Coronavirus en Sevilla

Algunos de los pueblos más pequeños de Sevilla que se han salvado, de momento, del coronavirus

Pruna, Los Molares, Aznalcóllar, Gilena, El Real de la Jara, El Coronil o Algámitas explican cómo han conseguido que no haya ni fallecidos ni contagiados entre sus vecinos

Un acceso cortado en una de las entradas a Pruna ABC

Martín Laínez

El hipoclorito es una palabra que conocen muy bien en los pueblos menos poblados de la provincia, incluidos los tractoristas. Diluido con agua, este componente químico es el más usado, junto con la lejía tradicional, para desinfectar las calles y espacios públicos contra el coronavirus y de ello se encargan los agricultores y una red de voluntarios que se han convertido en los «otros héroes» contra el «bicho».

Gracias al hipoclorito sódico y a un confinamiento exhaustivo de la población, el Covid-19 no ha hecho acto de presencia en una decena de municipios sevillanos. «Ni está ni se le espera», comentan algunos de sus alcaldes, quienes explican a ABC cómo han logrado que en sus pueblos no haya nadie contagiado, y mucho menos fallecido , por el coronavirus. Todos coinciden en destacar la ejemplaridad y la solidaridad de sus vecinos.

Reparto de mascarillas elaboradas por costureras del pueblo, horario restringido de los comercios o estrictos controles son algunos de los ejemplos que han hecho de «barrera» contra la epidemia.

ABC repasa a continuación algunos de los pueblos donde el Covid-19 no ha llegado aún, si bien no están todos los que a día de hoy han conseguido que el coronavirus no entre en sus términos municipales, como son los casos de La Puebla de los Infantes, Badolatosa o Lantejuela , que se han puesto en contacto con este medio de manera oficial para confirmarlo.

Dos personas desinfectan las calles de Pruna ABC

Pruna (2.603 habitantes)

El alcalde de Pruna, F rancisco López Sánchez , resalta que son, «junto con Algámitas y Villanueva de San Juan, de los pocos municipios de la Sierra Sur donde no hay infectados. Contamos con cinco agentes de la Policía Local que se coordinan con la Guardia Civil para controlar el confinamiento. De hecho, hemos cortado los accesos al pueblo con cadenas y sólo existe un lugar por donde se puede entrar y salir de Pruna. Allí los desinfectamos a la entrada para evitar que entre el coronavirus del exterior a nuestro pueblo».

Las calles se d esinfectan «a diario con nuestros operarios y cuatro veces a la semana con los tractores», comenta López quien acaba de traerle el pan a una familia que vive en el campo a ocho kilómetros del pueblo. Los comercios acordaron cerrar a las dos de la tarde y la solidaridad ha llegado a través de donaciones del equipo de gobierno, de personas anónimas y de empresas del pueblo. Las pocas multas que se han puesto en Pruna, comenta el primer edil, «fue por no justificar la salida a la calle».

El alcalde de Los Molares, izquierda, en labores de desinfectación de su pueblo ABC

Los Molares (3.480 habitantes)

A una hora en coche se sitúa Los Molares. Aquí su alcalde, José Veira , se multiplica a diario, «hasta salgo en mi coche a felicitar los cumpleaños , incluso el Viernes de Dolores me puse en el asiento trasero mientras conducía mi secretaria y me puse a lanzar incienso por las calles», comenta. De 11 a 13 y de 17 a 19 horas es cuando existe una mayor presencia policial —hay cinco agentes locales—, mientras que l os comercios «mantienen un horario normal. Hablé con ellos y les di libertad, porque la verdad es que hay gente que cuando llega de trabajar se podían encontrar las tiendas cerradas».

Sobre la evolución de las multas en este pueblo de la Campiña, Veira asegura que el ritmo de « unas diez sanciones diarias en los primeros días del confinamiento se ha reducido a unas tres al día. La gente ha reaccionado. Nos conocemos todos en el pueblo y las excusas ya las conocemos, pero en general somos muy responsables».

Desinfección de la calle donde está ubicado el Consultorio médico ABC

Aznalcóllar (6.091 habitantes)

«Menos mal que al final hemos podido incorporar a dos agentes que estaban en práctica y somos siete en total para controlar, con la ayuda de la Guardia Civil, el confinamiento», explica el regidor de Aznalcóllar, Juan José Fernández . Con una de las tasas de paro más altas de la provincia y con 960 mayores de 65 años en el pueblo, Fernández detalla que se han dispuesto de once autobuses para que «mis vecinos se desplacen hasta Huelva para la recogida de la frambuesa y el arándano. Van con miedo a ser contagiados. Se juegan el pellejo».

Destaca además la solidaridad de su gente: «Hemos hecho unas veinte mil mascarillas entre las costureras del pueblo , que se desinfecta un día sí y otro no con una fumigación completa, que se refuerza con una máquina a mano por las zonas más concurridas». Los 50 residentes del centro de mayores y sus 25 trabajadores «se encuentran perfectamente. También quiero destacar que hemos liberado 10.000 euros para pagar luz y agua y comprar comida a las familias más necesitadas del pueblo».

Una de las calles de Gilena ABC

Gilena (3.727 habitantes)

José Manuel Ruiz , alcalde de Gilena, quiere puntualizar que hace varias semanas un vecino que dio positivo en un primer control resultó negativo en el segundo, «con lo que podemos decir que nos hemos librado». En el pueblo , los controles «diarios» lo llevan a cabo cuatro agentes de la Policía Local coordinados con guardias civiles de Estepa, La Roda y Osuna, quienes han interpuesto una treintena de multas desde que se decretó el estado de alarma.

« Los agricultores se han volcado desde el primer día en las tareas de desinfección con el hipoclorito que teníamos, más el que nos facilitó la Diputación de Sevilla— que ha repartido cincuenta mil kilos en total en la provincia— con el que fumigados hasta dos veces al día, por las mañanas y a partir de las siete de la tarde. El hipoclorito sódico nos lo están donando los vecinos, asociaciones, colectivos... estoy muy orgulloso de mi pueblo».

Sin necesidad de cortar los accesos al pueblo, el regidor de Gilena explica que «tenemos hasta lista de espera de los agricultores que se han ofrecido para fumigar». Y sin dejar de olvidarse de los alumnos de su colegio e instituto, a los que «he enviado una carta-cuento para animarles ».

El alcalde junto con los bomberos de la Diputación ABC

El Real de la Jara (1.503 habitantes)

Uno de los motivos por los que no ha llegado el coronavirus a El Real de la Jara, explica su alcalde, José Manuel Trejo , es «por los controles que hacemos, sobre todo los fines de semana. Al principio eran muchos los que venían al pueblo pero ahora son mucho menos, gracias a que hemos ampliado la vigilancia municipal». Con la ayuda de la Guardia Civil se ha logrado c oncienciar a la gente que no pueden salir y sobre todo en coche, motivo por el cual «se ha tramitado una veintena de multas en los últimos días».

Según afirman los vecinos, el propio alcalde es el primero en enfundarse el traje para fumigar su pueblo y con él, sus concejales y una red de voluntarios que desinfecta el pueblo «cada dos o tres días. La basura se tira entre las 16 y las 20 horas y la quincena de ancianos de la residencia están «todos bien». «Gracias a que nos a nticipamos al decreto pudimos comprar mascarillas y guantes que hemos facilitado a los comercios para sus clientes y estos días vamos a hacer un reparto masivo de mascarillas a los vecinos», concluye.

Un operario realiza labores de desinfección en un parque infantil de El Coronil ABC

El Coronil (4.746 habitantes)

«Hasta nuestro jefe de la Policía Local se ha ofrecido de manera altruista a trabajar en sus descansos; lo digo porque solo tenemos dos agentes», comenta el alcalde de El Coronil, José López Ocaña , quien se reunió con los comerciantes para determinar un horario unificado de apertura, de 8 a 15 horas.

« Salimos cada dos días con siete tractores para fumigar el pueblo , que cuenta con un centro de mayores con 40 ancianos en el que «prohibimos desde el día 14 de marzo la entrada de familiares». La desinfectación llega incluso a los dos centros educativos, «hemos fumigado hasta lápices, gomas, mesas, todo para que esté listo cuando se pueda volver». Incluso, el regidor asegura que «hemos abierto una cuenta solidaria para los más necesitados y los vecinos incluso nos compran botes de lejía en las tiendas para que los use el Ayuntamiento».

Un tractor por una calle de Algámitas ABC

Algámitas (1.255 habitantes)

La alcaldesa de Algámitas, Isabel María Romero , no «para de sorprenderse» con la solidaridad de sus vecinos. « Hemos abierto una cuenta en el banco para comprar mascarillas guantes, alimentos...», explica la responsable de un pueblo donde sus tractoristas «se pican» entre ellos porque todos quieren participar en las labores de desinfección, que se lleva a cabo de 8 a 11 horas.

«Además, les he pedido a mis vecinos que cada uno desinfecte sus aceras, así hacemos un doble cinturón», explica Romero. Los comercios cierran los viernes y sábado por las tardes y «por suerte, sólo se han puesto tres multas, y al principio ».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación