Las últimas lluvias solo dan para un aprobado justo a la campaña agrícola gaditana

Un alivio pero no la solución definitiva. La lluvia que ha caído durante las últimas semanas en la provincia de la mano de Nelson, la borrasca que aguó la Semana Santa gaditana, ha servido para reducir el estrés agrícola que padecía el campo debido la sequía. Sin embargo, esta tromba de agua, que ha engordado pantanos y ha mejorado el horizonte más inmediato no es, en absoluto, suficiente. Los agricultores de Cádiz reclaman a las administraciones que abra la mano en materia hídrica para garantizar la producción de primavera-verano. De momento, la lluvia de marzo ha salvado los cultivos de remolacha, patata, brócoli y coliflor, pero ahora quedan los de tomate, pimiento, fruta, hortaliza y flor cortada.

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Pepe Ortega

Con los 70 litros por metro cuadrado que cayeron en Chiclana, el humedal ha recuperado un nivel significante de agua.

El vicepresidente de Comunidad de Regantes de Guadalcacín, José Miguel López, ha pedido a la Junta de Andalucía que «reconsidere» los porcentajes de restricciones de agua actuales en la provincia de Cádiz y traten de encontrar «un equilibrio» entre la agricultura, el abastecimiento doméstico, la industria y el turismo tras las lluvias registradas durante esta pasada Semana Santa.

En su opinión, estas precipitaciones han servido para «paliar en parte la problemática existente» con respecto a la culminación de los cultivos de la campaña de otoño-invierno y que se ha pasado «de escasez grave a escasez severa».

En ese sentido López ha trasladado «la preocupación» de los regantes de esta zona de la provincia gaditana por el planteamiento que vaya a trasladar el comité de gestión de la sequía sobre el porcentaje de la dotación que van a tener para planificar la siguiente campaña, la de primavera y verano, un porcentaje que actualmente se encuentra al 25 por ciento.

Así, ha señalado que los indicadores utilizados por el organismo de la Cuenca del Guadalete-Barbate, «marcan claramente» que se ha salido de la escasez grave y se ha pasado a «escasez severa», una situación que para los regantes gaditanos ha servido para pedir a la administración andaluza que modifique las restricciones de agua interpuestas debido a la sequía. Tras las últimas precipitaciones, los embalses de la provincia de Cádiz se encuentran de media al 28,9% de su capacidad, algo más de 100 hectómetros cúbicos (hm3) de agua que hace una semana, al contar ya con 524,27 hm3. El embalse de Guadalcacín, el más grande de la provincia, se mantiene por debajo del 20%, ganando 17 hm3, aunque se espera que gane más agua una vez que el pantano de los Hurones haya desembalsado agua al estar al 92% de capacidad, ya que ésta suele acabar en el de Guadalcacín.

La provincia cuenta con unas 60.000 hectáreas de cultivo de las que 7.701 son de frutas y hortalizas, mientras que existen 586 de invernaderos. Precisamente estos cultivos que se encuentran debajo de los plásticos no han recibido ni una gota de agua del cielo. Se alimentan del riego interno de las comunidades de regantes. Es decir, no tienen una aportación extra como ha sido el caso del trigo, patatas y garbanzos.

En este punto es donde hace hincapie Luis Manuel Rivera, de COAG Chipiona y uno de los portavoces del sector de la flor cortada de la zona. En su opinión, el agua ha sido un importante alivio, «pero puntual». Rivera recuerda que los agricultores de su zona han pasado en menos de un año de contar con 2.500 metros cúbicos de agua de riego por hectárea a sumar solo 800. Por ello, piden a la Junta una revisión al alza del decreto de Sequía que les permita el riego de los invernaderos y sacar adelante la producción de calabacines, pimientos, melones y sandías.

En cualquier caso, el colectivo de agricultores de la Costa Noroeste ha reclamado la construcción urgente de una infraestructura hídrica en la depuradora de Chipiona que permita reultizar parte del agua para uso agrícola.

Por otra parte, el presidente de la Comunidad Regantes de La Algaida, Antonio Lara, espera que este mes de abril venga cargado con las mismas lluvias que se han registrado en marzo para evitar futuras restricciones durante la época estival. «La siembra actual no creo que tenga problemas. Sin embargo, se mantiene la preocupación por la siembra del verano como el boniato», explica Lara.

Estas lluvias han mejorado notablemente la situación de los pantanos de la provincia de Cádiz como es el caso de Los Hurones o el de Guadalcacín. «Estamos muy pendientes a lo que se pueda aprovechar durante estos días de esas lluvias. Aquí se tira al río casi el 90% del agua que cae por lo que dependemos de estos embalses», lamenta el presidente de los regantes.

Lo que está claro es que uno de los milagros más esperados por todos ha sido la lluvia durante esta Semana Santa. Un alivio para un sector que espera que las lluvias sean protagonistas durante este mes de abril.

José Miguel López, agricultor en la pedanía jerezana de Torrecera, ha destacado que las últimas lluvias han dado el empujón definitivo a los cultivos de otoño-invierno en la provincia, pero queda ahora por despejar la incógnita de lo que pasará con los de primavera-verano. De momento, los embalses se van recuperando y la agricultura está ahorrando agua y también se están reponiendo los acuíferos. En su opinión nos encontramos en un escenario mejor que el pasado año.

De esta misma opinión es el responsable de la Cooperativa Las Virtudes, en Conil, Bartolomé Ramírez, que considera que el agua ha sido clave para la producción de invierno y para darle un respiro a los acuíferos, «pero hay que mirar ahora a las plantaciones de verano».

El 6% de la mano de obra agrícola de Andalucía se encuentra en la provincia de Cádiz, con un contingente de 26.027 trabajadores. Sanlúcar, Chipiona, Conil y la comarca de Jerez constituyen el epicentro de la producción gaditana de frutas y hortalizas.

La llegada de Nelson ha sido clave. La decena de embalses de la provincia de Cádiz han mejorado sus niveles hídricos. Según los últimos datos, el de Los Hurones, en el término municipal de San José del Valle, es uno de los embalses que más se ha beneficiado de las precipitaciones. Se encuentra al 94% y ha tenido que desembalsar agua. Es una estructura de capacidad modesta pues tiene 135 hectómetros cúbicos pero hay que recordar que cuando comenzó el año apenas estaba al 34,11% de ocupación, con 46,15 hm3.

Otro de los embalses que arrojan muy buenos datos son el de Arcos que alcanza el 89% de su capacidad que son 14,6 hectómetros cúbicos y el embalse de Almodóvar que roza el 80%.

Por otra parte, el embalse de Guadarranque está a la mitad de su capacidad que es de 83,15 hm3 y el de Charco Redondo con un tamaño similar está al 37%. Celemín está actualmente al 32%. Los de mayor tamaño son Guadalcacín (al 19%); Zahara-El Gastor (16,35%); Bornos (sin datos) y Barbate (21,89%).

Según la red SAIH Hidrosur, la provincia ha incrementado el agua de sus pantanos en casi 33 hectómetros cúbicos en una semana. De hecho, si se mira cada uno por separado, se puede destacar como ha aumentado el pantano de los Hurones que, junto con el de Guadalcacín, son los que más abastecen. Exactamente a una veintena de localidades de la provincia. Los Hurones ha acumulado en una semana 17 hectómetros cúbicos. Hecho esperanzador que sitúa a este embalse en mejor situación de la que estaba hace justo un año.