Tragedia en Valencia

Las similitudes del incendio de Valencia con el del Chiquipark de Cádiz

«El poliuretano es ignífugo en teoría, pero ya vemos cómo arde»; el ingeniero gaditano Johan Van Vroenhoven explica los motivos del trágico suceso en el Campanar y muestra sus dudas sobre el supuesto origen en un piso deshabitado

El uso de este material para revestir la fachada «tiene más que ver con las modas» que con el boom inmobiliario de principios del siglo XXI

Incendio en el Campanar, en Valencia. efe
José María Aguilera

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«Nada más ver el incendio de Valencia, pensé: hay algo muy raro ahí». Por deformación profesional, Johan Van Vroenhoven, perito gaditano, se quedó asombrado mirando la pantalla durante varias horas y escuchando y leyendo todo lo que llegaba desde Campanar, el barrio levantino donde dos edificios de 14 plantas ardían en llamas como si fuera una hoguera monstruosa.

Acumula muchas décadas de experiencia, ha peritado alguno de los incendios más recordados en la capital, y su amplio conocimiento sirve para encontrar explicaciones a lo sucedido en la tragedia de este jueves. Van Vroenhoven (de Cádi-Cádi aunque con su apellido es imposible ocultar su ascendencia neerlandesa) va hilando con las informaciones que propulsa la prensa nacional para tejer un argumentario. «Es muy extraño que en cuestión de pocos minutos empiecen a arder varias plantas en la fachada, pero está claro: ese edificio era un cascarón incendiado».

¿El motivo? El material del que se revestía esa fachada. «poliuretano proyectado, o quizás poliestireno. Da igual, en todo caso plástico y por tanto inflamable». Por mucho que se considere ignífugo, «ahí me tengo que reír. Pero es así. En teoría son ignífugos y totalmente aptos para la construcción». Una teoría que difícilmente se corresponde con la realidad práctica, si bien permite descubrir que todo parece legal, no ha habido ninguna negligencia (al menos aparente) por parte de la constructora.

Imagen principal - IImágenes del incendio del Chiquipark en Cádiz.
Imagen secundaria 1 - IImágenes del incendio del Chiquipark en Cádiz.
Imagen secundaria 2 - IImágenes del incendio del Chiquipark en Cádiz.
IImágenes del incendio del Chiquipark en Cádiz.

Johan se trae el incendio a Cádiz. «Es similar a lo que ocurrió con el Chiquipark hace unos meses», recuerda. «Saltó una chispa por una colilla, quemó unos cojines y rápidamente se propagó por toda la fachada. Pero al no tener ventanas (sólo en la parte de abajo), el fuego subió, quemó las dos plantas pero no penetró en el interior (sólo algo de humo). En cambio, en Valencia alcanzó las ventanas, que están compuestas de PVC (plástico), y luego quema las cortinas, el sofá, mobiliario... y ya eso no hay Dios que lo pare».

No es lo habitual. Normalmente, ocurre que el fuego quema la vivienda. Sale desde el interior y puede alcanzar la planta de arriba al quemar el toldo, pero poco más porque no tiene más que arder. «Pero el combustible ha sido el poliuretano».

Una cuestión de modas

Algunos expertos hablan de que el boom del ladrillo (edificio de 2009) y el uso de materiales de peor calidad y menos controlados puede estar detrás de este incendio. Johan Van Vroenhoven dice que «tiene que ver más con las modas que con otra cosa», argumenta. «Lo bonito es relativo, es lo que gusta en cada momento. En los 70 y los 80 lo más práctico era la fachada de ladrillo, que no arte, además de lo más cómodo, pero no es bonito. Al menos durante un periodo de tiempo».

El uso del poliuretano proyectado se debe especialmente a que «es un buen aislante térmico», de ahí que sea tan extendido, aunque el revestimiento como el del edificio de Valencia se ajusta más a esa época concreta de principios del actual milenio.

«Si la estructura fuera de acero, habría colapsado»

Uno de los grandes temores en la tarde-noche del jueves es que el bloque se terminara derrumbando. «Por eso los bomberos no se atrevían a entrar, es lógico. Tenemos un cascarón ardiendo y no sabemos a ciencia cierta cómo es la estructura. Debe ser de hormigón, porque si fuera de acero habría colapsado. Pero no se sabe en qué condiciones está hasta que no se analiza». Los agentes tuvieron que enfriar la fachada antes de entrar. En el momento crítico se pudieron alcanzar «hasta los 1.200 grados de temperatura. El del Chiquipark alcanzó los 600-700 grados, derritiendo las paredes de aluminio».

¿Cuál es el origen?

Una de las grandes preguntas tendrá una difícil respuesta. Quizás nunca llegue. ¿Qué motivo tal incendio? «Esperan años de investigaciones. En un primer momento señalan que se origina en un piso vacío, pero no me cuadra. Hacen falta cuatro factores: un combustible (la fachada de poliuretano, pero hasta que no empieza a arder...), aire, calor y algo que lo prenda. Es raro un cortocircuito en un piso donde no vive nadie porque lo lógico es que la electricidad está cortada».

Es un asunto muy complejo porque enlaza con el problema de «la responsabilidad civil. El propietario no se recuperará en la vida. Todos tenemos una póliza de hogar de unos 150.000 euros, de 300.000... pero con tantas viviendas afectadas y hasta personas fallecidas, la sanción es inasumible hasta por varias generaciones familiares».

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