Moisés Tukbio en su despacho en la ciudad bávara de Munich
Moisés Tukbio en su despacho en la ciudad bávara de Munich - ABC
LORA DEL RÍO

De Lora del Río a Munich para atender a los niños que huyen de la guerra de Siria

Moisés Tubio Spínola, un joven psicólogo loreño, cuenta su experiencia con los refugiados adolescentes

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Encontrar un trabajo acorde a tu perfil profesional y que te apasione por completo no es tarea fácil para los jóvenes de ahora. Sin embargo, Moisés Tubio Spinola puede decir a sus 25 años que él es uno de esos pocos afortunados que lo han conseguido, aunque sea a 2.300 kilómetros de su tierra. Desde antes de acabar, la carrera Moisés tenía claro que quería comenzar de inmediato a trabajar para lo que había estudiado.

Como sabía que las posibilidades en nuestro país son limitadas, a los pocos meses de acabar la carrera decidió irse a probar suerte a Alemania, concretamente a Munich donde tiene un familiar. «En España las únicas opciones que veía eran, opositar o hacer un máster.

No las veía mal, pero era seguir formándome y yo quería trabajar de lo mío cuanto antes y se unió también que quería vivir la experiencia fuera», explica a ABC Provincia.

Sin conocer el idioma y sin tener previamente buscado un trabajo, este joven psicólogo loreño decide probar suerte, pero sobre todo, «ver cómo era aquello». «En junio del año pasado acabé la carrera y el 12 de diciembre llegaba a Munich, donde me esperaba una prima de mi madre a la que apenas conocía pero que fue la razón de que me decidiera por esa ciudad», recuerda Moisés. «Siempre es más fácil llegar a un lugar desconocido y tener allí a alguien que conoces y que puede ayudarte», añade.

Moisés no pensaba que encontrar trabajo fuera a resultarle fácil ero a la semana trabajaba en un hotel y vivía de forma independiente: «Los primeros meses no tuve problemas con el idioma, que era lo que más miedo me daba ya que todos mis compañeros eran andaluces y recién licenciados como yo», señala.

Pasados cuatro meses Moisés decide que es hora de ponerse manos a la obra para buscar un trabajo de «lo suyo» y comienza a entregar currículums en empresas que buscan psicólogos. Sin embargo, lo que hasta ahora no le había supuesto un problema se convertía en ese momento en el mayor de todos. «Todas las empresas me pedían el alemán y todas me dijeron que no, menos una».

A los pocos días, Moisés entra a formar parte de una empresa privada que trabaja con refugiados y que se dedica por completo a la integración de menores no acompañados. «Trabajamos con ocho adolescentes de 15 a 18 años. Nuestra tarea consiste en conseguir que estos jóvenes que llegan a Alemania solos se integren por completo en la cultura alemana sin que se olviden de la suya», dice Moisés.

Dos mil personas al día

Según cuenta este joven psicólogo loreño, con el objetivo de atender a las miles de personas que llegaban al país en los últimos meses pidiendo asilo, se crearon estas empresas dedicadas exclusivamente a su atención e integración y que han propiciado la contratación de un gran número de psicólogos y trabajadores sociales.

«En enero llegaban 2.000 personas al día a Alemania, ahora estamos en 100. Alemania tiene actualmente 1.700.000 en situación de refugiados y en 2017 se espera que la cifra ascienda a 3 millones», indica. Y añade que no sólo llegan sirios sino también paquistaníes, etíopes, somalíes y afganos. «De los ocho chicos con los que trabajo solo uno es sirio y la mayoría afganos», comenta.

Moisés compagina su trabajo en Munich con tareas de voluntariado en Cáritas, donde pasa consulta todos los martes.

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