El simpático monaguillo de Consolación de Utrera/ S.C.
El simpático monaguillo de Consolación de Utrera/ S.C.
Cultura

El monaguillo vuelve a recibir a los visitantes del santuario de Consolación de Utrera

Esta querida escultura ha sido un objeto en las últimas semanas de una restauración

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No es ni mucho menos una obra artística de gran valor, pero el monaguillo de Consolación tiene un lugar muy especial en el corazón de los utreranos desde hace décadas. Es una simpática escultura que tradicionalmente se ubica en el santuario de Consolación de Utrera y que en cierta manera da la bienvenida a todos los visitantes.

En las últimas semanas muchos la habían echado en falta, llegaban al santuario y la buscaban sin éxito en el lugar habitual, por lo que el asunto había empezado a ser motivo de debate. No guarda ningún misterio la cuestión y es que simplemente esta figura había sido retirada de su lugar habitual para ser sometida a una restauración y que así pueda seguir luciendo sus mejores galas y saludando a todos los que entran en este templo varias veces centenario de Utrera.  Y es que el monaguillo se echa mucho de menos, porque son muchas las personas que al entrar en el santuario cumplen con una tradición que llevan haciendo desde que eran muy jóvenes, que no es otra que tocarle suavemente la cabeza a esta escultura.

Una especie de rito o costumbre que no se había podido llevar a cabo en las últimas semanas, ya que el monaguillo no estaba.

Los trabajos que se han llevado a cabo para que la imagen haya tenido un claro renacimiento los ha llevado a cabo el imaginero y restaurador utrerano Sebastián Martínez Zaya, quien ha procedido a la reconstrucción volumétrica de la nariz, orejas y cabellera, que estaban bastante dañadas; mientras la cara y las manos cuentan con una nueva encarnadura. En relación al cuerpo y a los ropajes de la imagen, se ha acometido una reintegración cromática y limpieza.

No es ni mucho menos la primera vez que se interviene en este elemento que con el paso de los años se ha convertido en un signo de identidad fundamental en el santuario de Consolación, ya que en los últimos años han sido realizadas restauraciones por Consolación Troya, Luciano Galán y el Maestro Milla. Una vez que han terminado los trabajos, todos los utreranos pueden respirar tranquilos porque el monaguillo ya no se va a mover de su sitio como mínimo durante un periodo destacado de tiempo y seguirá dando la bienvenida a todos los que acuden a visitar a la Virgen de Consolación de Utrera. Una figura que hacía las veces de cepillo, pero que desde hace décadas es mucho más que eso para la gran parte de los utreranos.

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