Ramos negociará su renovación en julio

No era normal. El mejor central del mundo no suele cometer esos errores. Falló en Mestalla, en su marcaje a Otamendi, que cabeceó el gol decisivo en un saque de esquina. Cometió un penalti ante el Atlético en el Calderón. Estuvo mal también en el derbi del Bernabéu. Y el Real Madrid cayó eliminado de la Copa. Florentino Pérez estaba disgustado por esa derrota y la forma en que se produjo. Ramos había sido decisivo en el Mundial de Clubes, como lo fue en la Décima, y las filtraciones de su renovación afectaron a su rendimiento. Se lanzaban chinitas. Sus defensores manifestaban que se merece ganar lo mismo que Gareth Bale. Sus críticos contestaban que con esos fallos no se podía sacar pecho.

El presidente tomó el toro por los cuernos. Si las cosas continuaban por estos derroteros, todos saldrían perjudicados.

Habló con el central y el resultado ha sido patente. Lo bueno y breve, dos veces bueno. Una mera conversación entre el presidente y Sergio Ramos acabó con un ambiente de mensajes indirectos que el equipo acusaba por su descenso en el rendimiento. El andaluz no estaba concentrado en los partidos. Florentino Pérez dialogó unos momentos con él y todo ha cambiado. El responsable del club le dijo que ambos negociarán directamente su renovación a final de temporada, sin filtraciones. El capitán de campo estuvo de acuerdo.

El pacto de caballeros se ha notado en el césped. Ramos ha vuelto a jugar bien frente a la Real Sociedad. Volvió a marcar un gol importante, el 2-1. Lleva cuatro en los últimos nueve partidos, los mismos que Cristiano y Benzema. Solo es superado por Bale, que suma cinco. Se ha centrado en intentar obtener la Champions y la Liga. Se ha olvidado de un litigio que requiere «serenidad», no calentones, y que tiene «dos años y medio» de solución, pues «contrato finaliza en 2017».

El mensaje cifrado de ese futuro diálogo directo entre ambos es que no haya intermediarios. Está claro que cada uno es libre de elegir sus representantes, pero siempre es mejor llevar las conversaciones personalmente cuando las cosas necesitan sutileza y no un entorno caldeado por las ofertas y contraofertas que eran contadas al instante como una telenovela por capítulos.

René Ramos, hermano del jugador, ha llevado habitualmente las conversaciones. A partir de ahora se prefiere que haya un diálogo entre el presidente y el futbolista. Mantener en secreto sus negociaciones. No contárselas a nadie, por ejemplo a personajes como Sacchi, que las interpretan al día siguiente.

El objetivo es no perjudicar al equipo con una imagen de desencuentro que ha sido aprovechada exteriormente para intentar generar un aura de conflicto en el vestuario. Pincharon en hueso. El entrenador, Ancelotti, ha estado atento y lo ha evitado.

Ramos ha reflexionado. Sabía que ese sentimiento de enfrentamiento no le beneficiaba. Había posicionamientos a favor y en contra. Una pancarta le apoyaba delante de Valdebebas. Otras voces le tachaban de pesetero. Eso no lo podía admitir. Sencillamente pedía lo que consideraba justo. Desde ahora lo hará en privado.

Al central le disgustaba el camino que tomaba el asunto de su futuro porque es madridista y su anhelo es renovar. «Quiero retirarme aquí», afirma con sinceridad. El 30 de marzo cumple 29 años. En 2017 tendrá 31. El Real Madrid quiso premiar en mayo su decisiva aportación al éxito de la Décima y le ofreció un convenio hasta 2020. Hasta los 34. Podía extenderse a 2021. Pero el jugador solicitó una ficha de diez millones y el acuerdo fue imposible.

Sin voceros interesados, cara a cara, el pacto será una realidad. Florentino Pérez no permitirá que se vaya. Y Ramos no se perdonaría nunca a sí mismo irse por un millón de menos.

Las filtraciones descontroladas han provocado un problema externo que el vestuario no vive en su seno. Ancelotti ha hablado con el futbolista y sabe que quiere renovar. «Continuará aquí, seguro; incluso él mismo lo dice». El entrenador piensa que es conveniente para todos que el asunto se deje para el final de temporada y no vuelva a ser objeto de polémica exterior. Observa que Ramos vuelve a jugar mejor. Lo necesita, porquela defensa ha fallado frente al Valencia, el Atlético, el Córdoba y la Real Sociedad. Y no hay prisa por cerrar ese contrato de futuro, pues tiene ficha hasta 2017.

Los compañeros del sevillano también piensan que acabará su carrera en «su club». Es el mejor central del mundo, un fijo en las galas de la FIFA y se encuentra en el momento cumbre de su trayectoria profesional. No le ven jugando en otro equipo. «Ramos está ligado al Real Madrid como el Real Madrid está ligado a Ramos», señala un internacional español del equipo.

Los futbolistas valoran, desde su óptica del vestuario, que «el club debe reconocer su rendimiento», pero no entran a juzgar la cuantía de la ficha que debe cobrar. Entienden que cada uno defiende sus intereses y el andaluz se encuentra en una situación clave, al borde de los 29 años, para firmar el último gran contrato de su vida. Ramos ha disputado 431 partidos vestido de blanco y ha marcado 54 goles.