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Cazalla de la Sierra: el pueblo que se toma a buches cortos

Nominada a Capital del Turismo Rural 2020, es la equis en el mapa de Felipe V. A tan sólo una hora de Sevilla nace la naturaleza escondiendo el otro verano

El pueblo que se toma a buches cortos ABC

Almudena González Caballero

¡Póngame un Cazalla! En televisión, en series, en la literatura más célebre. Cuántas jornadas ha enderezado un Cazalla. Cuánto esconde esa expresión. Cazalla de la Sierra, en el corazón del Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla, es el lugar perfecto para huir del calor del verano y comprender lo sincero de la gente de pueblo. Lo bien que entienden aquí lo qué es vivir, comer, trabajar y… disfrutar de lo que realmente importa.

Mantiene el verde en algunos lugares incluso en estos meses de la temporada estival. El agua es su gran cómplice. Las zonas de baño autorizado en la Rivera del Huéznar o la Isla de la Margarita reactivan tu flujo sanguíneo al sentir el frescor de agua nueva de pies a cabeza. Merenderos resguardados del sol acogen a familias y amigos dispuestos a respirar aire natural.

En Cazalla de la Sierra hay planes para todos

En Cazalla de la Sierra hay planes para todos. Busques paz o aventura. Peines canas o aprendas a andar. En el Parque de aventura Sierra Morena de Sevilla, situado en la Isla Margarita o Isla del Pescador (conocida también así por su escultura de un pescador), la libertad es otra cosa. Se topa contigo mientras vuelas de árbol a árbol.

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La sombra que te cobija aquí no es una sombra cualquiera. Encinas, pinos, alcornoques, fresnos, eucaliptos o ciruelos, algunos de ellos centenarios, guardan el secreto del cuidado y entendimiento entre hombre y naturaleza. Las montañas más antiguas de Andalucía tienen mucho que contar , no es casualidad que este rincón sea Reserva de la Biosfera, Parque Natural y Reserva Starlight, entre otros. Un paraje tan deseado, que allá por el neolítico la vida ya buscaba asentarse aquí. Así lo demuestran restos encontrados en la Cueva chica de Santiago.

Si frondoso es su patrimonio verde, cautivador es el blanco

Si frondoso es su patrimonio verde, cautivador es el blanco. Un reguero de casas que esconden claves de nuestra Historia. Aprovechar las horas de sol en la sombra de sus calles estrechas o las de fresco en sus bancos y plazas. Por aquí pasaron romanos, musulmanes, judíos y cristianos. Todos dejaron lo mejor de sí en esta Cazalla de la Sierra.

La Parroquia de Nuestra Señora de la Consolación preside su plaza más céntrica. De estilo mudéjar, renacentista y barroco conserva un retablo mayor del s. XVII. Lugar de encuentro de las principales celebraciones religiosas y populares del municipio . Cerca, el Ayuntamiento, antiguo convento de San Agustín, custodiado por un patio blanco de arcos y naranjos. Hasta el rey Felipe V quiso saber qué era eso de vivir en Cazalla de la Sierra pasando aquí tres días con toda su corte en 1730.

Paraíso de la ganadería extensiva

En esta comarca, paraíso de la ganadería extensiva y de la agricultura ecológica, la gastronomía es algo más que el arte de preparar una buena comida. Carnes a la brasa, chacinas ibéricas, quesos y verduras de temporada son las principales propuestas de los restauradores cazalleros. Desde el Restaurante de Vistalegre hasta La Posada del Moro.

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No podrías comprender qué es Cazalla de la Sierra sin saber de sus vinos y su aguardiente. Tan afamado que su topónimo ha perdurado más que ninguna de sus marcas. Tierra de agua de extraordinaria calidad, carbón y buenas vides. De la cúspide del mercado del aguardiente quedan dos fábricas que defienden la herencia de esta industria: Miura y El Clavel. Pasa el dintel de sus puertas y deja que te embriague el olor a matalahúva. En este corazón aún retumba el latido de la maestría licorera que dominó el mercado del aguardiente.

De siglo en siglo también pasaron los misterios del buen vino

De siglo en siglo también pasaron los misterios del buen vino. Hoy son bandera de las dos bodegas locales: Colonias de Galeón y Bodegas Tierra Savia. La altura, el clima y la tierra hacen que estos caldos sean únicos en sus características etnológicas.

El verano es el tiempo de perderse en una de sus casas rurales. Este, como sabes, es el verano de volver a casa del abuelo, a pisar el campo. De pasear por sus sombras, de conocer sus raíces, las tuyas. Es la oportunidad de sonreír, y saber porqué, siempre que alguien pida un Cazalla.

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