El rincón de

Roca Rey a corazón abierto ante su cita portuense

El torero peruano torea esta tarde en la plaza de toros de El Puerto junto a Morante y Daniel Luque

Toreando en Tarifa y foto de pequeño de Andrés junto a su hermano Fernando Joserra Lozano.

Goretti Domecq

El Puerto

El torero revelación de la temporada, el peruano Andrés Roca Rey lleva un año imparable, caracterizado por la regularidad de sus triunfos. No importa si son en plazas de primera, segunda o tercera categoría porque en todas sale exitoso. Líder en número de trofeos con 85 orejas por 36 reses lidiadas, unos números que asustan y que están muy lejos del que va detrás. A pesar de ello unos cuantos presidentes han sido los que han querido quitar el protagonismo al matador robándole las orejas que el público pedía con ganas. Sobre eso dice sentir pena por la gente que es la que paga la entrada y, por tanto, considera que debe ser la que manda en el espectáculo. «Aunque son cosas realmente estadísticas porque lo más bonito del toreo son las emociones y lo que uno pueda sentir toreando».

Andrés es un prodigio en su profesión y goza de una madurez increíble con tan solo 25 años. Debutó como novillero en España en 2013 para solo dos años después tomar la alternativa en Nimes, Francia.

El peruano se vino a nuestro país siendo un niño, con un sueño y una pasión arrolladora que le permitió renunciar a todo, a sus comodidades, a su familia y a su tierra. Con tan solo 14 años tomo la decisión más importante de su vida. «No conocía lo que era España y venía a un mundo distinto. La verdad que vine con miedo, con muchas dudas e incluso a veces me volvía hacer la pregunta de si merecía la pena todo eso por ser torero, pero está claro que fue la mejor decisión que pude tomar en mi vida», asegura.

Roca Rey es consciente y está dispuesto a perderse los momentos importantes que le gustaría estar con su familia y su gente porque sabe que su profesión lo exige, pero asegura que por mucho que ame lo que hace, prefiere que se acabe el ser torero a dejar de tener una relación con su familia. «La familia siempre estará por delante de cualquier cosa y será lo primero», insiste. El peruano es una persona muy familiar y es habitual ver a sus parientes en las tardes importantes de su temporada. Entre ellos se encuentran sus dos hermanos mayores, sus primos o sus padres. Estos momentos los disfrutan todos muchísimos.

El joven torero explica lo que le supone combinar su vida personal con la profesional. «Hay gente que para llevar bien su vida personal tienen que olvidarse de la profesional. Para mí, mi trabajo no es algo profesional, sino que es una filosofía de vida, lo llevo metido dentro de mi persona. Lo que me pasa en mi vida personal depende mucho del trabajo y al mismo tiempo me sucede igual a la inversa. Si algo me preocupa o me afecta en lo personal puede que se acabe viendo en el ruedo», ha matizado.

Con la sensibilidad que caracteriza a Roca Rey es que nos ha transmitido que es la tauromaquia desde su punto de vista. «Para mí el mundo del toro que lo vivo desde dentro es el mundo más real que existe. Engloba lo que todos sabemos: La vida, la muerte, el triunfo, los fracasos, las cornadas, la gloria, esta todo. Yo creo que es el arte que más representa a la vida y en el que más pasión puede haber, porque si no hay pasión no creo uno pueda estar ahí».

Andrés está empezando a conocer la provincia de Cádiz de otra manera, más allá de las ganaderías de la Ruta del Toro a las que ha ido a tentar. «Antes me consideraba que era una persona que no salía mucho de su casa y era muy tímido. Sigo siéndolo, ahora un poco menos», dice entre risas. «Antes solía encerrarme en mi mundo, en mis cosas, casi no salía y ahora me estoy empezando a abrir un poco, me gusta salir y entrar. Rodearme de personas que me puedan aportar o de verdaderos amigos y justamente decidí pasar unos días en el Puerto y la verdad que me ha gustado mucho. Me encanta El Puerto, me tiene enamorado. Me quedo con sus restaurantes, el privilegio de poder salir a correr por la playa, el entrenar y meditar frente al mar. Reflexionar sobre muchas cosas para los toreros es una parte importante también para poder pensar que es lo que luego quieres expresar en la plaza. Me ha gustado muchos la gente de aquí», añade. De sus días en la provincia de Cádiz cuenta el torero que paseando por la playa le gustaba imaginar las faenas que podría hacer en la localidad portuense y lo que significaría una tarde bonita en el Puerto. «Creo que la puedo disfrutar y sentir. Las sensaciones que tengo y de verdad te lo digo es que ya me considero de esta zona por haber estado 10 días», ha asegurado. Y como no Andrés si es que nuestra provincia atrapa y recibe de manera especial a todos sus visitantes.

Esta época veraniega ha cambiado relativamente poco para nuestro protagonista y es que si de niño cuando tenía vacaciones del colegio aprovechaba todo el tiempo para entrenar y jugar al toro, ahora entrena para jugarse la vida con el toro ante miles de personas. Cuenta que en vez de jugar al fútbol como hacían sus amigos, a él lo que más me gustaba era torear de salón, seguramente con su hermano Fernando que también es torero. Casualmente el próximo 28 de agosto torearán juntos por primera vez en España y lo harán en el coso zaragozano de Ejea de los Caballeros.

Esta tarde el peruano torea en la Plaza Real y lo hace junto a Morante de la Puebla y Daniel Luque con toros de Núñez del Cuvillo. Andrés piensa en darlo todo como hace en cada corrida. «Espero tener una tarde con mucha entrega y con mucha pasión que creo que la afición se lo merece e intentaré hacer el toreo que estoy sintiendo últimamente y poder enseñárselo a la afición de El Puerto. Un torero no puede ir a una plaza de toros esperando algo del público. Ellos se sientan a ver un espectáculo y el que tiene que esperar algo verdaderamente es el público del torero», así piensa el joven matador.

El buen momento por el que pasa Andrés se debe al esfuerzo, al sacrificio, y la mentalidad de querer ser siempre mejor que ayer. «Si no haces eso es imposible tener regularidad en el toreo. Pero lo más importante, es estar feliz en tu vida. Si uno está contento lo transmite. El traje de luces es como una especie traje transparente con el que se te ve el estado de ánimo y el momento en el que te encuentras. Quizás eso también sea una cosa bonita del toreo, la sensibilidad que uno pueda demostrar».

Respecto a que porcentaje de técnica y de arte debe tener un torero, Roca Rey que dedica mucho tiempo a su preparación, lo tiene claro, «Cuanto más sabes, mejor. Más dominio puedes tener para crear arte. Porque si solo tienes arte es probable que puedas tenerlo en los dos primeros muletazos, pero en el tercero te engancha y se va todo al traste. Si tienes ese poderío para poderle al toro, luego vas creando esa obra y si encima al final tienes al toro dominado y puedes crear eso que tanto sueñas pues es mejor. Para eso es necesario saber», opina Andrés que a pesar de su juventud tiene muy claro el camino que debe seguir. Cree que va en el camino correcto, que está consiguiendo las metas que se propone pero que cuando lo hace siempre quiere algo más. «Hay veces que el ser ambicioso es un arma de doble filo, pero me considero así y en este momento soy feliz al mismo tiempo que disfruto».

Dentro de la timidez que caracteriza al torero le hemos preguntado por el revuelo femenino que causa en las plazas cada vez que torea y con humor ha respondido que debe ser por el moreno que le está dando El Puerto, aunque asegura que es bonito recibir ese cariño que esta sintiendo, sobre todo de la gente joven que va a los toros con los que se siente muy identificado. Seguramente esta tarde podamos disfrutar de Roca Rey con una de esas estampas tan mágicas que cada verano deja el coso portuense cuando un torero triunfa y el ruedo se llena de niños para acompañar al maestro en su idilio.

Andrés, una persona, profunda, reflexiva, con una madurez increíble para su edad, y con unas ideas muy claras de lo que quiere en la vida. «Soy alguien que disfruta mucho de su profesión y la verdad que siento pasión por ella». Es admirador de toreros de antaño como Joselito el Gallo, Juan Belmonte, Dominguín y Manolete, en la actualidad se queda con José Tomás. Le gusta salir a cenar con amigos, y asegura que su hobby preferido es comer bien. Destaca por su sensibilidad, su forma de vivir la vida y es que siendo una estrella transmite una gran humildad y cercanía con quienes se le acercan. En el ruedo pierde la timidez y torea con el alma. No importa si está tentando a una vaquilla o si se encuentra en el ruedo de Las Ventas que las ganas son siempre las mismas. Un luchador al que nadie le ha regalado nada, que se ha hecho así mismo a base de mucho esfuerzo y muchas renuncias. No tiene límite y ya está llamado a ser parte de este maravilloso mundo que es la tauromaquia. Suerte hoy para Roca Rey, y para lo que sigue.

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