Turismo baratoRuta por Cádiz para bolsillos sin mucho presupuesto

Un recorrido para degustar tesoros culturales y gastronómicos sin tener que poner en riesgo la economía y apto para los bolsillos más ajustados

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Cádiz es una ciudad asequible en tamaño y en precio, pero fértil en patrimonio. Es la capital de Andalucía con más inmuebles catalogados como Bien de Interés Cultural por kilómetro cuadrado, según el registro del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Ni Sevilla, ni Córdoba, ni Granada. Cádiz.

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  1. Torre Tavira

    Cádiz es una ciudad asequible en tamaño y en precio, pero fértil en patrimonio. Es la capital de Andalucía con más inmuebles catalogados como Bien de Interés Cultural por kilómetro cuadrado, según el registro del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Ni Sevilla, ni Córdoba, ni Granada. Cádiz.

    Hasta los bolsillos más ligeros pueden disfrutar de una ciudad sorprendente, llena de vida y de tesoros que merece la pena visitar. Le proponemos una ruta básica para descubrir Cádiz sin gastar mucho dinero.

    Empezamos el recorrido por el punto más alto de la ciudad localizado en una cota de 45 metros sobre el nivel del mar. En la confluencias de la calles Marqués del Real Tesoro con la calle Sacramento se erige la Torre Tavira, una torre vigía anexa a la Casa-Palacio de los Marqueses de Recaño y construida en el SXVII en estilo barroco. En su interior alberga una cámara oscura, un singular invento que mediante un juego de lentes y espejos consigue capturar en una enorme pantalla blanca lo que está ocurriendo en el exterior. Así, el viajero se convierte en un obsevador invisible de la vida en la ciudad en tiempo real.

    El seis euros la entrada permite ascender los 173 escalones de la torre, visitar dos sales de exposiciones y desplazarnos a algunos de los rincones más reconocidos para conocer las diferentes torres miradores que jalonan la ciudad y visitar la plaza del Mercado, San Francisco, admirar el trazado infinito de la calle Sacramento e incluso comprobar qué cruceros hay atracados en el muelle del puerto. Tras una breve pero intensa explicación de unos 15 minutos, el visitante abandona la penumbra para alcanzar la azotea y contemplar unas espléndidas vistas panorámicas de 360º. Es el momento –móvil o cámara en mano–, de inmortalizar la ciudad a vista de pájaro, consultar la rosa de los vientos, comprobar el estado de nuestro sentido de la orientación y poner a prueba la agudeza visual.

    Para recobrar fuerzas y superar los rigores de una exposición prolongada al sol (el tiempo pasa ágil oteando desde la azotea) se puede hacer una parada en el Garbanzo Negro (Calle Sacramento, 18), un clásico que se ubica a los pies de la Torre Tavira. Es un local reducido, sin terraza, y sirve un gran salmorejo y unas más que recomendables croquetas de puchero. También son de órdago los garbanzos con langostinos. Si queremos seguir con el festival gastronómico, solo hay que enfilar la calle Libertad hasta el Mercado.

  2. Catedral y Torre del Reloj

    Tras un breve paseo atravesando la Plaza de Las Flores, embocamos la calle Compañía y llegamos a la Catedral Nueva, un imponente edificio que pese a su nombre tardó más de un siglo en completarse, desde 1722 a 1838.

    La visita a Seo gaditana es una parada imprescindible por su valor arquitectónico y su mezcla de estilos que van del Barroco al Neoclásico pasando por el Rococó. Un paseo por su interior desvelará al viajero la riqueza que encierran sus múltiples capillas con obras maestras de la pintura y esculturas. Entre las paradas obligadas, la visita a los patronos de la ciudad, San Servando y San Germán, dos tallas de ‘La Roldana’. La Catedral, además, alberga en sus entrañas las tumbas de dos ilustres gaditanos: Manuel de Falla, el célebre compositor de ‘El amor brujo’ y ‘El sombrero de tres picos’ que nació en la Plaza de Mina y José María Pemán, novelista, poeta, dramaturgo y ensayista que vio la luz en la calle Isabel la Católica y estudió en el colegio del Oratorio de San Felipe Neri.

    Un dato curioso es que la cripta, realizada en piedra ostionera, llega a abrazar la mar en su muro más próximo al Campo del Sur.

    La visita a la Catedral quedaría incompleta ver la Casa de la Contaduría (anexa a la Catedral de la Santa Cruz) y la Torre del Reloj, otra magnífica atalaya para contemplar la ciudad desde sus 40 metros de altura. La también conocida como Torre de Levante abrió sus puertas al público hace un año y merece la pena ascender por la empinada y sinuosa rampa porque la restauración del espacio ha sido todo un acierto: la barandilla acristalada de la torre permite tener libertad necesaria para capturar bellas estampas del segundo puente, el Pirulí y hasta de la playa que se prolonga más allá de Cortadura.

    Todo este recorrido es gratuito para los gaditanos. Para los foráneos el precio, con audioguía, es de cinco euros. Se recomienda visitar la magnífica y completa web de la Seo para conocer más detalles del emblemático edificio.

    Para recuperar fuerzas, podemos recalar en Casa Hidalgo y pedir una empanadilla de carne por menos de dos euros o, para los más golosos, una canastilla de pasta quebrada con crema y manzana (fernandín), una caracola de crema y la típica lengua de obispo.

  3. Teatro Romano

    A menos de cinco minutos a pie, entrando por la calle Mesón 3, está el Centro de Interpretación que da acceso al Teatro Romano, un enclave arqueológico de primer orden que ha abierto en junio sus puertas después de seis años de «cerrojazo».

    El teatro gaditano está considerado como el más antiguo de la península y uno de los más grandes que se conservan. Aunque la zona más monumental del conjunto no ha sido excavada (porque el barrio de El Pópulo extiende sus cimientos sobre el yacimiento), es impresionante recorrer las mismas galerías, gradas y vomitorios que hace veinte siglos pisaron Los Balbo y sus coetáneos. Actualmente, la entrada es gratuita y, aunque se pueden concertar visitas guiadas para grupos de más de diez personas, el recorrido dispone de abundante información con paneles explicativos, imágenes, maquetas y recursos audiovisuales. El yacimiento tiene un horario ininterrumpido que se prolonga de lunes a sábado de 11 a 17 horas. A mediodía registra una afluencia menor de visitantes.

    Para matar el hambre, la zona de la Catedral y el Ayuntamiento está cuajada de bares. Muchos de ellos participan en la ruta de la tapa como El Aljibe gaditano, un restaurante donde preparan un ceviche de atún con rúcula y macerado de cítricos con una bebida por 2,90 euros. También podemos decantarnos por las exquisiteces de El Chicuco, una versión moderna del tradicional almacén de ultramarinos con productos gourmet como el jamón ibérico, las gildas y los chicharrones de Paterna. Es algo más caro, pero se compensa con la ausencia de gasto en la visita al Teatro Romano que es «de balde».

  4. Oratorio de la Santa Cueva

    En la coqueta calle Rosario, sin resaltar demasiado, se encuentra el Oratorio de la Santa Cueva, un impresionante conjunto de finales del XVIII que encierra en tres lienzos de Goya: ‘La multiplicación de los panes y los peces’, ‘La parábola del invitado a la boda’ y ‘La Santa Cena’.

    Las sorpresas se encadenan tras bajar la escalera del Oratorio que da acceso a una zona más austera y de mayor recogimiento. En este piso subterráneo, el protagonismo recae en una la imagen del calvario muy propicia para la introspección, sobre todo en Viernes Santo cuando resuenan los acordes de 'Las Siete Palabras de Hadyn', una obra compuesta especialmente para el oratorio por encargo del Marqués de Valde-Íñigo.

    Saliendo de la Santa Cueva, el Café de Levante y el Habana aparecen como seductores puntos de encuentro para tomar el café de media tarde.

  5. Museo de Cádiz

    En la Plaza de Mina espera paciente una nueva oportunidad para ampliar conocimiento sin gastar un euro. El Museo de Cádiz atesora una importante colección de pinturas de artistas de renombre como Zurbarán y Murillo, dos pintores muy ligados a la ciudad, que no debemos dejar de admirar. Sin embargo, las dos piezas claves son los imponentes sarcófagos antropomorfos fenicios expuestos en la planta baja. Son los únicos ejemplares de ese tipo encontrados hasta la fecha en España. En toda Europa sólo existen, además de los que se exponen en el Museo Provincial, algunos en Sicilia aunque no alcanzan la perfección de los hallados en Cádiz.

    El sarcófago de La Dama, como se la conoce coloquialmente, destaca por la delicadeza de sus rasgos serenos: ojos grandes y almendrados, párpados gruesos, nariz recta y sencilla boca. Además de estas piezas, una mirada sobre los utensilios, abalorios y ánforas, hacen que el visitante se interrogue sobre el grado de evolución de la civilización.

    Para terminar la jornada, se puede recalar en Ultramar&nos, en la esquina de la calle San José con Enrique de Las Marinas. Posiblemente este local tenga todas sus mesas ocupadas pero la barra se ofrece como un espacio agradable para compartir un plato de cochinita pibil y un ‘matahambres’. Si te pierden los helados, Los italianos de la calle Ancha o la cremería de la Plaza Mina.

  6. Ruta en barco

    Una alternativa para descansar y ver Cádiz desde una perspectiva diferente es el barco. Albarco.com gestiona salidas por 12 euros para recorrer la Alameda, el Parque Genovés y la Playa de la Caleta.

    La alternativa económica es el catamarán del Consorcio de la Bahía de Cádiz que permite llegar hasta El Puerto de Santa María disfrutando de un agradable paseo por 2,65 euros el viaje. Para ello, hay que alcanzar la dársena de pasajeros de la Avenida de El Puerto que se ubica frente a la Plaza de Sevilla.

    El trayecto hasta Rota sale algo más caro ya que habrá que desembolsar cinco euros.

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