Historia Naval

La historia detrás de la bandera del batallón de voluntarios de Infantería de Marina de Cienfuegos

Esta enseña, confeccionada en 1898 en Barcelona por el bordador de la Casa Real, se conserva en el Museo Naval de San Fernando

«La muerte es preferible a la deshonra», Enrique de las Morenas, el chiclanero héroe de Baler

La bandera del batallón de voluntarios de Infantería de Marina de Cienfuegos (Cuba) que se conserva en el Museo Naval de San Fernando. Armada
Verónica Sánchez

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Llegaron a ser más de 1.000. Eran voluntarios en la isla de Cuba, marineros y estibadores, y su bandera, que ahora se conserva en el Museo Naval de San Fernando, data de 1898, el año del desastre en el que ocurrió el fin del imperio ultramarino español, que marcó el fin de una época. Esta es la historia detrás de la bandera del batallón de voluntarios de Infantería de Marina de Cienfuegos.

En 1869, cuando comenzaron «las hostilidades del primer conflicto independentista cubano, el capitán general de Cuba, teniente general del Ejército Francisco de Lersundi i Hormaechea, ante la escasez de efectivos regulares, alentó a los leales a la corona española a alistarse en la milicia, la cual aportaría gran cantidad de efectivos a diferentes unidades de las diversas armas y cuerpos que se constituirán, tanto en la guerra de los Diez Años (1868-1878) como en la Guerra Necesaria de 1895, cuyos efectivos algunos autores cifran en torno a los 85.000 hombres», explican en el Museo Naval de San Fernando.

Gente de mar y estibadores

En la provincia cubana de Matanzas había dos compañías de voluntarios de Marina que se nutrían tanto de peninsulares residentes en Cuba como de criollos nacidos ya en la isla y de una mínima cantidad de oriundos de otros territorios de las Antillas Mayores. El batallón de Infantería de Marina de Voluntarios de Cienfuegos tuvo su origen en la ciudad cubana del mismo nombre y «la idea de su creación», explica el Museo, «la concibió quien posteriormente llegaría a ser su coronel jefe, Luis Armada Vázquez, que había fundado una primitiva compañía independiente de voluntarios de Infantería de Marina en dicha ciudad».

Este batallón estaba compuesto por gente de mar y estibadores del puerto de Cienfuegos. Su propuesta de constitución, elevada el 27 de agosto de 1895, fue aprobada por el capitán general de Cuba el 15 de noviembre de ese año. Y su cometido era vigilar con embarcaciones menores la zona costera inmediata a la ciudad.

Se fusionó con otras unidades, por lo que pasó a tener ocho compañías y a dividirse en personal de raza blanca (que conformaba el medio batallón derecho) y de raza negra (medio batallón izquierdo), al tiempo que alistaba nuevos voluntarios. En total, más de 1.000 efectivos, entre oficiales y tropa, según la última revista que se le pasó a este batallón, en agosto de 1898.

Guerra hispano-estadounidense

El batallón de Infantería de Marina de Voluntarios de Cienfuegos se encargaba de realizar servicios propios de guarnición en la plaza de dicha ciudad cubana, así como escoltas de convoyes de suministros a diferentes destacamentos y de traslado de enfermos (a Cumanayagua, Cruces, Central de Andreita, Ciénaga de Zapata, Mataguá, Caunao, o Arimao, entre otros lugares). También desarrolló labores de mejora de fortificaciones y de construcción de fuertes, como en Montalvo o el río Habanilla, reconocimientos y emboscadas en los que combatió con fuerzas insurrectas, como pasó en marzo de 1897 en Los Cedros, contra las tropas de Sixto Roque, a las que derrotó y dispersó. O el combate de Cienfuegos, el 11 de mayo de 1898, dentro de la guerra hispano estadounidense.

La bandera que se conserva en el Museo Naval de San Fernando fue solicitada para su uso a la reina regente María Cristina de Habsburgo el 26 de agosto de 1897 por el teniente coronel Armada. Un uso que fue autorizado el 22 de febrero de 1898. Elaborada en tafetán morado, fue confeccionada en Barcelona por Juan Medina, bordador de la Casa Real, y donada por el primer coronel del batallón, Alejandro Suero Balbín, quien junto a la esposa del teniente coronel Armada apadrinó el acto de bendición de la enseña, el 1 de mayo de 1898. Su coste fue de 1.700 pesos cubanos de oro.

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