Cultura
¿Qué hacer un domingo en Jerez de la Frontera?
Flamenco y caballos, gastronomía, el zoológico, la cultura del vino desde dentro y un sinfín de reclamos para visitar este municipio andaluz
Olvidó ese viejo dicho de que «los mejores perfumes vienen en frascos pequeños» que las dimensiones reducidas tienen otra virtud: todo parece próximo en ellas. Así, Jerez de la Frontera, grande para quienes vengan de una población de menos habitantes y pequeña para los originarios de otra capital , tiene su oferta cultural repartida en unas pocas calles. Ya lo dijo un viandante: «Aquí todo lo importante está cerca». Y así es: los espectáculos de flamenco, tan frecuentes en la zona, las bodegas, los bares de mayor tradición, sus monumentos y, en definitiva, el casco antiguo, se ha de conocer a pie. ¿Qué hacer en uno de los municipios andaluces con mayor enjundia una jornada de domingo?
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Alternativas, desde luego, hay para todos los gustos, pero todas tienen un denominador común: estás llenas de arraigo, vinculadas a lo más tradicional. Lo primero, y esto viene de la época de los romanos, incluso antes, mucho antes, desde el origen de los tiempos, será escoger un lugar en el que comer. Y alrededor de ello se armará el resto del plan, que es domingo: qué hacer antes de, después de… Pues para almorzar , en Jerez de la Frontera, son más las opciones que el tiempo del que disponemos: Restaurante Mantúa, Lu Cocina y Alma, con una estrella Michelín , La Carboná y Albalá son algunas de ellas. Para tapear entre carteles taurinos que rezuman historia está el Tabanco El Pasaje, La Pandilla y Las Barandillas. Algo más retiradas quedan ventas como El Albero, Estaban y Gabriel.
Vamos, entonces, con todo lo que gira alrededor de la gastronomía. Los domingos son claros en Jerez, al menos habitualmente. Por las mañanas abre su alcázar. La catedral luce despampanante y los primeros vinos caen al ritmo del gentío que visita la Alameda Vieja para comprar en el rastrillo , para pasear y ver, para disfrutar, en definitiva. El caso antiguo deja antiguos palacios y zonas ajardinadas al paso del curioso, iglesias barrocas, casas donde nacieron viejos cantaores y esculturas, como en el caso de Terremoto, La Paquera o Lola Flores, que los recuerdan.
Cantes y caballos
Otro de los grandes reclamos de Jerez de la Frontera son las bodegas y las actividades que en ellas se organizan : desde catas a visitas guiadas y maridajes con cantes flamencos de la tierra, como hace el investigador y periodista José María Castaño. También recitales, paseos a caballo y por pinacotecas donde se muestran cuadros de Goya y El Greco; tal es el caso de la Bodega Tradición . Otras de las que atraen a más público son Tío Pepe , Lustau y Fundador , trío esencial en la denominación de origen que ha encandilado al planeta a base de palo cortados, finos, amontillados y olorosos de primer orden.
Para las familias con niños, el Zoobotánico de Jerez se presenta como otra opción perfecta para aprovechar al máximo el domingo. Con casi 900 animales pertenecientes a más de 180 especies diferentes de los cinco continentes, es uno de los enclaves de referencia en el sector en toda España. Se ubica cerca del popular barrio de Santiago.
Finalmente, son dos los espectáculos en vivo más aclamados en la localidad. Por un lado, el que protagonizan los caballos españoles de pura raza, en concreto, en las exhibiciones que se llevan a cabo en la Real Escuela Andaluza . Por otro, cómo no, los que tienen al flamenco autóctono como principal atractivo. Jerez es una de las grandes cunas del arte cabal. Tierra de enormes cantaores, guitarristas y bailaores que en su conjunto crearon un estilo particular que en cada uno de ellos siempre cobró un matiz diferente. Todas esas estéticas se defienden de forma asidua en teatros, tabancos, tablaos, peñas y festivales. Apuntamos algunas localizaciones esenciales con programaciones permanentes: La Guarida del Ángel, El Pasaje, Los Cernícalos, La Buena Gente, Tío José de Paula, La Bulería, Antonio Chacón y Luis de la Pica. El tejido asociativo aquí es el más poderoso de toda la geografía mundial. El flamenco no se agota. Los demás, tampoco.
