Los mejores restaurantes de La Coruña, según el crítico de ABC
Solo hay una estrella Michelin, pero la ciudad ha dado un salto cualitativo con la aparición de nuevos restaurantes y jóvenes cocineros
Se come muy bien en La Coruña . La ciudad ha registrado en los últimos años un salto cualitativo con la aparición de nuevos restaurantes en los que jóvenes cocineros aportan su buen hacer. Fiel reflejo del excelente momento por el que pasa, en líneas generales, la cocina gallega . El hecho de que La Coruña sólo cuente con una estrella Michelin no es más que una evidencia más de que en bastantes ocasiones los inspectores de la Guía Roja están disociados de la realidad. Esa única estrella la ostenta Árbore da Veira , del cocinero Luis Veira, quien se ha instalado en un sitio espectacular, en lo alto del monte San Pedro , desde donde a través de sus enormes ventanales se ve el mar, la Torre de Hércules , la playa de Riazor y casi toda la ciudad. Sólo por esta ubicación ya vale la pena la visita. Además, Veira, bien respaldado por Iria Espinosa, su jefa de cocina, ofrece elaboraciones sólidas, algo barrocas en ocasiones, pero combinando siempre con originalidad los productos del mar y de la tierra gallegos, bien unidos por fondos sabrosos.
Dentro del buen nivel general, mención especial para Nado , donde Iván Domínguez , uno de los cocineros con más talento de Galicia, ha emprendido una interesante aventura. Un restaurante muy personal, con la cocina completamente abierta al comedor y tras ella dos largas mesas corridas de madera. Un homenaje a esas mesas compartidas de las romerías gallegas. Cocina de muchos quilates que es continuidad de una línea de trabajo en la que ha apostado por el sabor en el plato y por la materia prima gallega como base fundamental. Cocina atlántica, estacional, de producto, rica y sabrosa. Una de las novedades más recientes en la ciudad es Salitre , de Fernando Agrasar . Este cocinero ya tiene un restaurante con estrella Michelin en la Costa da Morte, As Garzas , y ahora ha desembarcado en la capital con la misma filosofía. Una carta muy similar pero algo más tradicional si cabe, centrada en platos clásicos de la gastronomía gallega, bien actualizados, con género de calidad y perfectamente ejecutados.
En un plan más informal apunten Miga, Bocanegra y Arallo Taberna . El primero es una casa de comidas en la Plaza de España donde ejerce Adrián Felípez , natural de Carballo, que pasó tres meses en El Celler de Can Roca . Cocina de raíces, con mucho sabor para la que utiliza como proveedores a muchos de los que fueron sus vecinos en su pueblo natal. El segundo, una taberna informal con amplia barra y mesas altas y bajas para comer. Una cocina sencilla, pensada para satisfacer a una mayoría de clientes, pero bien ejecutada. Prueben su célebre bocadillo de calamares , con pan de coca crujiente, calamares de calidad perfectamente rebozados y fritos, y un toque de mayonesa. En cuanto a Arallo, es otra taberna que desde su apertura aportó un concepto fresco, informal y divertido a partir de una larga barra con taburetes tras la que cocinan y atienden los propios cocineros. Carta muy breve y de precios contenidos que se agrupa en cinco apartados: frío, vapor, brasa, fritura y guiso.
Si quieren comer buen pulpo entren en la Pulpeira de Melide. Tienen muchas cosas ricas, pero lo fundamental es el pulpo a la gallega (con cachelos o sin ellos). Cuatro generaciones de pulpeiros, aunque sin embargo ha sido en los últimos tiempos cuando ha cogido un gran renombre por la calidad del pulpo que preparan. Muy importante la selección de los cefalópodos para garantizar su intenso sabor a marisco. Luego se cuecen en las populares ollas de cobre y se preparan al estilo tradicional.
Para una cocina tradicional y confortable, A Mundiña . Platos fundamentalmente marinos, con producto de calidad que llega desde la Costa da Morte, y todo en un ambiente muy acogedor. Cuenta también con una zona de taberna. Otro buen cocinero gallego, Xoan Manuel Crujeiras , que tuvo una estrella Michelin en el desaparecido A Estación, en Cambre, ha abierto Bido , un espacio informal en el que, junto a su buena cocina, servida en raciones pequeñas para que el comensal se haga un menú a medida, hay una especial atención a los vinos de Galicia, servidos por copas.
Para los que gustan de las cocinas orientales, el coruñés Carlos Pérez , formado en el madrileño Kabuki , ofrece una buena cocina japonesa en Óvera , aprovechando los excelentes pescados de las costas gallegas. Tras el éxito de su primer restaurante, Hokuto, se ha trasladado al centro, a un local más adecuado y con nuevo nombre. Destaca su menú omakase, elegido directamente por el cocinero. Para acabar este breve repaso, otro restaurante bien tradicional de La Coruña: Artabria . Lleno a reventar los fines de semana, con familias enteras ocupando las mesas. Una casa con buen producto y elaboraciones correctas y sin complicaciones. Atención, sobre todo, a los pescados del día.
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