Una década a la espera del tranvía

Es una de las grandes apuestas de la Junta de Andalucía para la Bahía. Uno de los proyectos más importantes en los que se ha estado trabajando en los últimos años y, como tal, una de las actuaciones que más polémicas, dudas e incertidumbre ha generado. Tras una década hablando casi de manera constante de él, el Tren Tranvía de la Bahía de Cádiz entra en su cuenta atrás para que entre en servicio.

Según las previsiones, será antes de que finalice el próximo trimestre cuando este nuevo medio de transporte inicie su explotación comercial haciendo trayectos en un primer momento de Chiclana a San Fernando, para ir aumentando poco a poco su radio de acción y llegar hasta la capital.

Y esa cuenta atrás se quería haber escenificado el pasado viernes 3 de marzo, una fecha que iba a recoger uno de los grandes hitos del tranvía, ya que por primera vez recorrería todas las paradas que se encuentran entre Chiclana y San Fernando. Iba, porque finalmente todo se quedó en un intento y a última hora se tuvo que desconvocar el acto debido a una serie de imprevistos derivados de la energización de los vehículos.

Ahora ese acto se queda sin fecha, mientras que se realizan comprobaciones para garantizar el paso del tranvía sin problemas por amabas localidades. Hay que especificar que no se trata de unas incidencias graves, de hecho se espera que en los próximos días quede todo resuelto, pero han sido ya muchos retrasos, anuncios que se perdieron con el tiempo y fiascos, para seguir sumando más.

Y es que en una década ha pasado de todo. Porque sí, aunque se dice muy pronto son unos diez años los que se lleva planificando, trabajando y esperando que el tranvía sea una realidad. Aunque se puede remontar más allá de 2006 para hablar del proyecto cuando se trataba de iniciativa, la primera gran fecha significativa para el tranvía es septiembre de 2008, cuando las máquinas irrumpieron en la calle Real de San Fernando, que es su principal arteria, para cortarla al tráfico y comenzar las labores de semipeatonalización y colocación de la plataforma tranviaria.

Atrás quedaban multitud de encuentros y negociaciones, de especificaciones y cambios. Porque en un primer momento el trazado era muy distinto. En vez de coger por la calle Real iba a ser por la denominada Ronda del Estero, con un recorrido pegado al Parque Natural, pero esto rompía con una de las bases del proyecto que era comunicar los municipios desde los propios centros históricos.

Por aquel entonces había un fecha marcada en el calendario y era el 24 de septiembre de 2010, momento en el que San Fernando (que ha sido la localidad más afectada por las obras al semipeatonalizar casi dos kilómetros de calle) iba a conmemorar el 200 aniversario de Las Cortes Constituyentes, uno de los mejores escaparates para un hito como el tren tranvía.

Pero pronto se percataron de que para esa fecha iba a ser imposible. Los problemas que iban surgiendo en las obras y la batalla legal que comenzaron aquellas personas cuyas casas y negocios fueron expropiadas en nombre del bien común, hizo que se acumularan los primeros retrasos. Incluso por obra judicial fue paralizada la actuación (debido a que el letrado que llevaba los intereses de los afectados encontró un fallo administrativo en la comunicación oficial sobre el proyecto).

Tras ir sorteando los problemas y llegar a un acuerdo con los expropiados, en el horizonte surgió una nueva fecha como era el 19 de marzo de 2012, cuando Cádiz iba a celebrar el Bicentenario de la promulgación de la Constitución de 1812 conocida popularmente como la Constitución de ‘La Pepa’.

Otra gran fecha para arrancar el tranvía. Pero de nuevo imposible de alcanzar. Mal entendimiento con las administraciones locales, más negociaciones y planificaciones. La última fecha que se dio de manera pública fue que el tranvía funcionaría a finales de 2014. A partir de entonces ya no se ha dado ninguna fecha de manera oficial.

Hasta ahora que, sin concretar, se habla del próximo trimestre, pero por una razón muy sencilla, porque la actuación se eleva a más de 220 millones de euros y cuenta con una subvención de 135 millones por parte de los fondos FEDER de la UniónEuropea, una suma que puede ser reclamada si más allá de ese periodo no está en funcionamiento el tranvía.

Aún no llegará a Cádiz y queda

Y por eso se irán abriendo tramos para su explotación comercial conforme se pueda hacer para ello. El primer trayecto sería entre Chiclana y San Fernando, lo que ya justificaría su uso, pero no el sentido verdadero de la actuación que no es otro que conectar amabas localidades con la capital. Y qué queda para ello. Pues todavía hay muchos cabos sueltos que se deben resolver para que se pueda ir de manera directa desde el centro de Chiclana al centro de Cádiz.

En primer lugar no hay conexión con la vía ferroviaria. Es decir la plataforma tranviaria que se ha creado y que va de Chiclana, pasando por San Fernando, hasta las inmediaciones del río Arillo no está físicamente unida con la vía ferroviaria que va a Cádiz. Hasta hace poco la Administración de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) no dio su consentimiento para que esto fuera así, aceptando de manera implícita que también dará permiso para que el tranvía circule por dicha vía.

En segundo lugar, sigue sin haber un operador para su explotación. Una empresa que dote de conductores a los tranvías. Ahora parece que también se ha conseguido desbloquear el acuerdo con Renfe (que en su web llegó a colocar las paradas del tranvía) y lo único que faltaría es estampar la firma.

Pero eso precisamente era lo que faltaba antes de que Zapatero dejara la Moncloa. La llegada de Mariano Rajoy cambió la visión de los Ministerios sobre el proyecto y se enfriaron unas relaciones que ahora sí van por buen camino. Aunque hasta que no esté todo firmado nunca se sabe.

Cuál es la solución para poder llegar a Cádiz, pues utilizar la parada que se va a hacer (cuya obra se espera comenzar en las próximas semanas) en el Río Arillo y que actuará como intercambiador. De esta manera dará la posibilidad al viajero de bajarse, cambiarse de vía y coger un cercanía para poder llegar a Cádiz o, por el contrario, cambiar la dirección para dirigirse a Jerez.

Así que primero se pondrá en marcha el tranvía para ir de Chiclana a San Fernando, una vez se finalice la parada del Río Arillo, se podrá ir hasta Cádiz cambiando de tren, pero ¿y el trayecto directo hasta la capital? Tendrá qué esperar. Aunque la conexión no es una actuación compleja en sí, el tranvía no está homologado aún para coger por la línea ferroviaria.

El Tren Tranvía de la Bahía de Cádiz (como se denomina el proyecto) es un modelo dual, lo que significa que por primera vez un mismo vehículo cogerá por plataforma tranviaria y por línea ferroviaria, pero para ello se precisa de la certificación de que cumple con todos los parámetros para ello. Y es que el tranvía es innovador en este aspecto en todo el mundo. Hasta que no se consiga esta homologación no podrá llegar a Cádiz. Ya ha cumplido unos 30.000 kilómetros de test y quedarían alrededor de unos 3.000 kilómetros. Además se han superado pruebas de frenado o de estabilidad a la hora de cruzarse con otros vehículos, especialmente trenes de alta velocidad.

Hay mucho encaminado y casi atado, pero se puede decir que poco cerrado de manera definitiva. Además sigue habiendo dudas, pues se desconoce por ejemplo precio del billete (aunque se habla que será similar al del actual cercanía de San Fernando a Cádiz), ya la Junta advierte de que será deficitario «como todo transporte público» pero habrá qué ver si esas pérdidas compensan o no. También falta por hacer la Subestación que debe garantizar su suministro y no tenga problemas de energización. Aún no han comenzado los trabajos (sí está resuelta tanto la financiación como proyecto y solo quedaría comenzar) que se extendería por año y medio y, mientras tanto, se debe depender de otras suministradoras con las que se ha llegado a acuerdos. Sigue sin haber una fecha clara, aunque se espera que se pueda decir una vez se cumpla ese hito de recorrer por primera vez Chiclana y San Fernando.

Sí es cierto que tras una década parece comenzar una cuenta atrás para que el tranvía sea una realidad, pero eso no quita para que sigan existiendo muchas dudas e incertidumbres sobre esta actuación, que solo el paso del tiempo puede despejar para bien o para mal.