NARCOTRÁFICO
El Hichou, el último tripulante de la narcolancha de Barbate detenido, incriminado por la tarjeta de un móvil
La trazabilidad de un teléfono en el que había una SIM bajo la titularidad de su mujer le ha señalado en esta investigación, además de los testimonios de testigos y su relación con Karim, el piloto
A punto de cumplir los 40 años era vecino de Ceuta pero se fugó a Marruecos donde ha permanecido oculto
Detenido El Hichou, el último tripulante de la narcolancha que mató a dos guardias civiles en Barbate
La sorprendente entrega y la confesión de Karim Baqqali a la Guardia Civil: ¿qué hay realmente detrás?
Abdennour El Hichou, un marroquí que está a punto de cumplir los 40 años, es el último tripulante que ha sido detenido la madrugada de este domingo en el 'caso Barbate'. Según las investigaciones realizadas, este individuo era el cuarto ocupante de la narcolancha que arrolló a los dos agentes fallecidos el 9 de febrero del año pasado. Investigadores de la Unidad de Policía Judicial de la Comandancia de Cádiz y de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil le seguían la pista de cerca desde hace meses y, según ha podido saber este periódico, estaba localizado en Marruecos.
Como indican fuentes de la investigación, las pruebas que hay sobre su implicación lo tendrían contra las cuerdas. Una de las más claras es el estudio de trazabilidad que se hizo de diferentes móviles que se encontraban conectados aquella noche en el puerto de Barbate. Uno de estos aparatos tenía una tarjeta SIM a nombre de la mujer de El Hichou, un detalle, que, junto a otro tipo de informaciones aportadas en las pesquisas, el ADN recogido y las declaraciones de testigos protegidos, lo sitúan como ese cuarto tripulante.
Su posible implicación le llevó al igual que al resto a darse a la fuga. En su caso, El Hichou figuraba como vecino de Ceuta, sin embargo, tras los hechos pudo escapar a Marruecos, donde al parecer ha estado oculto todo este tiempo. Pero este domingo se ha entregado tras haberse planteado cuál sería su situación penal y procesal si así lo hiciera. Por ello en su arresto ha estado acompañado de un abogado como los anteriores y, según algunas fuentes, mantiene también la defensa de que «todo fue un accidente».
Fue a principios de noviembre cuando se arrestaba al segundo y tercer tripulante de la narcolancha. Mohamed Laachiri y Yassine El Morabet -también marroquís- se entregaban en Barbate, al igual que hizo anteriormente, el 19 de septiembre, el piloto de la embarcación Karim El Baqqali, tras siete meses de búsqueda.
Justo El Baqqali fue uno de los hilos conductores para identificar y encontrar a todos los investigados. La lancha, propiedad del clan de los Pus Pus, familia del piloto, era una de las que se encontraban varadas cuando sucedieron los hechos. Había otra más hacia la que se apuntó en un principio que podía ser la sospechosa pero finalmente se descartó.
A partir de Baqqali se fue teniendo más clara la identidad del resto. Es más, el propio primer detenido dio algunas pistas en su declaración en los juzgados -lo que podría ser también parte de su detención pactada y el atenuante de colaboración-. Testificó que llevaban varias semanas embarcados y que desde Sanlúcar, donde habían ido a por combustible, fueron a Barbate para refugiarse del temporal. Aseguró que en principio no era el piloto de la lancha pero que éste se marchó y tomó él los mandos bajo presión de la organización. Además sostuvo que tuvo miedo cuando vio a la Guardia Civil y que su intención era marcharse cuando por «accidente» porque llevaba días sin dormir, dijo, chocó contra la zódiac de los agentes.
Esa es la versión que maneja el piloto y su defensa y por la que presumiblemente puede estar buscando una responsabilidad penal (condena) menor a la de dos asesinatos.
En cuanto a los otros detenidos se escudan en que eran unos «simples tripulantes» y que no tuvieron nunca la voluntad de colisionar y, por tanto, provocar la muerte de los agentes. A estos procesados se les investiga por dos delitos de homicidio, cuatro de intento de homicidio, otro delito de contrabando, además de organización criminal. El Hichou pasará a disposición judicial en las próximas horas.