Navarro reconoce que la ciudad puede quedarse sin presupuestos de nuevo

Empezar de nuevo. El concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Cádiz, David Navarro, es muy consciente de que si en el Pleno extraordinario que se celebra mañana, para ver las alegaciones a las cuentas municipales y proceder a su aprobación definitiva, salen adelante finalmente estas reclamaciones presentadas por PP y Ciudadanos, «habría que modificarlo y la ciudad se quedaría sin presupuesto, pudiendo alargarse el trámite al menos hasta el mes de septiembre».

Navarro da la razón así al concejal del Partido Popular, José Blás Fernández, cuando asegura que con toda probabilidad se van a estimar las alegaciones provocando así una nueva paralización en el proceso de aprobación definitiva de unas cuentas que tuvieron que aprobarse de forma inicial en la Junta de Gobierno Local al ser rechazadas en bloque por todos los grupos de la oposición.

Aunque el PSOE ha reservado su voto hasta la celebración del pleno de mañana, todo parece indicar que se abstendrán y que saldrán adelante por tanto unas reclamaciones basadas en los supuestos «ingresos ficticios» incluidos por el equipo de Gobierno procedentes de la venta del espacio hotelero del Estadio y de las subvenciones vinculadas a proyectos de la Junta de Andalucía en la ciudad.

El PP y Ciudadanos argumentaban que si los presupuestos fueron aprobados en Junta de Gobierno Local, las alegaciones a los mismos tendrán que ser resueltas en este mismo órgano y no en el Pleno porque se provoca la situación que previsiblemente se va a dar a partir de mañana, es decir, que los presupuestos se paralicen, que estén desequilibrados y que tengan que continuar prorrogados.

Esta situación, evidentemente, impide al equipo de Gobierno de Podemos y Ganar Cádiz en común desarrollar sus políticas, creándose además una situación de parálisis en la ciudad.

Por tanto, se tendrían que modificar los gastos conforme a los nuevos ingresos previstos tras la estimación de las alegaciones presentadas por el PP y Ciudadanos, es decir, rehacer un presupuesto que parece no tener nunca fin.