Semana Santa Jerez 2025

Madrugá Santa de silencio, entrega a Jesús Nazareno y amor a la Esperanza

Las seis cofradías, tres de silencio y tres con música, dibujan una noche Santa y una mañana de Viernes Santo esplendorosas

Horarios e itinerarios de la Semana Santa de Jerez 2025

Calidad antes que cantidad en el Viernes Santo Jerez

Miguel Guerrero

Jerez

La Noche de Jesús –así se conoce popularmente en Jerez la Madrugada Santa del Viernes Santo- y la mañana de la Esperanza fueron de nuevo, al igual que el Jueves Santo, una jornada tranquila en lo meteorológico. Las seis cofradías completaron su estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral en una madrugada esplendorosa.

San Miguel enmudecía cuando el Santo Crucifijo de la Salud se echó a las tinieblas de la Madrugada Santa del Viernes Santo. Se vislumbraba el rostro que soñase José de Arce entre los flashes de los móviles. Una cofradía de negro sensacional. Tras la estela del paso de Cristo, el palio que es un joyero para María Santísima de la Encarnación. Las cofradías de silencio también tienen su música.

Jesús Nazareno recuperaba su histórico segundo lugar en el orden de paso. Como dijo el pregonero David Puerto, esta cofradía derrocha jerezanía y siglo de historia. Cuando Jesús Nazarenos y la Virgen del Traspaso se echan a las calles, parece detenerse el tiempo en Jerez. La ciudad se retrotrae a sus orígenes, a su idiosincrasia, al siglo XX. Es la única cofradía que mantiene al completo la estampa añeja del Jerez cofrade.

La elegante cofradía de las Cinco Llagas fue otra de las cofradías de silencio de la noche. El Señor de la Vía Crucis cargaba con su cruz que redime a todo aquel que en Él confía. Los cirios al cuadril iluminaban el transitar de la Virgen de la Esperanza franciscana, con su impresionante paso de palio.

La tercera de las cofradías de silencio fue la cuarta en orden de paso por Carrera Oficial. No obstante, a la música particular de estas hermandades de cola, hay que destacar uno de los momentos cumbre de la Semana Mayor jerezana: la recogida entre un río de saetas del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y María Santísima del Dulce Nombre. Tan solo el cantar de los gorriones y los «olés» o «vamos allá» acompañaban a este rezo cantado.

Desde la Plazuela, la Hermandad de la Yedra se dispuso a repartir Esperanza. Ya antes de salir la cofradía se vivió un instante vibrante, como fue la llegada de la A.M. La Sentencia que, tras muchos años, volvía a tocar al barrio y cofradía que le vio crecer. El Señor de la Sentencia y Humildad se paseó majestuosamente por las calles de Jerez en el barco que tallase Antonio Martín. Buen gusto, emoción, jolgorio… el misterio hacía disfrutar a todos los cofrades. Tras el Señor, la Virgen de la Esperanza, quien es roba corazones. Con su mirada cautivadora, fue lanzando flechas de amor, como cupido. La dolorosa recorría cada adoquín con una clase, elegancia y fuerza inigualables. Para paladares exquisitos. Y en el barrio, el éxtasis. Es una cofradía preciosa y la recogida de la Yedra debiera ser patrimonio inmaterial de la UNESCO.

Cerró la jornada en Carrera Oficial otra cofradía de barrio y con música. Se trata de la Hermandad de la Misión, que desde Picadueñas alcanzó junto a su pelotón de nazarenos la Santa Iglesia Catedral. Allí, saludó a la Esperanza, siendo sin duda uno de los grandes momentos de la mañana del Viernes Santo. Una cofradía que sigue creciendo en una jornada dura como lo es la Madrugá. Cuando esté completo el conjunto escultórico, que pinta muy bien, será una escena aún más impresionante.

Así las cosas, un año más, Jerez abrazó el silencio de su Semana Santa, se entregó a Jesús en su noche y se enamoró de la Esperanza en su mañana.

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