La jefa de la banda, ahora en prisión, vivía en la barriada Federico Mayo.
La jefa de la banda, ahora en prisión, vivía en la barriada Federico Mayo. - LA VOZ
SUCESOS

Cae La Negra, la matriarca que repartía cocaína en coche desde Jerez a toda la Bahía de Cádiz

Dolores, de 43 años, llevaba los pedidos a los vendedores de la provincia después de surtirse en un pueblo próximo de Sevilla

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Dolores, conocida como ‘La Negra’ en su barrio de Jerez, había convertido al parecer el tráfico de drogas en su forma de ganarse la vida. A los 43 años y con varios hijos a su cargo trabajaba en el ‘negocio’ para tener cubiertas de sobra todas sus necesidades. Varias veces a la semana cogía el coche y salía desde la barriada de El Chicle de Jerez con destino a diferentes puntos de la Bahía de Cádiz como Chiclana, Chipiona, Puerto Real... para surtir de cocaína a sus clientes. Previamente, había ido hasta un pueblo próximo de la provincia de Sevilla a recoger la mercancía y tenerla dispuesta para que los vendedores la pudieran pesar y soltar en el mismo día.

Dolores era supuestamente ese eslabón intermedio de la cadena del narcotráfico entre los grandes distribuidores y los que se dedican al menudeo.

Cuando los agentes de la Udyco de la Comisaría Provincial de Cádiz entraron en su casa la mañana del miércoles 15 de febrero, ‘La Negra’ tenía almacenada la droga, decenas de fajos de billetes y los útiles propios para el pesaje y la distribución debajo del colchón. Esos días estaba haciendo obras de ampliación en la casa y no se fiaba de que algún obrero pudiera descubrir por casualidad todo lo que allí guardaba por lo que había cerrado la puerta de la habituación con llave.

Hasta que la cadena falló y se volvió en su contra. La localización de un punto de venta de droga en Chiclana dio al traste con el negocio. Fue en octubre del año pasado. Algunas denuncias vecinales pusieron en alerta a la Policía sobre que había un activo vendedor en el Pago del Humo. Allí, en un chalé vivía de alquiler ‘El Panadero’, de 38 años, un viejo conocido por los agentes con numerosas detenciones en su historial. Su actividad llegaba hasta tal punto que a pesar de tener el carnet de conducir retirado por sanción, distribuía en bicicleta por Chiclana cuando era necesario. Pero además, los investigadores constataron mediante largas vigilancias a todas horas del día que por su domicilio pasaban decenas de clientes que recogían la cocaína en dosis para el consumo. Como la noche de Fin de Año. «Aquello parecía una feria de la gente que fue», comenta uno de los policías encargados de este exitoso dispositivo.

El seguimiento a un vendedor de Chiclana fue determinante para destapar la red

Y entre las visitas que recibió durante esas semanas El Panadero, hubo una que llamó especialmente la atención de los agentes. Se trataba de Dolores. Ella en vez de llevarse papelas, las dejaba. Fue entonces cuando la identificaron y vieron que contaba con antecedentes por delitos contra la salud pública y que parecía tener a varias personas trabajando a su servicio. Así empezaron a tirar del hilo con una investigación que ya se judicializó para poder seguir con las pesquisas.

El operativo

Solo faltaba unir todos los cabos y esperar al momento adecuado para actuar. Tras un intenso trabajo por parte de los agentes de la Udyco, ese día llegó el pasado 15 de febrero. Había tres frentes importantes: el domicilio de El Panadero, la casa de Dolores y el punto de distribución en Sevilla. A primera hora de la mañana, los policías fueron a Chiclana. Se dirigieron a la vivienda de los padres del vendedor ya que había dejado el chalé para vivir con ellos. Allí, y sin resistencia, pudieron realizar el registro. En él intervinieron material importante que prueba la actividad ilícita como bolsas de plástico con recortes circulares, una balanza de precisión, y cuatro teléfonos móviles. Además, se le intervino 655 euros en billetes predispuestos para la compra de más sustancias estupefacientes.

Cuando los agentes entraron en su casa, guardaba 15.000 euros y droga debajo del colchón

Pero faltaba que cayera Dolores. Así que aprovechando uno de sus viajes de provisión a la provincia de Sevilla, se desplegó un importante operativo que le siguió los pasos. Al regreso de su viaje, le daban el alto en la carretera nacional a la altura de El Cuervo. Al volante iba su cuñado y dentro del bolso que llevaban en el coche se encontraron 910 gramos de benzocaína, una sustancia similar al cristal que se usa para el corte de la cocaína y que puede multiplicar el beneficio en la venta según la cantidad que se utilice en la mezcla. Allí la detuvieron. Seguidamente y con la colaboración de la UPR de Jerez, se trasladaron a la barriada del Chicle para registrar la casa de la matriarca. Fue entonces cuando localizaron las pruebas más evidentes: 138 gramos de cocaína, 65 gramos de benzocaína, dos balanzas, dos móviles, una agenda con anotaciones contables y 15.772 euros en numerosos fajos de billetes (fraccionados para la venta). Además en ese mismo domicilio se detuvo al hijo y la nuera, de 24 y 26 años de edad, como cooperadores necesarios en el negocio ya que se les acusa de encargarse de custodiar la mercancía mientras que La Negra salía a repartir. Y, por último, esa misma tarde, se arrestó a los dos últimos implicados, de 39 y 40 años, que contaban con varias detenciones anteriores. Uno de ellos, un empresario de un local de Jerez, en el que presuntamente vendía también.

Cuatro de los siete detenidos pasaron a disposición del Juzgado Mixto número uno de Chiclana, cuya titular ante las pruebas aportadas por los investigadores decretó el ingreso en prisión de todos ellos. La investigación ha sido realizada por agentes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco)pertenecientes a la Brigada de Policía Judicial de la Comisaría Provincial de Cádiz.

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