Alejandro Sanz: «Venezuela está peor que nunca»

Cuando aún faltan unos minutos para que el reloj de la estación de Atocha marque las once de la mañana, un nutrido grupo de jóvenes se agolpa en la puerta del edificio Nouvel del Museo Reina Sofía. Llevan años sin ver a su ídolo y, por fin, ha llegado el momento de reencontrase con él y su música. Alejandro Sanz presentó ayer su décimo álbum de estudio, compuesto por trece temas muy cuidados que combinan armoniosamente toques de flamenco, pop, rock y funk. Un auténtico cóctel musical al que le ha otorgado un nombre muy peculiar.

—La primera pregunta es obligada. ¿Cómo surgió el título del disco?

—La palabra sirope evoca un pensamiento de algo que te endulza y te cura y, en cierto modo, esas son algunas de las propiedades de la música.

Pero, además, el sirope es pegajoso como el amor, muy presente en mis letras.

—Desde aquel «Corazón partío», ¿cómo ha evolucionado el reflejo del amor en sus canciones?

—Hay muchas formas de cantar al amor, en toda la plenitud de la palabra. Cuando hablo de cuidar de nuestro planeta, de mis hijos, de las situaciones políticas y sociales que me preocupan... Para mí todo ello son diversas manifestaciones de amor.

—¿Cómo fue el proceso de creación?

—Empecé grabando notas de voz en mi móvil, que luego iba desarrollando en mi estudio, donde pasaba 16 horas diarias. Llegué a componer hasta 40 canciones, que fui filtrando. En algún instante tuve dudas, pero siempre están y además son necesarias. Como de costumbre, la inspiración aparecía por la noche. Los músicos siempre hemos tenido fama de noctámbulos. Al final es el único momento en el que no suenan los móviles, no hay ruidos, los niños están acostados.

—«No madura el coco» es una letra muy dicente, con un mensaje implícito sobre Venezuela en el que afirma que en «El Caribe hay miedo». ¿Cómo ve el país?

—Creo que está peor que nunca. No ha habido un momento peor en la historia de Venezuela. Siempre digo que Maduro es una copia mala de Chávez. Me tocó muy de cerca, porque estuve allí. Muchos pensarán que es mejor no meterse en estas cosas, pero convivimos en un mismo ámbito. Si somos capaces de condenar unas cosas, ¿por qué otras no?

—Otro de los temas nuevos es «Capitán Tapón», dedicado a su hijo Dylan.

—Sé que va a ser una canción que le encantará cuando tenga 30 años y va a odiar cuando tenga 14. Dylan venía todos los días al estudio a darme las buenas noches mientras estaba componiendo y grabando y se dedicaba a tocar los instrumentos y a desafinarme las guitarras, así que este es un pequeño homenaje para él.

—En este disco cuenta con las colaboraciones de Juan Luis Guerra y el trompetista Arturo Sandoval.

—Juan Luis es uno de los músicos más reputados. No he visto a nadie que se tome más en serio la felicidad que él, con tanta espiritualidad. Su fe me da mucha envidia. Y Arturo Sandoval es el trompetista más importante tras Miles Davis y Dizzy Gillispie. ¿Qué más podía pedir?

—¿De qué forma está presente en este disco Paco de Lucía?

—Hay toques de Paco en todo el álbum. Tengo tan buenos recuerdos de él... Era un hombre que siempre se reía, así que tengo que recordarle con total alegría. Sin él , yo no me hubiera dedicado a la música. Mi hermano, de pequeño, escuchaba a Parchís y yo a Paco de Lucía, con eso lo digo todo.

—¿Qué opinión tiene sobre el 21% de IVA cultural?

—Hay una cosita que no funciona entre la cultura y el Gobierno, porque olvidar o hacer de menos la cultura de un país es no entender la cultura. A España se la conoce más por Picasso que por Rajoy. Igual que se apoya el deporte, se debe apoyar la música, que es el deporte del cerebro.