «Birdman», haber perdido parte de su ilusión por el cine. «La gran mayoría de las veces que veo cine siento una desilusión, como si fuera un mago que ya se sabe los trucos. Me cuesta cada vez más trabajo ver cine que me llene y me sorprenda porque estoy viendo el oficio del que lo hizo». ¿Ya no se hace buen cine, entonces? Iñárritu recurrió a una metáfora para explicar la situación: «Creo que se hace un gran cine en muchas partes del mundo, el problema es que tiene muy pocas opciones de ser visto. ¡Es como si el 89% por ciento de los restaurantes del mundo fuesen McDonald’s! Esa es la realidad que estamos viviendo».

«No soy el ejemplo a seguir o el líder de nada. Mi única responsabilidad es ser honesto con mis películas»

Terminó la conferencia de prensa y decenas de compatriotas lo esperaban a la salida. Sin embargo, el director prefirió darse la vuelta a la vista de tanto micrófono. La organización intentó sacarlo por una puerta trasera, pero Iñárritu acabó respondiendo a los periodistas en un pasillo estrecho y lleno de tuberías: «Me encanta venir a México», concluyó.

Minutos después tuvo un encuentro algo más exclusivo con los medios acreditados al Rolex Arts Weekend. Fue una de esas entrevistas a dos o tres voces que al final son como un vis a vis: breves y con poca intimidad. En ese aparte, el mexicano aseguró a ABC que el Oscar no ha cambiado su vida, que no hay un Iñárritu antes y después del soldadito dorado. ¿Tampoco tiene la sensación de que todos aquí esperan mucho de él? «No me siento como el abanderado de un país, no tengo esa responsabilidad. Tampoco creo que sea el ejemplo a seguir o el líder de nada. Mi única responsabilidad es ser honesto con mis películas».

Después de saber que hace tiempo que ver cine le deja a medias, había que preguntarle por cómo consigue, entonces, mantener las ganas de trabajar. No obstante, hace poco declaró que se ganaría mejor la vida que haciendo películas. «No lo sé (se toma unos segundos para pensar). A veces leo algo... No sé. Yo creo que es la vida misma», explicó. «Tengo una vida familiar, intelectual y espiritual, creo, mucho más grande, más hermosa y más rica que el cine mismo. Y cuando a veces lo aprieto y saco algo de jugo lo convierto en cine».

Ver los comentarios