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Más de mil niños y jóvenes de Cádiz, obligados a patinar

Usuarios, clubes y sindicatos denuncian que goteras o desperfectos «sangrantes» impiden el uso de varios recintos deportivos cada vez que llueve

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«Ya no sé qué aplicación de móvil bajarme. La última que me han recomendado es rain alert (alerta de lluvia) porque te avisa con dos horas de antelación. Así puedo advertir a los entrenadores o a los profesores o a los padres». El que habla es uno de los responsables del pabellón Gadir, una de los distintos recintos deportivos de Extramuros aquejados de goteras y desperfectos desde hace años.

Cualquier día de lluvia común, sin chaparrones graves, provoca una gran cantidad de charcos que convierten las modestas canchas en pista de patinaje. Su uso es un peligro así que todos los días que llueve se suspenden, en cadena, clases de educación física de, al menos, tres centros educativos y entrenamientos o partidos de una quincena de clubes de hasta cinco deportes distintos.

En definitiva, los niños y adolescentes afectados son cientos.

A las quejas sistemáticas y reiteradas de estos colectivos deportivos, de asociaciones de padres y usuarios se ha unido también el sindicato Autonomía Obrera, con representación en el colectivo de trabajadores de las instalaciones deportivas municipales de barrio (IDB). Asegura este sindicato que las primeras quejas vienen de 2004 sin que el anterior gobierno municipal atendiera más que algunas deficiencias. El nuevo, hace un año que aseguró una partida presupustaria para reparaciones. Todavía se están esperando.

Autonomía Obrera asegura que estos recintos (pabellones y pistas de tamaño medio) «son vendidos políticamente como integración para los jóvenes en los barrios marginales» pero a la hora de la verdad son «las cenicientas del deporte en Cádiz». «El abandono, deterioro y envejecimiento de las mismas es sangrante. La falta de mantenimiento y cuidado tanto por parte de las empresas a las que se les ha confiado su conservación como por parte del propio Ayuntamiento en su seguimiento, ha provocado que la inversión que se necesita en mantenimiento, adecuación y reposición de equipamiento sea enorme».

Según estas mismas denuncias, en los últimos 15 años la inversión en mantenimiento del pabellón del colegio Gadir y del pabellón de La Paz ha sido nula, cero. El resultado, según este colectivo, es que presentan gravísimas deficiencias como «goteras por boquetes en el techo, humedades constantes por la falta de aireación, grietas en paredes, tuberías de las duchas rotas por las vibraciones, vestuarios inutilizados, falta de climatización, porterías de futbol ancladas al suelo que impiden el uso de pistas transversales, sistema eléctrico general defectuoso, con focos que se funden constantemente, sistema contraincendios en mal estado o marcadores electrónicos inutilizados por fallo eléctrico».

En lo que va de otoño ya se han dado varias jornadas, tanto en octubre como en esta pasada semana de noviembre, en la que se han cancelado todas las actividades del Pabellón La Paz y del Gadir, «con el consiguiente perjuicio para los usuarios de dicha instalación».

Además de la molestia que supone impedir la práctica deportiva, Autonomía Obrera recuerda que también empieza a estar muy comprometida la seguridad de los usuarios y los trabajadores de estos centros: «Lo peor no es dejar cada vez que llueva a cientos de niños sin poder practicar deporte, lo peor de todo es que las filtraciones de agua están afectando al tendido eléctrico del propio centro, entrando agua por las canaletas de cables del alumbrado interior que conectan con el cuadro principal, saltando los magneto-térmicos por continuas derivaciones, anegándose el cuarto de control donde está dicho cuadro con el consiguiente peligro y riesgo de electrocución para los trabajadores que lo manipulan».

Como afirman los afectados, y esta misma semana se ha comprobado, «la situación se ha agravado y urge una rápida solución por parte de los responsables municipales. Reparación urgente que independientemente a la inversión que se tenga previsto destinar se debe llevar a cabo inmediatamente por la propia seguridad de trabajadores y usuarios de dichos pabellones». 

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