Rocío 2023

La lluvia se convierte en protagonista en la salida de las hermandades de Cádiz

Los romeros miraban contrariados al cielo, aunque el mal tiempo no les robó la ilusión y la felicidad con la que emprenden la peregrinación a la aldea del Rocío

Embarque pasado por agua para las hermandades gaditanas francis jiménez

Jesús Mejías

Los romeros miraban al cielo con intranquilidad y dudas. La mañana en Sanlúcar no era fría, aunque el cielo se encontraba totalmente nublado y hubo que usar el paraguas en una jornada de martes en la que llovió, pero a una intensidad más baja que la del lunes a primera hora, aunque en los primeros momentos de la tardé si apretó más. Las previsiones auguraban un 80% de lluvia en el municipio.

La entrada en Sanlúcar era más complicada que cualquier otro día. Las retenciones en las zonas cercanas a la costa eran una constante, diversos controles de tráfico cortaban el paso de los vehículos no autorizados y transitar por el centro de la localidad llegó a ser, por algunos momentos, una odisea.

El primer día de embarque para las hermandades rocieras de la provincia de Cádiz en Bajo de Guía en Sanlúcar de Barrameda estuvo marcada por la lluvia, tan deseada días atrás incluso por las propias hermandades, pero que se convertía en protagonista en el momento menos deseado.

La lluvia provocó que en Cádiz capital la hermandad del Rocío decidiera suspender el recorrido por las calles de la ciudad, misma situación que el lunes en San Fernando, ya que su hermandad rociera tuvo que tomar la misma decisión. Aún así, los romeros se dirigían a Sanlúcar con ganas de vivir un camino muy intenso.

La Línea de la Concepción fue la primera hermandad en hacer el embarque en Bajo de Guía, a las ocho de la mañana, seguida por Chiclana y San Fernando, ambas con un retraso de unos 40 minutos aproximadamente.

El Simpecado de San Fernando y Chiclana llegaba totalmente tapados por una protección de plástico para evitar que se mojara en caso de una lluvia que en las primeras horas amenazaba en exceso, pero no se dejaba notar.

Muchos curiosos se acercaban a la zona de embarque para ver la llegada de las diferentes hermandades rocieras de la provincia de Cádiz, aunque se espera que el ambiente en Sanlúcar sea aún mayor en la jornada del miércoles debido a que será el turno para su hermandad, que tiene previsto el embarque en torno a las 10.30 horas de la mañana. Juan, camarero en La Bodeguera señalaba que «nosotros estaremos mañana aquí desde las seis de la mañana».

«Hoy notamos que hay más gente, los policías, la Guardia Civil y eso…». «Si no lloviera estaba esto lleno», decía.

La lluvia no gustaba a los romeros, cuyo pensamiento lo resumía Ana, de la hermandad de Chiclana: «Ya podría haber llovido la semana pasada y no ahora», aún así, la lluvia no provocó que hubiera fango ni en la playa ni en el parque, un hecho «positivo» que señalaban desde la Guardia Civil.

«Venimos con muchas ganas», comentaba Ana. «Yo el año pasado no pude estar y la verdad es que se pasa mal sin venir».

Celia, de la hermandad de San Fernando, tenía su primera peregrinación a la aldea de El Rocío. «Estoy muy emocionada». «Es algo que te cuentan, pero creo que hasta que no lo viva no lo voy a saber lo que es».

«Lo que más me ilusiona es llegar a la aldea, la convivencia, es la culminación de un sueño», señalaba. «Yo he estado en El Rocío muchas veces con mis padres y mi pareja, pero no como voy a ir ahora».

A medida que fueron transcurriendo las horas, la lluvia fue apretando. El embarque más crítico fue el de la hermandad de Chipiona, pasadas las 13.30 horas, momento en el que la lluvia apretó más.

Cádiz y Arcos embarcaron a la vez, siendo la segunda ocasión en los últimos trece años en el que dos hermandades embarcan al mismo tiempo, el motivo no era otro que la lluvia y el retraso que se venía sufriendo en la jornada.

«La lluvia nos jode un poquito»

La hermandad del Rocío de Cádiz fue una a las que la lluvia le trastocó los planes la lluvia. Su Hermana Mayor, María del Mar Chouza hablaba para LA VOZ a escasos minutos de realizar el embarque.

«Hay que agradecer que llueva, el agua nos hace falta», comentaba, aunque reconocía que «nos jode un poquito», pero «está bien que llueva».

A pesar de no haber podido procesionar por las calles de la capital de gaditana, los ánimos de los romeros gaditanos «están muy bien». «Ha sido otra forma de salir y emprender nuestro camino», y dejaba claro que «el agua no es problema, aquí estamos todos los rocieros locos perdidos».

Las autoridades coincidían en la importancia de las precipitaciones en el Doñana ante la sequedad que presentaba el parque. «A nadie le gusta que le llueva, pero es bueno», comentaba Chouza, y con una sonrisa de oreja a oreja decía que «le pedimos a todos los Santos que llueva y a la Virgen del Rocío se le ha concedido».

Para la semana «tenemos previsiones de agua», pero «nosotros vamos a lo que vamos, a ver a nuestra Señora», y «esto es lo que nos toca».

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