La Liga no se gana con pitos

Ancelotti ha sido elegante. Lo ha pedido con finura. «Necesitamos la ayuda de la afición para intentar ganar la Liga». Hoy se mide al Granada y lo que quiere decir el entrenador del Real Madrid es rotundo: «Con los pitos no se gana la Liga». Las comillas no las ha puesto él, sino uno de sus ayudantes. El fondo del asunto es el mismo: si se silba a Casillas, a Cristiano o a Gareth Bale, como ha sucedido en otros encuentros, no se puede conquistar el título. Ha sucedido aun que Ronaldo marcara dos goles decisivos frente al Schalke y aunque Bale anotara otros dos ante el Levante, festejados con sus orejas tapadas, en respuesta a esos silbidos. Las protestas iban dirigidas en verdad a todo el equipo, pero se centran en los jugadores más emblemáticos.

Que le piten a él (Ancelotti) en el anuncio de las alineaciones no le importa, aunque tampoco genera el ambiente adecuado para buscar el cetro. Es evidente: para pretender lograr el campeonato es necesaria la unión que se produjo hace ocho años, cuando Capello remontó cinco puntos de desventaja al Barcelona y celebró su segunda Liga blanca. Ahora, la diferencia es de cuatro.

Casillas ha visto pitar su nombre en muchos encuentros. Cristiano lo ha sufrido desde su famosa fiesta. Y Bale los ha escuchados porque cierta prensa carga en él todos los problemas. El galés paga los platos rotos de los resultados decepcionantes de todo el equipo. Es injusto, pero es así. El técnico ruega que no les señalen más. Que apoyen al equipo. Todos jugarán más tranquilos. Y pueden aspirar al reto.