Viviendas Unipersonales

«Si no fuera por el perro muchas veces ni salía»

Daniel Arquero es uno de los 17.876 vecinos de la provincia de Cádiz mayores de 80 años y que vive solo

Tiene un perro, llamado Capricho, que le hace compañía, y no hay día en el que no vea a alguno de sus tres hijos

Jesús Mejías

Cádiz

Daniel Arquero es uno de los 17.876 vecinos de la provincia de Cádiz mayores de 80 años que vive solo. Vivir solo no es sinónimo de estar solo. Este vallisoletano, afincado en tierras gaditanas desde 1986 tiene tres hijos, a los que ve todos prácticamente todos los días. Enviudó hace un año y medio, y su nieta Mónica le regaló un perro al que le pusieron de nombre Capricho, quien le hace compañía.

Se levanta «muy temprano» y «voy al bar de mi hija Eva» dónde pide «un descafeinado y una entera de jamón york para mí y media para el perro». Al mediodía «mis hijas me traen la comida y muchas veces comen conmigo y otros días como solo».

No es un hombre que vea mucho la televisión, aunque «me gusta mucho el boxeo», pero «hasta las una o dos de la madrugada no ponen nada». No es un apasionado del fútbol, pero sí «me gusta ver los partidos de la selección española».

Está «muy limitado por el pulmón», ya que «he trabajado toda la vida con el amianto y me canso con nada». Antes «iba al campo todos los días con mi hijo Manolo», y allí «tenía cabras, cerdos, caballos, ovejas, gallinas...», aunque «desde que no renové el carné de conducir apenas voy».

Nacido en Valladolid hace 82 años, Daniel ha vivido en Bilbao, San Sebastián, Cartagena... y a través de una empresa bilbaína llego a Cádiz en 1986, lugar en el que conoció a su esposa Francisca, a quien «solo vi tres o cuatro veces antes de casarme porque estaba todo el día trabajando fuera». Vivió en Loreto, y posteriormente se mudaría a Puerto Real, localidad en la que reside.

Hace un año y medio perdió a su esposa, pero no está solo. «Lo peor son las noches, a veces sí me siento solo». Capricho es su fiel amigo, aunque tiene muchos en el barrio, muchos incluso le sacan al perro cuando él no puede. Sobre su mascota dice que «me da mucha vida, si no fuera por el perro muchas veces ni salía».

Tras dar un paseo por la tarde y tomar algo en el bar «llego a casa a las nueve y ceno algo». Señala que «hay veces que lo paso muy mal por el amianto, me ahogo al agacharme».

Sus tres hijos y cuatro nietos se desviven por él, y Capricho es su fiel compañía. Un hombre sencillo, sin grandes necesidades, una vida sencilla. Vive solo, pero no está solo.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación