Doce pueblos de Sevilla para visitar en 2021... si el Covid nos deja

S. I.

16/01/2021
Actualizado 04/03/2021 a las 17:10h.

Compartir

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Iniciar sesión

Queda aún por descubrir mucha belleza y riqueza patrimonial, cultural y gastronómica en los municipios de la provincia de Sevilla. Y si el Covid-19 y las restricciones lo permiten, cualquier fin de semana es bueno para organizar una escapada y conocer los secretos que atesoran nuestros pueblos. A un máximo de hora y media en coche, ABC hace una selección para todo el año. Doce pueblos para doce meses. Disfruten.

La ciudad de Osuna, enclavada en las estribaciones de la Sierra Sur, es el resultado de una fecunda historia que comenzó con los primeros asentamientos turdetanos y alcanzó su cenit en el siglo XVI con el IV Conde de Ureña, ilustre personaje responsable, en gran medida, de la creación de una Villa Ducal donde pasado y presente se dan la mano.

Osuna ha sabido conservar el e ncanto de un casco histórico salpicado de palacios barrocos, iglesias y conventos que atesoran obras de indudable calidad artística y que merece la pena descubrir tras las fastuosas portadas que se adelantan a las fachadas de sillar, la piedra que se extrajo durante siglos de las canteras ursaonenses.

Actualmente se mantiene fiel a sus costumbres, a su cocina típica y a la artesanía, pero sin anclarse en el pasado, reforzando su oferta turística con modernas infraestructuras hoteleras, de comunicaciones y servicios.

Los espacios naturales son otro de sus atractivos, ofreciendo paisajes de gran belleza donde poder disfrutar de su fauna y flora , resultando un marco incomparable para la práctica de cualquier deporte.

Ascender y descender por sus cuestas y escuchar el vuelco puntual de las campanas en sus torres y espadañas. Visitar sus conventos donde el azúcar y la almendra se hacen rezo en la boca . Aspirar su aroma de campiña sagrada que transforma el trigo en pan de mollete y el olivar en prestigioso líquido dentro de la alcuza. En febrero Marchena juega a los carnavales mientras ya intuye el azahar de los naranjos junto al incienso de sus templos abiertos. Marchena es en sí misma su historia hecha paisaje.

Su pasado islámico aflora aún en los trazos de la muralla almohade que salpican la calle de Las Torres y alcanzan su máxima expresión en el conocido Arco de la Rosa. Desde su escalinata se accede al barrio de San Juan , donde sus calles adoquinadas y sus casas señoriales recuerdan a cada paso que es éste el corazón de la antigua villa, capital del Ducado de Arcos y residencia habitual de los Ponce de León.

De aquella época quedan joyas monumentales como la iglesia matriz de San Juan Bautista , que atesora un magnífico retablo de Alejo Fernández y nueve zurbaranes en su sacristía. Imprescindible la subida por el tiro hasta la explanada de la iglesia de Santa María de la Mota , ubicada en la antigua alcazaba islámica que luego sería palacio ducal y actualmente es convento de monjas clarisas, un excelente ejemplo de arte gótico mudéjar cuya torre es el emblema iconográfico de este monumental municipio.

A escasa media hora de la capital de Andalucía, entre campiñas, pinares y olivares, sobresale el perfil de las altas torres de las parroquias de Santa María de la Mesa y Santiago el Mayor . Son dos de los más conocidos monumentos de Utrera, una ciudad con una historia muy rica que la ha dotado de una fuerte personalidad, que se convierte en un destino perfecto para los amantes de la arquitectura, de la autenticidad y de la buena mesa.

Utrera es famosa por ser considerada la cuna del toro bravo , por sus universales dulces -los famosos mostachones - y por la magia de la devoción a la Virgen de Consolación , que se convirtió en la compañera de muchos marinos que cruzaban el oceáno Atlántico en busca de aventuras.

La Utrera de hoy es un lugar perfecto para pasear, para disfrutar de su animada vida, de sus coquetas plazas, conversar con sus hospitalarias gentes y admirar sus numerosos monumentos. La visita tiene que terminar de manera invariable comprando exquisitos dulces y degustándolos en algunas de las numerosas cafeterías de la plaza del Altozano.

De los títulos de Écija, quizá el más extendido es el de la ciudad de las torres. No en vano, la romana Astigi posee uno de los mejores legados de arquitectura y arte barroco de Andalucía , fruto de su particular siglo de oro. Las opciones para una visita en la ciudad del sol son infinitas gracias a su rico patrimonio histórico (fundada en el s. VIII a.C.), artístico, arqueológico y cultural, pero también por su gastronomía, fiestas populares y, sobre todo, la calidez de sus gentes. Imponente y esbelta, llana y recoleta, bella y luminosa, sobria y vivaz, Écija resulta ideal para una escapada de fin de semana, pero también para vivirla para siempre. Hay motivos suficientes: un recorrido por sus museos, iglesias, palacios y casas señoriales puede ser un gran comienzo. Entre otros, destaca el Palacio de Benamejí , sede del Museo Municipal y albergue de piezas arqueológicas de gran valor como la Amazona Herida, una de las cuatro de su modelo que se encuentran en el mundo, pero la única que se halló (ahora hace casi 20 años en la ciudad astigitana) fuera de Roma. El Palacio de Peñaflor , Monumento Nacional, bien merece una visita, pero hay una larga lista: Palacio de Justicia, de Santaella, de los Palma ... Igual ocurre con sus conventos y, sobre todo, con sus iglesias. La de la Limpia Concepción de Nuestra Señora, conocida por Los Descalzos, deslumbra como símbolo del barroco ecijano. Con tan ingente riqueza, la oficina de Turismo de la localidad debe de ser la primera parada para elegir una de las múltiples rutas que ofrece. Aunque un paseo marcado por la improvisación, dejándose llevar por el sabor de este pueblo de la campiña sevillana, tampoco defraudará. Un gusto que se llevará en la maleta en forma de molletes, de los bizcochos de las marroquíes o las famosas yemas , guindas de una extensa cultura del tapeo que ofrece la conocida como sartén de Andalucía.

La localidad de Carmona, situada a sólo 30 kilómetros de Sevilla capital, en un entorno espectacular, dominando toda la comarca a la que se asoma desde un cerro con 235 metros de altitud, es sin lugar a dudas uno de los municipios más interesantes de toda la comunidad andaluza.

En sus calles el visitante puede entrar en contacto con la historia y disfrutar con la mayor concentración de Bienes de Interés Cultural de toda la provincia de Sevilla , ya que Carmona suma un total de 26. Se trata de un destino que guarda todo tipo de tesoros patrimoniales para el visitante, y que muestra orgulloso muchas huellas de la civilización romana, uno de los periodos históricos más brillantes de su historia. Desde las dos puertas principales de la ciudad -la de Sevilla y la de Córdoba-, hasta la famosa Necrópolis , los amantes de la arqueología y la historia podrán disfrutar al máximo en esta coqueta localidad.

Carmona no sólo cuenta con monumentos, ya que también está llena de experiencias, entre las que no pueden faltar contemplar los colores únicos del atardecer en la Vega desde su célebre Parador -ubicado en el punto más alto de la ciudad-, o disfrutar de su excelente gastronomía en muchos de sus bares y restaurantes.

En la zona sur de la provincia de Sevilla, justo entre la campiña y el comienzo del sistema Penibético se sitúa orgullosa Morón de la Frontera, una localidad plagada de historia, de rincones que visitar y un lugar ideal para desconectar y disfrutar de ancestrales tradiciones.

La visita a Morón de la Frontera debe ser pausada, ya que la localidad esconde importantes hitos entre los que podemos destacar la Iglesia de San Miguel o el Castillo , que vigila desde las alturas un precioso entramado urbano. Tierras pobladas desde tiempos inmemoriales, en las que también es posible tomar el pulso a la actualidad en el Paseo que lleva el nombre del famoso «Gallo», seña de indentidad imprescindible en la localidad.

Es Morón de la Frontera un lugar plagado de atractivas leyendas y tradiciones, en el que el visitante además puede también conocer de cerca las caleras de la sierra de Montegil , donde todavía a día de hoy se sigue trabajando este material de manera artesanal, tal y como se ha hecho a lo largo de los últimos siglos.

Cómplice de la Historia y del paso del tiempo se encuentra al norte de la capital sevillana, entre bosques y dehesas. Nominada a Capital del Turismo Rural 2020. Elegida por el rey Felipe V y la reina Isabel de Farnesio en 1730 para establecerse durante días en mitad de un largo viaje, convirtiendo a esta villa en Real por ese tiempo.

La ribera del Huéznar, la Isla de la Margarita, el Parque de Aventuras Sierra Morena de Sevilla, decenas de senderos... Patrimonio verde y blanco donde mirar a las estrellas, disfrutar de las aves, sentarte a respirar o echar a correr.

Para comer y beber como en ningún sitio. Sus dehesas son el paraíso del cerdo ibérico y la producción artesanal . Atesora una larga tradición licorera y vitivinícola.

Y es que eso es Cazalla de la Sierra: el lugar deseado. Para recuperar fuerzas, conectar con las raíces, divertirse y disfrutar de la naturaleza y conocer el cómo y el porqué de la mejor cultura gastronómica local.

Situada a tan solo una hora de la capital andaluza, guarda y señora de un valle en plena Sierra Morena sevillana. Sus gentes y sus tradiciones marchan al compás del Parque Natural Sierra Norte de Sevilla y de las campanas de un reloj centenario al que se le da cuerda cada día.

Es un rincón para llegar y quedarse. Lo sabe la Historia que ha dejado aquí su rastro desde hace millones de años como prueban la Cueva de la Sima y el yacimiento de huellas de medusas fósiles, declarado Monumento Natural.

De su privilegiado enclave natural provienen frutos y recursos que llenan de verdad su gastronomía : vinos, licores, aguardientes, dulces, pan, aceites, chacinas, quesos... Un pulmón verde que también da la oportunidad de disfrutar de un turismo rural activo, en familia y saludable.

Cuenta con el distintivo Reserva Starlight por la Unesco . Y, además, presume de patrimonio histórico encabezado por su Castillo, Bien de interés cultural , que vigila el valle y da la bienvenida a vecinos y visitantes.

En pleno corazón del Aljarafe y a pocos kilómetros de la capital sevillana, la localidad de Olivares acoge al visitante a través de la placidez de sus calles empedradas, sus edificios blancos y la riqueza barroca de algunos de sus principales monumentos. Fue fundada por los romanos, habitada posteriormente por los musulmanes de Al-Andalus, y bajo el dominio de la Casa de los Condes-duques de Olivares alcanzó su mayor esplendor . El Palacio del siglo XVI, convertido hoy en Ayuntamiento, bien merece una visita, así como un paseo por la Plaza de España , antigua plaza de armas del edificio ducal. En la misma plaza destaca la Colegiata de Santa María de las Nieves , magnífico monumento barroco del siglo XVII, bajo cuyo altar mayor se encuentra la cripta de los condes-duques de Olivares. En los alrededores, el corredor verde del Guadiamar y el del río Pudio permiten de una forma accesible disfrutar de la Naturaleza a través de varios kilómetros de senderos. Y si se quiere disfrutar de su rica gastronomía, el pan es el ingrediente principal de alguno de sus platos más característicos, como el cúcharo, compuesto de pan, aceite, vinagre, huevo, atún y cebolla, que combina a la perfección con un buen vaso de mostro local.

El río Guadaíra marca la fisonomía y la historia de Alcalá, creando un entorno paisajístico y monumental muy singular que supone un auténtico pulmón verde en el área metropolitana de Sevilla. El trazado urbano del río Guadaíra puede recorrerse a través de una amplia red de caminos que discurren entre los parajes que inspiraron a la escuela paisajística alcalareña.

Junto a sus orillas podemos detenernos en algunos de sus molinos harineros , de origen árabe, o admirar el Puente del Dragón, construcción figurativa inspirada en Gaudí. El río gira alrededor del Castillo de Alcalá, imponente construcción que puede visitarse para conocer una de las fortalezas más grandes de España, el cual, además, brinda unas espléndidas vistas sobre Alcalá, el paisaje del entorno y la propia capital sevillana.

En el terreno gastronómico la visita puede completarse degustando el famoso pan de Alcalá que ha dado fama a localidad, o sus Tortas de Alcalá, una exquisita elaboración de repostería exclusiva de la localidad.

A sólo unos 20 minutos en coche desde la capital de Andalucía es posible perderse en las calles de Sanlúcar la Mayor, una localidad que siempre sorprende y que cuenta con uno de los centros históricos más grandes de toda la provincia de Sevilla . El visitante más curioso no puede dejar de rastrear los vestigios de una antigua judería e incluso contemplar edificios de un exquisito e interesante estilo mudéjar .

En ese paseo por el corazón de la ciudad no pueden faltar algunas paradas en las iglesias de San Pedro, San Eustaquio o de Santa María -ésta última comenzada a construir en el siglo XIII-. También son hitos destacados para disfrutar del arte y de la arquitectura, el Convento de San José, la Cilla del Cabildo, la Hacienda de Benazuza, los restos de la Muralla Almohade y el Convento de Loreto.

Y para los amantes de la naturaleza y de las actividades al aire libre, a pocos minutos del casco urbano se encuentra uno de los accesos para adentrarse en el Corredor Verde del Guadiamar , un espacio medioambiental, que está considerado por la Junta de Andalucía como Paisaje Protegido, ideal para desconectar, realizar deportes como la bicicleta de montaña y senderismo, así como para disfrutar del tiempo libre.

Estepa, situada en pleno corazón de Andalucía, es una ciudad milenaria que desde la lejanía invita a descubrir su historia. La ciudad, codiciada a lo largo de los tiempos por su ubicación estratégica, remonta sus orígenes al siglo IX a. C. La antigua Acrópolis, asentada en el espectacular «Cerro de San Cristóbal» , traslada al visitante a la antigua Astapa, Ostippo, e Istabba , un lugar mágico que supone poco menos que un viaje en el tiempo donde disfrutar de un enclave y un patrimonio únicos en Andalucía.

Declarada Conjunto Histórico Artístico en 1965 , hacen honor a tal catalogación las ineludibles visitas al antiguo Alcázar y su Torre del Homenaje, los Conventos de Santa Clara o San Francisco, la Torre de la Victoria, el Palacio de Cerverales o las iglesias de Santa María, la del Carmen y la de la Asunción.

Tierra de nobleza y palacios, Estepa es, además, un bello enclave rodeado de verdes campos de olivares que cuenta con una amplia y cuidada oferta gastronómica en la que destacan sus famosos dulces mantecados y polvorones con Indicación Geográfica Protegida , su aceite virgen extra con denominación de origen.

Ver comentarios (0)

Reportar un error