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José Ruiz de Alda: «Saber invertir es una obligación si no se quieren perder los ahorros»
El experto financiero aclara que el sistema político y monetario actual hace que todas las monedas pierdan valor con el paso del tiempo
José Ruiz de Alda es un vasco nacido en San Sebastián acostumbrado a veranear entre su casa familiar de Fuenterrabía (San Sebastián) y una zona rural en el norte de Navarra, a la que iban de turismo rural. Desde que hace unos años eso ha cambiado, y ahora no falta un verano en la provincia de Cádiz. Su camino hacia este rincón de España se traza cuando conoce en Madrid a su mujer Carlota Estévez, una jerezana de los pies a la cabeza. Desde entonces podría decirse que es hasta un poquito andaluz porque disfruta de cada una de nuestras costumbres como el que más.
Socio de CIMA Capital, hombre de valores, trabajador, familiar y con el foco puesto en ser buena persona, así podrían definir a José quienes lo conocen. Padre de dos hijas, Casilda y Julia, este vasco reconoce que el Puerto de Santa María es lugar magnífico para pasar el verano en familia, puesto que tiene todo lo que necesitan: ambiente familiar, buena gastronomía, multitud de actividades, lugares divertidos donde tomar una copa de vez en cuando y sobre todo gente a la que quieren. «La verdad es que la provincia tiene muchas opciones y mucha diversidad, personalmente me gusta mucho visitar Vejer de la Frontera, Grazalema y este tipo de pueblos con encanto», ha matizado.
A nivel profesional Ruiz de Alda cuenta con un currículum brillante donde destaca por ser trabajador, honrado e independiente. Dedicado al mundo de la inversión privada reconoce que desde muy joven le atrajo ese mundo junto a la bolsa y la economía. «Mi padre se ha dedicado siempre al análisis de inversiones, y desde muy joven me ha atraído esto. Todo lo demás has sido un camino muy natural, buscando siempre terminar dedicándome a esta profesión. Estudié dirección de empresas en Deusto y más adelante hice un máster en Bolsa y Mercados financieros en IEB. Mi carrera profesional empezó en auditoria y fusiones y adquisiciones hasta que me surgió la oportunidad de asociarme en un proyecto de inversión privado», explica.
José, continúa narrando porqué tiene esa gran pasión por el mundo de los negocios y las inversiones. «Por un lado, me parece una profesión muy estimulante, puesto que me permite leer y aprender sobre aquello que me interesa. Es un mundo en constante cambio y sometido a una incertidumbre inerradicable y eso hace que sea especialmente atractivo para aquellos que tienen un temperamento muy particular. Por otro lado, se trata de una de las profesiones más exigentes y meritocráticas que existen, puesto que los resultados de un fondo de inversión son públicos y es muy fácil comparar resultados».
Es tanto lo que disfruta José de su profesión que sin ser realmente consciente tenía que compartir esos conocimientos a través de algo tan vocacional como la docencia. «Surgió como casi todo, por accidente. Me invitaron a dar alguna charla sobre mercados financieros e inversiones y a partir de ahí me propusieron dar algunas clases en escuelas de negocios e inversiones relacionadas con mercados financieros. Actualmente doy clase en IEB, OMMA Business School, la Universidad Francisco Marroquín y próximamente en la Universidad de las Hespérides. Mi actividad docente está centrada en defender los principios de la libertad y en la importancia del ahorro y la inversión».
Hoy en día son muchos los que quieren introducirse al mundo de las inversiones, aunque siempre se genera cierto miedo por el desconocimiento y el hecho de no poder estar controlando lo que sucede. Ruiz de Alda asegura que la mejor recomendación para quien quiera invertir es empezar a invertir. «La inversión en la base del desarrollo humano y aunque puede haber momentos más sencillos y momentos complicados, a largo plazo siempre es una buena oportunidad. Cuanto antes se empiece a invertir, mejor, puesto que el interés compuesto juega un papel muy importante. Mis hijas, la de 3 años y la de 10 meses ya tienen sus cuentas de ahorro e inversión», apunta el experto en economía. Además, ha añadido que los ciudadanos tienen que saber que invertir no como una opción, sino como una obligación si no quieren perder sus ahorros. «El sistema político y monetario actual hace que todas las monedas pierdan valor con el paso del tiempo. No hay ninguna moneda que no haya perdido el 90% del valor en los últimos 100 años. Por lo tanto, meter el dinero debajo del colchón no es una opción. La mejor opción es invertir en activos reales (inmuebles, acciones, etc.), que generan un valor a la sociedad, y que te permiten no sólo mantener el poder adquisitivo, sino mejorarlo con el paso del tiempo. Los datos están ahí, en los últimos 150 años el activo que mejor rentabilidad ha dado ha sido las acciones, por encima de los bonos, el oro o mantener el dinero en efectivo».
Recientemente hemos tenido elecciones generales y Yolanda Díaz prometía en su programa dar 20.000 euros a todos los niños que cumpliesen 18 años. Desde el punto de vista financiero le hemos preguntado a José por si esta idea era una posibilidad real. «Este tipo de propuestas hay que estudiarlas desde dos prismas. El primero es que efecto va a tener y el segundo cómo se financia. Desde el punto de vista de su efecto, no creo que sea muy positivo, más bien contraproducente. Los jóvenes de 18 años necesitan oportunidades para formarse y un sistema de incentivos orientado al esfuerzo. Como dice el economista Miguel Anxo Bastos «Capitalismo, Ahorro y trabajo duro». Se infantiliza a los jóvenes hablándoles sólo de los derechos que tienen, y no explicándoles la otra cara de la moneda, las obligaciones que acarrean. Desde el punto de vista financiero, con el déficit presupuestario actual, o bien suprimes otros gastos o bien subes impuestos para financiarlo. Con un gobierno de corte socialista ya sabemos por cual van a apostar, la subida de impuestos, y no creo que sea muy positivo para la economía», nos ha aclarado.
Siguiendo con la situación política ante la que nos enfrentamos y la de un posible bloqueo, José explica que cualquier fuente de incertidumbre es negativa para la economía. «Los empresarios, que son los verdaderos creadores de riqueza, paralizan inversiones si no tienen una mínima certidumbre sobre el marco político, legal y fiscal en el que van a desenvolverse en los próximos años». A pesar de ello, el experto dice que él siempre se muestra positivo en cuanto a la evolución económica a largo plazo, siempre que se respete el libre mercado y se potencie la meritocracia, aunque a corto plazo ve algunas nubes en la economía española, entre las que destaca el elevado déficit y endeudamiento público.
Ruiz de Alda suele participar en charlas de YouTube con reconocidos economistas. Ante esto explica que las redes son un avance brutal en términos de información. «El avance tecnológico ha «democratizado» la comunicación, permitiendo que cualquier persona con un pc pueda tener su canal de televisión y compartir contenido. El libre mercado, en este caso de contenido, siempre trae una mejora, puesto que hay mucho más contenido y muchas más alternativas que nunca para formarte o informarte en cualquier materia. El volumen de conocimiento accesible a todo el mundo ha crecido de forma exponencial con el desarrollo de internet. Los jóvenes no necesitan 400 euros para cultura, sólo curiosidad y una conexión a internet. Con ello tienen acceso a un océano inabarcable de cultura y conocimiento, acumulados durante siglos, a un clic de distancia», ha señalado.
José, que en su niñez guarda grandes recuerdos de sus veranos en el barco que tenía su padre en Fuenterrabía (San Sebastián), junto con sus 5 hermanos, buceando, pescando y jugando en una pequeña cala, la cala de los frailes, situada detrás del monte Jaizkibel, no conocía mucho de la provincia. Ahora afirma que desde el primer minuto que llegó se he sentido como en casa. Se define como un enamorado esta tierra y sobre todo de sus vinos. Su mejor plan cuando el trabajo le permite pasar unos días en Jerez o en El Puerto es estar en familia, con amigos, un baño en el mar y lo que no puede faltar es una copa de Tío Diego.
