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Un verano a duras penas en Los Caños de Meca

Hosteleros, comerciantes y bañistas se encuentran a merced de la marea debido a la falta de arena en la playa

La playa del Pirata, el paraíso abandonado: «Hay piedras que no he visto nunca»

Barbate alcanza un acuerdo con Costas para solventar la falta de arena en la playa de Los Caños

Playa del Pirata francis jiménez
Pepe Ortega

Pepe Ortega

Los Caños de Meca

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Alba se dispone a bajar a la playa. Cada verano, escapa de Madrid para desconectar en Los Caños de Meca junto a su pareja. Para ellos, las vacaciones en la perla de Barbate ya casi se han convertido en un ritual; pero este año ha sido diferente. «No estábamos informados y al llegar vimos la diferencia en la playa con respecto al año pasado: la marea estaba muy alta y no había arena». Tras el tren de temporales que azotó al litoral gaditano entre marzo y abril, la playa del Pirata perdió una gran cantidad de arena y dejó al descubierto rocas «que no se han visto en la vida». En plena temporada alta, tan solo se puede extender la toalla por la mañana o por la tarde, según la marea, lo que ha provocado que los comerciantes y hosteleros de la zona sufran las consecuencias de que los bañistas lleguen y tengan que elegir otra playa.

El levante ha llegado para quedarse durante más de una semana y la playa del Pirata es uno de los mejores refugios para paliar el calor; sin embargo, el parking de Miguel Ángel Caballero tan solo aguarda un puñado de coches al mediodía. «El año pasado a esta hora ya estaba lleno. Debería meter 60 coches y llevo seis», lamenta. El malestar es evidente. El encargado del aparcamiento no comprende cómo se puede descuidar un «paraíso» como la playa del Pirata. «Es la primera vez que veo esto en siete años que llevo aquí, no ha habido un verano nunca como este, ni con el alga asiática», denuncia el trabajador, quien se ha visto obligado a bajar el precio del parking un euro en comparación con el verano pasado.

En la playa, más de un centenar de bañistas aceptan la tregua de la bajamar y disfrutan de una perla barbateña gobernada por las rocas. Pero no se irán cuando ellos vean oportuno, sino cuando lo crea el mar. Mientras tanto, se acerca la hora de comer y la mayoría de terrazas están vacías. «Hemos visto que hay una bajada de clientes, sobre todo entre semana, en el mes de julio. Hemos visto que hay bastante menos gente», apunta Nacho Fombuena, gerente del restaurante Los Niños, quien explica que «nos ha afectado porque la gente no está aquí en esta playa, se van a Zahora, a la pequeña Lulú o a El Palmar, zonas donde la playa es más accesible y no depende de la marea».

El hostelero afirma que faltan «más de dos metros en toda la playa». Un hecho que ha provocado que, en la primera quincena de julio, hayan registrado «200 mesas menos». El verano está siendo complicado, y la «incertidumbre» cada día aumenta. «Nosotros tenemos una plantilla y tenemos que intentar gestionarla en función de los números que hemos estado viendo», reconoce el hostelero, quien también apunta como causa del descenso del turismo a los precios elevados de los alojamientos.

Pero Nacho no es el único perjudicado por la situación de la playa del Pirata. El número de mesas reservadas también ha descendido considerablemente en el restaurante El Pirata, uno de los más icónicos de la zona. «Nosotros tenemos entre 15 y 20 anulaciones diarias de reservas. La gente viene, ve la playa y se va. Solo hay algas y rocas«, lamenta Irene, encargada del local, quien reconoce que han pasado de tener 50 mesas por turno a 20.

«Aquí la gente no viene a clavar la sombrilla a las 10 de la mañana, si a las dos la tiene que recoger para que no se los coma la marea», lamenta Saverio, encargado del restaurante Baby Los Caños, quien también sufre la caída de clientela a la hora del almuerzo. «El año pasado este sitio iba maravillosamente al mediodía; ahora funciona mejor para la cena». Saverio critica que «nadie haya venido a hacer algo» y que ha sido la propia naturaleza la que ha actuado y ha metido «un poco más de arena».

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FRANCIS JIMÉNEZ

Pero el establecimiento que peor lo ha pasado para salir adelante este verano se sitúa en primerísima línea de playa. Sobre la poca arena y las rocas. «El chiringuito se ha podido montar a duras penas. Hemos tenido que montar una infraestructura de locos para hacerlo más alto», sostiene el gerente del chiringuito, quien coincide con Siverio en que la «fama que se le ha dado a la playa» ha terminado por darle la puntilla a la zona. «Aparte, cuando viene y se encuentra con la marea alta, no hay playa». El chiringuito se ha topado con una serie de obstáculos que ha tenido que sortear para poder salvar los muebles en el verano. La concesión arrancó en abril, pero toda la gestión que han tenido que llevar a cabo para poder montarlo debido a la falta de arena ha provocado que no sea hasta el pasado 20 de julio cuando sirvieran sus primeros pescados a la plancha.

Entre los hosteleros hay un sentimiento común: dependen de la playa y «están dejando que desaparezca». «La playa da pena. Nadie la ha visto en este estado en la vida», lamenta el propietario del chiringuito, quien también ha notado un descenso de la afluencia del público en un 50% y teme que las administraciones le anulen la concesión tras toda inversión realizada.

Por su parte, la Federación de Hostelería de Cádiz (HORECA) también se ha posicionado al respecto. «La gente esta muy descontenta este año con el mantenimiento de la playa del Pirata, que prácticamente ni se percibe por la presencia de rocas y piedras. Por lo tanto, acostumbrados a esa histórica playa, los visitantes se han llevado una gran desilusión», expresa Antonio de María, presidente de HORECA.

Encargado de uno de los aparcamientos de Los Caños francis jiménez

Los accesos, restaurados

No obstante, y a pesar de que el problema principal persiste, la Demarcación de Costas de Andalucía Atlántico (Cádiz) ha llevado a cabo una serie de actuaciones para la mejora de los accesos, que tanto han solicitado tanto los usuarios como los hosteleros en los últimos meses. La racha de temporales que sufrió el litoral gaditano también terminó por destrozar diferentes accesos a la playa del Pirata, pero ahora lucen otra cara. En las bajadas, un cartel de Costas que deja constancia de las actuaciones realizadas da la bienvenida.

La diferencia entre el antes y el después no deja dudas; sin embargo, la presencia de rocas y piedras al final de la bajada Villa de Guadalupe es un peligro para los usuarios. «Justo cuando bajas, das a una zona de piedra y como vengo embarazada, voy con un poco de miedo. Te puedes resbalar y cualquier tontería te puede causar daño mayor», reconoce Alba. En este sentido, el propietario del chiringuito —el otro que habitualmente montaba en la playa no ha podido hacerlo este año— afirma que «ya ha habido varios heridos por las piedras que hay en los accesos».

Acuerdo entre Costas y el Ayuntamiento de Barbate

A mediados del pasado mes de junio, parecía que el problema iba camino de solucionarse en pro de salvar la temporada. Costas, la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras el Ayuntamiento de Barbate alcanzaron un acuerdo para regenerar la arena que falta en la playa. El alcalde de la localidad, Miguel Molina, explicó en una nota que durante una jornada de trabajo con ambas administraciones se evaluaron las actuaciones «ya en curso» y, de forma «muy positiva», el «esfuerzo conjunto» que se está realizando para dar solución al problema que se ha generado en la zona y para el que el Consistorio «lleva meses pidiendo una solución». Además, informó que se ha alcanzado un acuerdo para que parte de la arena que se está retirando de la carretera del Faro de Trafalgar pueda depositarse en dicha playa.

Días antes del anuncio del acuerdo, la Demarcación de Costas, en un informe elaborado en mayo y recogido por Europa Press, señalaba que se habían realizado realimentaciones de arena en esta playa durante los años 2015, 2016, 2018 y 2019 y, posteriormente, también se habían realizado aportes con la arena extraída de la carretera de acceso al faro, aportes que habían sido «infructuosos a corto plazo». Además, Costas defendía en este informe que las arenas aportadas «vienen perdiéndose por el pie de playa, cubriendo en algún caso el arrecife sumergido existente, de gran valor ecológico«, por lo que consideraba »no proceder en lo sucesivo a estas realimentaciones de arena, de manera que se mantenga el perfil de playa natural«. «El estado natural de la playa es el que tiene actualmente», sostenía el informe.

Cabe recordar que el pasado sábado 7 de junio, un centenar de personas se concentraron en la zona del faro, convocados por el consistorio barbateño, en defensa de la playa de Los Caños de Meca.

Los días pasan en el calendario y el verano poco a poco se consume. Y la imagen de la playa del Pirata mejora, pero es insuficiente para poner fin a una quebradero de cabeza que afecta al turismo de la zona.

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