Lebrija
El Antoniano recupera el nombre del primer equipo de fútbol de Lebrija
La entidad deportiva denomina Lebrija Fútbol Veloz Club a su nuevo equipo filial
Una buena forma de respetar la memoria es recuperar el nombre original de actividades realizadas en el pasado y utilizarlo para las nuevas versiones de la actualidad, así, además, se rinde homenaje a los creadores y primeros practicantes. Esta premisa es también válida en el caso del fútbol como lo ha entendido el Club Atletico Antoniano , equipo de Lebrija que milita en el grupo uno de la División de Honor andaluza, y que ha decidido nombrar como Lebrija Fútbol Veloz Club (LFVC) Sociedad Deportiva a su recién creado equipo filial.
El LFVC fue el primer equipo de fútbol constituido en Lebrija . En 1922, tras la disolución del conjunto ciclista Veloz Club de Lebrija, nace en la localidad el fútbol con muchos de los componentes del antiguo equipo ciclista. El club se disolvería en 1923, pero ya había sembrado la semilla de este deporte nuevo en aquella época.
Lebrija contaba por aquel entonces con 11.514 habitantes y estaba regida por Miguel Gutiérrez Varela, según se recoge en un artículo firmado por Antonio Calvo , actual secretario del Club Atlético Antoniano. La adopción del nombre y de sus colores originales por el Antoniano para su equipo filial, que ya disputa la liga en Tercera Andaluza, «es un homenaje a aquellos pioneros del balompié lebrijano» , subrayan desde el club rojiblanco.
Entre esos pioneros futbolísticos se encontraba José Martínez, padre de Francisco, presidente fundador del Antoniano . «Mi padre jugaba de defensa izquierdo», cree recordar Francisco según le contaba su progenitor cuando ya no quedaba nada del Lebrija Fútbol Veloz Club, ya que el expresidente nació en 1936. «No conocí en persona el equipo, solo por lo oído a mi padre», apunta Francisco Martínez a ABC y señala que «mi padre tenía 20 años cuando se fundó el Veloz, el primer equipo de fútbol de Lebrija, y fue el primer presidente del club y del equipo ciclista».
Con una antigua imagen del LFVC entre sus manos, que conserva como un tesoro, en el que se ve al equipo luciendo en 1923 la primera equipación unitaria que lograron comprar, «antes de eso cada uno jugaba con la ropa de la que disponía», indica Martínez, el fundador del Antoniano recuerda como una gran anécdota que «en una ocasión, muchos de los jugadores se vinieron campo a través desde Arcos tras disputar un partido» en esta localidad gaditana, que dista unos 40 kilómetros de Lebrija. Al parecer, la huída de los futbolista pudo deberse a una riña o pelea que se produjo no se sabe si durante o después del encuentro. En este sentido, poco ha cambiado el deporte rey.
Como heredero del LFVC y testigo de los primeros pasos del fútbol en Lebrija, Martínez insiste en las dificultades que tuvieron que atravesar esos primeros deportistas y no se olvida en recordar, por ejemplo, que «en aquel entonces los traslados a los campos de los equipos rivales se solían hacer en camión» .
Martínez rememora el trabajo de su padre en la bodega y en la viña, e indica que los primeros futbolistas lebrijanos eran «albañiles, trabajadores de viñas, sindicalistas, agricultores, corredores de propiedades, talabarteros que tenían que pagarse ellos mismos los gastos» que generaba la práctica del fútbol «y solo podían disponer de un balón para todos». También evoca cuando «se vestían en el antiguo casino y se iban andando hasta el campo de fútbol de tierra que estaba junto a la carretera de Trebujena».
«Entonces», matiza, «el fútbol consistía en dar una patada y correr tras el balón» , a lo que Antonio Calvo añade que «no había táctica ni estrategia». En este momento es cuando Francisco Martínez defiende su filosofía futbolística: «El fútbol no es echar el balón para atrás, es siempre para delante. Menos mal que parece que ya se acaba el tiquitaca . Eso no es fútbol».
