Armada

250 años de la muerte de Jorge Juan, el 'sabio español'

La Armada rinde homenaje con diversas actividades al fundador del Real Observatorio e impulsor de la ciencia en la España de la Ilustración

¿Qué es la bandera de proa, de tajamar o torrotito que se iza en los buques de la Armada?

Retrato de Jorge Juan, obra de Rafael Tegeo de 1828. Museo Naval de Madrid
Verónica Sánchez

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'Jorge Juan. Ciencia para la Real Armada de Su Majestad' es el título de la exposición temporal que, hasta el próximo 15 de diciembre, alberga el Real Instituto y Observatorio de la Armada, en San Fernando, y que conmemora el 250 aniversario del fallecimiento del ilustre marino y científico que lo fundó.

Esta exposición, detalla la Armada, ofrece un recorrido por la figura, la obra, el vínculo con Cádiz y la trascendencia para la entrada y desarrollo del conocimiento científico en la España del siglo XVIII, del ilustre marino Jorge Juan y Santacilia.

Marino, diplomático, constructor naval, ingeniero de arsenales, espía o científico. La vida de Jorge Juan y su aportación al conocimiento son apasionantes e inconmensurables. Nació en 1713 en Novelda (Alicante). A los 12 años recibió el título de caballero de la Orden de San Juan de Jerusalén y se trasladó a Malta como paje del Gran Maestre de la Orden. Allí combatió la piratería en el Mediterráneo, al tiempo que ampliaba su formación teórica.

Llegó a Cádiz con 16 años, donde, el 10 de marzo de 1730 ingresó en la Academia de Guardias Marinas. «Durante los siguientes cuatro años Jorge Juan combinaría su formación en la academia, con la navegación para volver a combatir la piratería, recuperar la plaza de Orán o escoltar al futuro Carlos III a Italia», explica Manuel Rivas, técnico superior de archivos del Real Instituto y Observatorio de la Armada y comisario de la exposición.

La verdadera forma de la Tierra

En 1734 fue destinado junto con Antonio de Ulloa a acompañar a los académicos franceses que debían viajar al virreinato de Perú para realizar mediciones geodésicas para saber si la Tierra era achatada por los polos o por el ecuador y determinar así su figura. Un año más tarde, Jorge Juan y Antonio de Ulloa zarparon de Cádiz hacia Cartagena de Indias para reunirse con los miembros de la Academia de París. Juan en el navío 'El Conquistador' y Ulloa en la fragata 'Incendio'. Los trabajos de medición duraron una década. Jorge Juan desembarcó en Brest en 1745 «desde donde pasó a París, siendo nombrado miembro de l'Académie de París y llegando a España a principios de 1746», narra Rivas. Dos años más tarde, facilitado por el Marqués de la Ensenada, Jorge Juan y Antonio de Ulloa publicaron los resultados de la expedición, que se plasmaron en dos obras. La de Jorge Juan, 'Observaciones astronómicas, y Physicas, hechas de orden de S. M. en los reynos del Perú', fue la «primera publicación que recogerá la verdadera forma de la Tierra. La publicación detalla los aspectos técnicos para los trabajos de medición, basados en diferentes observaciones astronómicas, consideraciones sobre los instrumentos utilizados en la expedición, información de los datos obtenidos, sus cálculos y correcciones... No es de extrañar que ambas obras tuvieran una excelente acogida y difusión internacional, siendo prueba de ello las traducciones que se hicieron a diferentes idiomas», apunta el comisario de la exposición isleña.

Creación del Observatorio

A finales de 1749 Jorge Juan propuso al Marqués de la Ensenada la creación de un observatorio astronómico en España. Su función sería académica, para formar a los guardias marinas en matemáticas y astronomía; y también científica, para investigar y difundir el saber científico en España. Así, quedó establecido en 1753 en un torreón del castillo de Guardias Marinas anexo a la Compañía y Academia de Cádiz el Observatorio.

Dos años antes el rey Fernando VI lo había nombrado capitán de la Compañía de Guardias Marinas. Desde entonces, comenzó «a detallar al Marqués de la Ensenada las líneas de reestructuración que debería seguir la academia para alcanzar los objetivos de la política borbónica», se explica en la exposición. La Real Armada quería aumentar el número de naves, por lo que también debía crecer la cantidad de guardias marinas y se hacía necesaria la modificación de la metodología docente y la reestructuración de la formación, introduciendo las obras de Newton o Euler, entre otros.

Al mismo tiempo, Jorge Juan, desarrollaba trabajos en arsenales y astilleros, como el 'Plano y proyecto del Arsenal de La Carraca'. En 1757 se publicó el 'Compendio de navegación para el uso de los Caballeros Guardias Marinas' de Jorge Juan, que trata los fundamentos del pilotaje e instrumentos como el cuadrante o el octante. Tres años más tarde fue ascendido a Jefe de Escuadra de la Real Armada.

Un legado que perdura

El traslado de la academia a la Isla de León en 1769, «quedando en Cádiz el observatorio» (no fue hasta 1798 cuando se trasladó a su actual sede, en la entonces Isla de León), «supuso un grave problema para la formación de los cadetes, para el futuro de los costosos instrumentos adquiridos y para la labor científica», cuenta Manuel Rivas. «Vicente Tofiño, director de la academia, tenía interés en que los instrumentos se trasladasen allí desde el castillo», detalla Rivas. Era una tarea delicada, por eso, desde Madrid, con una salud cada vez más deteriorada, Jorge Juan pedía que no se tocaran «hasta que se trate de formar observatorio a propósito en la Isla y que permanezca en Cádiz con alojamiento en el Castillo el maestro instrumentario para cuidar de ellos y tenerlos a su cargo bajo de llave».

En 1770 se nombró a Jorge Juan director del Seminario de Nobles de Madrid, centro de formación de la joven nobleza. Su obra más destacada, el 'Examen Marítimo', se publicó al año siguiente, en 1771. En ella «se abordan aspectos como las leyes del movimiento, la gravedad y el rozamiento, la velocidad, el tiempo y la distancia recorrida o el giro de cuerpos en movimiento en fluidos», cuenta Rivas. También trata la construcción naval, su planimetría y geometría, la determinación del centro de gravedad de la nave, el movimiento del navío y la forma de gobernarlo o las reglas para su adecuada proporción.

Jorge Juan fallecía el 21 de junio de 1773, a los 60 años de edad, en su casa de Madrid a causa, según su médico, «de un accidente que le acometió de Alferecía, á que le sobrevino otro apoplético». Dejaba un legado marcado por la remodelación de la Academia de Guardias Marinas y la fundación del Real Observatorio, que «permanece fiel a su idea original: la labor científica». Los restos de Jorge Juan, el 'sabio español' están enterrados en el Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando.

La Armada celebra un ciclo de conferencias, una mesa redonda y la exposición en el Observatorio hasta fin de año para homenajear y acercar la figura de este marino, fallecido hace 250 años, cuyos importantes avances científicos han marcado la navegación actual.

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