gastronomía
El templo gastronómico de Cádiz que también cuida a los hijos de los clientes: «En El Chato no solo se come, también se dibuja»
«Hay historias que crecen con nosotros. Y algunas empiezan con un lápiz y un dibujo en la mesa», destaca el afamado establecimiento hostelero

«En El Chato no solo se come, también se dibuja»... Uno de los templos gastronómicos de la provincia de Cádiz, entre la capital y San Fernando, ha relatado en redes sociales una bonita historia, compartiendo un vídeo en el que se explica, se deja claro, que en el afamado Ventorrillo también se cuida el espacio para los más pequeños de la casa, para los hijos de los clientes.
Se apunta: «Desde hace más de 15 años, cuando los más pequeños terminan su plato antes que los mayores, les damos folios o cuadernos para que den rienda suelta a la imaginación mientras los padres disfrutan tranquilos«.
Y se añade: «Barquitos, piratas, formas abstractas… Aquí han nacido auténticos artistas en potencia. Y muchos de esos dibujos aún cuelgan en nuestras paredes, firmados por niños que hoy ya vienen con su propio grupo de amigos, recordando con una sonrisa sus primeras visitas«.
«Algunos, como Carlota, se han convertido en pequeñas leyendas del lugar. Clientes VIP, pero en versión mini. Porque en El Chato hay historias que crecen con nosotros. Y algunas empiezan con un lápiz y un dibujo en la mesa«, se concluye escribiendo un bonito punto final a la historia.