Los comercios recurren a las promociones de descuento para dar salida a los abrigos de lana y chaquetones.
Los comercios recurren a las promociones de descuento para dar salida a los abrigos de lana y chaquetones. - A. V.
COMERCIO

El buen tiempo ahoga las ventas de ropa de invierno en los comercios

Las altas temperaturas, unidas a la crisis, están llevando a los establecimientos a sufrir una de las peores temporadas de los últimos años

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Los abrigos y los jerseys de lana permanecen inertes en los percheros y estanterías de la mayoría de los comercios de la capital gaditana. Al buen tiempo, mala cara. Ni siquiera cuando calienta el sol lo hace a gusto de todos, el comercio gaditano esta atravesando un momento duro. Tras varios años de parón y el cierre de muchos locales comerciales que no resistieron a la crisis, se había puesto muchas esperanzas en este año en el que la economía se empieza a recuperar y la población se anima a gastar un poco más. Pero con máximas de 20 grados en la provincia, pensar en ponerse un abrigo o una bufanda y calzarse unas botas parece algo totalmente extemporáneo, de ahí que el sector pida a gritos el agua de mayo en febrero.

Estas circunstancias están llevando a propietarios de los establecimientos a hacer auténticas virguerías para cuadrar números.

«Abrigos y jerseys de lana han costado mucho trabajo venderlo. En rebaja se ha bajado el precio y la gente parece que se han aprovechado para comprarlos para el año que viene pero para esta temporada no se han vendido», explica Beatriz Martínez, la encargada de la tienda de Massimo Dutti en Cádiz. En contraprestación, matiza que las ventas han superado a otros años, pero lo que más se ha vendido han sido los chalecos de punto fino y las camisetas básicas. «la gente ha escatimado en la lana sobre todo, una prenda que es mucho más cara que otras, lo que hace que las ganancias sean inferiores». Asegura que en Cádiz la temporada de otoño-invierno dura apenas el mes de diciembre y enero debido a las cálidas temperaturas de la zona. «Nosotros aprovechamos mucho la venta a cruceristas. Llegan se compran los abrigos y se marchan a otras zonas más frías»

«Este año no he vendido ninguna bufandas. La gente no quiere lana, prefieren abrigos de punto»

Este invierno una de las estampas recurrentes ha sido el del desfile de camisetas y cazadoras frente a escaparates que lucen parkas y bufandas a las que nadie mira. «La gente entra en la tienda buscando ropa finita, ¡todo les parece gordo’, añaden las empleadas de una tienda de moda, ubicada en la calle Columela.

Otros comercios del centro de la capital manifiestan una situación similar. «Las medias siempre se venden, porque se ponen durante todo el año, pero los leotardos y medias tupidas apenas se han vendido, es normal que a nadie le apetezca comprar algo que no tiene necesidad de ponerse», reconocen desde una conocida cadena de medias y calcetines. El consumidor ha modificado su comportamiento. Ha aprendido de la crisis y «se ha vuelto mas racional a la hora de comprar ropa».

«Nadie quiere lana»

Por su parte, Teresa Crespo, propietaria de Charada, una Boutique de moda, situada en la Avenida Cayetano del Toro, afirma con resignación que «los abrigos aún cuelgan en las perchas sin que nadie se atreva a probárselos». Asegura que está vendiendo «algo de punto. Nadie quiere nada de lana», pero los abrigos se resisten a salir de la tienda. Las ventas han decrecido en los últimos tiempos por estas fechas, ya que, como dice Teresa, «en estos años el invierno está entrando tarde y ahora vendo más ropa de verano que de invierno, a pesar de que con un clima normal había antes más meses frescos que calurosos».

Por ello, Teresa es previsora y está invirtiendo más dinero en ropa de verano. «Este año no he vendido ninguna bufanda», añade. Esta circunstancia repercute directamente en la ganancia de los comerciantes ya que los proveedores cobran por adelantado «De hecho ya estamos pagando la campaña de verano para poder recibir la mercancía. Así que no nos queda más remedio que recurrir a promociones como la que tenemos ahora en el escaparate, prendas con un 50% de descuento. Y así hasta que liquide parte del género que no he vendido. Prefiero venderlo a menor precio, a que se quede en el almacén», explica Teresa, que añade «el problema se agrava a medida que pasan los días y el frío no llega».

«Aprovechamos la venta de ropa de invierno a cruceristas que viajan a otras zonas más frias»

Para hacer frente a las cambiantes condiciones climatológicas, la propietaria de Charada propone que se adapten las temporadas a los territorios: «las temporadas deben adaptar el género a la zona donde se distribuyan, teniendo en cuenta el tiempo». La sensación es compartida entre los comerciantes consultados por este medio. « Al cliente le cuesta comprar calzado de invierno cuando hace sol» considera una dependienta de una zapatería de la calle Columela.

Por su parte, Manuel Queiruga, presidente de Cádiz Centro Comercial, lamenta las escasas ventas que se están produciendo en los establecimientos del sector textil por las altas temperaturas que se están registrando en la provincia. Donde se observa un comportamiento desigual es en el sector de la hostelería, que es sus palabras se beneficia del buen tiempo.

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