Cultura

José María Esteban González dimite como presidente de la Real Academia Provincial de Bellas Artes de Cádiz

El arquitecto fue elegido hace dos años para el cargo que ahora abandona por «razones personales»

José María Esteban delante de la puerta del Museo de Cádiz, donde la Academia tenía su sede. ANtonio Vázquez
Verónica Sánchez

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«Me voy agradeciendo su labor a todos los que me han ayudado durante estos dos años de intenso trabajo», declara José María Esteban. El pasado 2 de febrero dimitió como presidente de la Real Academia Provincial de Bellas Artes, cargo para el que fue elegido hace dos años para un mandato que, en principio, hubiese durado cuatro. Pero no ha podido ser. Esteban asegura que se va «por razones personales», pero que su dimisión tiene «una justificación que es necesario explicar, siendo el momento de dar un paso atrás, y buscar nuevas oportunidades para mejorar la crítica situación de la Academia».

En concreto, son varias las causas personales que han llevado a José María Esteban a tomar esa decisión. En primer lugar, la «total falta de interés y ayuda de las instituciones públicas, en concreto, de la Junta de Andalucía (tanto con el anterior gobierno del PSOE como con el actual del PP), por dar a la Academia una alternativa de sede provisional, para sus reuniones y actividades». En 2018 la Academia tuvo que abandonar su sede, donde se encontraba desde 1836, situada antes que el Museo de Cádiz y ahora en el mismo edificio. Debido al mal estado de los techos de la Escuela de Artes y Oficios, ligada a la Academia en sus orígenes, «y la falta de mantenimiento de la propia Junta de Andalucía». Nos desahuciaron de nuestro sitio, sin sede alternativa». Por eso, cuenta Esteban a este periódico, siendo su principal objetivo al llegar a la presidencia y el de su Junta de Gobierno: «que se aclararan y agilizaran las obras del Museo y con ellas la rehabilitación de las estancias históricas de la Academia para su regreso y normal actividad. Al principio todo estaba bien, había coordinación con el Museo, pero según fue pasando el tiempo, nos pusieron problemas para conseguir tener una obligada, por estar en la misma casa, cesión de espacios». «He hecho peticiones para obtener una solución en la Casa de Pinillos, al Ministerio de Cultura que nos contestó que por su parte era posible, pero que dependía de la Junta. También a la Junta de Andalucía, a la Diputación de Cádiz, al Ayuntamiento, al Presidente del Gobierno y al Defensor del Pueblo, todos nos han contestado, pero no han dado ninguna alternativa clara y eficaz, convirtiéndose en un bucle sus respuestas».

«La Casa Pinillos podría ser una estupenda sede alternativa», dice Esteban, que se muestra rotundo al afirmar que «el Gobierno Autonómico Andaluz, a pesar de las numerosas reuniones, es el responsable de que la Academia esté en las actuales condiciones, nada presentables y con grave riesgo para su Patrimonio Histórico», ya que, cuenta: «es su competencia coordinarse con el Ayuntamiento y el Ministerio de Cultura para la rehabilitación del espacio del que les desalojaron y, mientras, ofrecerles otro donde se puedan reunir y realizar sus actividades».

«Desinterés y desidia»

El segundo motivo que le ha llevado a esta decisión es que «posiblemente como presidente al elegir a mi Junta de Gobierno, no he conseguido aunar los esfuerzos con ella, ni he obtenido el apoyo necesario a la hora de cumplir los objetivos que ya estaban establecidos, programados y aprobados a principio de cada año. Actividades previstas en el programa electoral, aprobadas por Junta General, con el presupuesto anual de la Junta a través del Instituto de Reales Academias de Andalucía», asegura José María Esteban. Una Junta de Gobierno que dimitió poco antes que de que él lo hiciera, por ello, sin ese «necesario apoyo era conveniente dimitir». «Esta es una Academia democrática y liberal, donde caben todas las opiniones, pero se deben respetar las decisiones tomadas y aprobadas en cada Junta», dice.

Por otro lado, sugiere el arquitecto, ha notado «un cierto desinterés de la Academia, quizás propiciado por la pandemia en el primer año, y por una cierta desidia, al no tener sede y propiciarse más naturalmente las actividades, por otro lado, esto suele ocurrir en casi todas estas Instituciones». «El único académico que se ha mostrado eficaz fue el secretario de la Junta, Marcelino Díaz», cuenta. «Desde mi punto de vista, las Academias están para devolver a la sociedad el prestigio y conocimiento que nos han sido dados a los académicos, facultando su estudio, investigación y divulgación, y no deben estar para los intereses de cada uno de ellos», subraya Esteban.

Agradecimiento y satisfacción

La Academia ha convocado elecciones para elegir nuevo presidente y Junta de Gobierno el día 24 de febrero, cuyas candidaturas se podían presentar hasta este 20 de febrero. «Como presidente en funciones, espero que haya una candidatura que sea elegida y se ocupe de los intereses generales de la Academia, buscando mejores oportunidades para resolver las necesidades y problemáticas que esta Academia en particular tiene. Es la única en Andalucía sin sede», dice José María Esteban. «Divulgar las Bellas Artes, defender la herencia histórica recibida en sus cuadros, esculturas, retablos, biblioteca, grabados, procurando que el Patrimonio propio y ajeno no se pierda. Eso es lo que debemos hacer en la Academia», declara el arquitecto, que seguirá siendo uno de los 21 académicos de número de la misma.

Esteban se va satisfecho de lo que se ha hecho durante estos dos años. «Un nuevo Reglamento más democrático e inclusivo, la nueva web, talleres de dibujo y fotografía, anales, publicaciones, conciertos, manifiestos, digitalización de fondos, nuevos ingresos, relación con instituciones públicas y privadas... Hemos trabajado mucho y tenía ganas de seguir, pero no ha podido ser». Se muestra preocupado por esta institución cultural, la más antigua y «de mayor solera» de Cádiz, cuyo nacimiento se remonta al año 1789 y que «ahora está en una época muy problemática». Una crisis derivada, según el presidente en funciones, por la falta de sede, la desatención de las instituciones y la difícil recuperación del ánimo de los académicos tras la pandemia.

Entona finalmente el 'mea culpa' en esta crisis, «yo no he podido enamorar a las instituciones para que dieran facilidades y nos hicieran caso; ni a la Academia para contar con mayor apoyo». Y finaliza, «espero que con la nueva Junta de Gobierno la Academia tenga un mejor funcionamiento, en el que ya como académico de número, me empeñaré. Quiero reiterar mi agradecimiento a todos los que me han ayudado durante estos dos años, me voy con la satisfacción de lo bien hecho, aunque no completamente finalizado».

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