Reyes Magos

La Gran Cabalgata de la Ilusión hace las delicias de los niños de San Fernando

Partió con puntualidad, a las 18 horas desde la Avenida de la Constitución

Cabalgata de San Fernando. M. S.

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Partió con puntualidad, a las 18 horas y desde la Avenida de la Constitución, la Gran Cabalgata de la Ilusión de San Fernando. Apenas tardó 20 minutos el desfile de Sus Majestades de Oriente en enfilar la calle Real por donde transcurría el grueso del recorrido de la cabalgata. De la que un paisano dijo, no sin cierta guasa, que iba «más rápido que el tranvía».

Un primer tramo, hasta la altura de la plaza del Carmen en que el cortejo Real procesionó en silencio, sin música, como gesto de deferencia hacia los autistas ‒y supongo que hacia los perros también‒. Esto hizo que una gran mayoría de isleños optara por amontonarse de dicha plaza hacia arriba, con ganas de disfrutar el espectáculo sin sordina.

La cruz de guía, en este caso la Estrella de Oriente, fungía, como es habitual, de proa del desfile. Un personaje, el de la brújula de Sus Majestades, que guardaba un parecido sorprendente con la presentadora de Antena 3 Noticias, la bella Sandra Golpe, que para más coincidencias es natural de La Isla.

El Cartero Real, que ayer recogía las cartas de los niños más rezagados, seguía a la Estrella en la cabalgata. Entre medio, desfile de personajes varios, hasta que asomaron por la Calle Real las barbas blancas del Rey Melchor para gozo de los pequeños cañaíllas.

Más ruido tuvo la carroza de Gaspar, que hay que ver lo que se parecía al presidente del San Fernando CD Louis Kinziger ‒la tarde de los dobles‒. A su paso, los asistentes coreaban «¡Equipo Gaspar, San Fernando, traca tra!» y este respondía lanzando puñados de caramelos: pero de goma, sin gluten y sin azúcar: no se me vaya a desmayar ningún crío.

Esta estuvo precedida por un cortejo de pajes ataviados con los colores del equipo de la tierra, azul y blanco, y que además llevaban un gran incensario ‒el incienso: la ofrenda del segundo monarca‒ dejando un importante olor a Semana Santa a la altura de la parada de tranvía de Santo Entierro.

No sé a qué huele la mirra, pero llegado el turno del rey Baltasar ‒que debe ser jamaicano‒ y su cortejo llegaba un tufo como a fondo sur del Carranza en los años 90. La hermandad de los negritos cerró el mágico desfile, 30 minutos después del paso de la Estrella, dejando a los infantes isleños velando armas para una noche mágica a la que sigue una mañana de emoción y júbilo.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación