Los heridos en el tiroteo de Badolatosa se resisten a identificar a sus agresores

Las tres víctimas del tiroteo ocurrido el pasado 8 de mayo en la localidad sevillana de Badolatosa se resisten a identificar a sus agresores ante la Policía Judicial de la Guardia Civil de la Comandancia de Sevilla, según fuentes consultadadas por ABC. Dos de los tres heridos han sido ya dados de alta en los hospitales Reina Sofía de Córdoba y Virgen del Rocío de Sevilla. El tercero de los heridos continúa hospitalizado en el hospital Reina Sofía, donde sigue estable dentro de la gravedad tras ser tiroteo en la cabeza, según fuentes consultadas por ABC.

Hasta el momento no ha trascendido la razón del tiroteo, aunque algunas fuentes apuntan a un ajuste de cuentas por drogas entre clanes de Badolatosa y Puente Genil (Córdoba).

El tiroteo, que investiga el Juzgado de Estepa, se produjo sobre las 8 de la tarde en la calle Tres de Abril de Badolatosa, cuando los agresores entraron en la vivienda de una familia de la localidad conocida como Los Sueños. Allí tirotearon a dos hermanos de 48 y 42 años, así como al hijo de uno de ellos, de 23 años de edad.

Ninguno de los vecinos logró ver las caras de los agresores, aunque algunos llegaron a decir que tenían acento suramericano. Los agresores se dieron a la fuga en un coche, al parecer de color amarillo, en cuya búsqueda ha estado trabajando la Guardia Civil. Por esa razón, la declaración de las víctimas identificando a sus agresores es vital para proceder a su detención.

Al principio era imposible que las víctimas pudieran participar en la identificación de los agresores aportando rasgos físicos o identidades porque ingresaron graves en los hospitales. Padre e hijo fueron heridos por armas de fuego, recibiendo disparos en brazo, estómago y cabeza. El padre, que es el único de los tres que sigue hospitalizado, fue el que peor salió parado, ya que recibió un tiro en la cabeza y se llegó a temer por su vida. El tío del joven fue herido con arma blanca en el tórax y recibió también disparos, siendo ingresado primero en el hospital de Osuna y después en el Virgen del Rocío.

Por el momento, la actitud obstruccionista de los heridos está dificultando la detención de los agresores por parte de la Guardia Civil, que tras el tiroteo tomó huellas dactilares en la vivienda para esclarecer los hechos. Otras fuentes consultadas temen que las víctimas se tomen la justicia por su mano y se inicie una venganza entre clanes.